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¡Copi, Copi... y Copi!

REAL BALOMPÉDICA LINENSE-LA HOYA LORCA C.F.

El algecireño supera, gracias a un 'hat-trick', la barrera del centenar de goles con la Balona, a la que aúpa a la tercera plaza Los albinegros saben sufrir 40 minutos con un hombre menos

Copi, con el brazalete de capitán, en la tarde en la que superó el centenar de goles como balono.
Rubén Almagro La Línea

19 de enero 2015 - 05:02

Copi amplió aún más el hueco que hace mucho se ganó en la historia de la Balona y en el corazón de sus incondicionales con un hat-trick que le permite superar la barrera de los cien tantos con la casaca albinegra. El algecireño aupó con sus dianas -la segunda, de auténtico crack- a la tercera plaza a un equipo cogido con alfileres cuyo entrenador, Rafa Escobar, se demuestra capaz de reinventarlo una y otra vez para seguir desafiando a la lógica y codearse con los mejores del grupo. Los linenses, que están demostrando en las últimas jornadas una capacidad tan infinita como elogiale de sufrimiento, doblegaron, con algo de suerte al final, a un La Hoya Lorca que no dejó impronta de colista pero al que condenan una debilidad defensiva... a la que sólo la propia Balona parece ser capaz de sobrevivir.

Por una vez (habrá que esperar que sí que sirva de precedente) el equipo de La Línea salió enchufado. Jugando con gusto con Canario como mediocentro y aprovechando la velocidad que le ofrecía el terreno de juego. No habían pasado dos minutos cuando Fall le buscó la espalda a la frágil retaguardia lorquina y colocó a José Ramón en ventaja de cara al marco, pero éste no supo resolver. Está claro que definir no es su fuerte.

La Hoya, que parecía estar a la expectativa, replicó en el seis. Higinio, que desaparecería después de esta jugada, se fue hasta la línea de fondo y entregó a Hugo que seguro que no es capaz de explicarse ni a sí mismo qué fue lo que hizo para no rematar con todo a favor.

Fruto de aquel vertiginoso comienzo llegó el primer tanto. Canario botó un córner, Alberto Merino tocó y Copi paró con el pecho y reventó el esférico. Era su gol cien. Tan inapelable como que su autor es uno de los mejores delanteros de la centenaria historia de este club. Así de rotundo. Y así lo entiende su gente, que coreó su nombre como sólo se hace con los que son patrimonio de la entidad.

El conjunto murciano quedó tocado, consciente de que carece de pilares sólidos en los que sostenerse. Y apareció Óscar Martín, que envió un balón envenenado que Fall dejó pasar para que Copi se plantase en el borde del área y al más puro estilo José Tomás se quedase parado, mirase con frialdad a Raúl Moreno y le clavase una vaselina de las que sólo están al alcance de los que han sido llamados para vivir del gol. Y en la grada "Copi, Copi, Copi..."

Con el resultado en franquicia, la Balona se prometía tener el partido controlado. Pero se entrometió el madrileño Villoria Linacero, que ya andaba un tanto quisquilloso, y que decretó penalti en un acción de Alberto Merino sobre Antonio Pino en la que el defensa balono -sin el menor atisbo de duda- tocó antes el balón antes de cruzarse con el punta. Hugo transformó con frialdad en el dos-uno.

Esa acción llevó a la Balona al desconcierto y devolvió al Brócoli a un partido del que ya había descarrilado. El juego se enmarañó y no hubo una sola ocasión de peligro hasta el descanso. Eso sí, trabajo a destajo por parte de unos y otros.

La segunda entrega empezó como la primera. Dejando claro, clarísimo, que el espíritu de la defensa de La Hoya se asemeja y mucho al de las Hermanitas de la Caridad. Un córner que los balonos ya han sacado un millar de veces: Canario puso el balón en juego, tocó Fall de cabeza y Copi, a bocajarro, agrandó su tarde más inolvidable con su segundo hat-trick con la guayabera a rayas blancas y negras.

Parecía que los valientes que desafiaron al frío y a la lluvia y que se acurrucaban en la grada podían tener al menos una tarde apacible en lo futbolístico, pero esta vez fue Óscar Martín quien decidió volver a ponerle guindilla al asunto y además pronto. Amonestado en la primera mitad por una mano innecesaria, el canario se fue al suelo y derribó a un adversario sin venir a cuento. El árbitro -mal en otro centenar de cosas acertó de pleno al enseñarle la segunda amarilla y, como hace una semana en Murcia, la Balona otra vez a jugar medio partido con uno menos. Óscar Martín hizo méritos para una reprimenda.

Para colmo se hizo bueno aquello de que las desgracias nunca vienen solas y un minuto después (55') José Ramón se resintió del problema de abductores que viene arrastrando hace meses y tuvo que ser relevado casi a la carrera por Polaco. Y Escobar venga a mover piezas para mantener un equipo competitivo.

Muchos entendieron en la grada que la Balona se metió atrás, pero lo que realmente sucedió fue que La Hoya, con nada que perder ya, se la fue jugando con los cambios y los de casa, con diez hombres, bastante tenían con tratar de cortar las vías de agua. Nunca mejor dicho, porque el chaparrón ayudaba a dar contenido épico a lo que hacía una escuadra diezmada hasta decir basta.

Los de La Línea, con algún sobresalto, estaban sobrellevando la situación hasta que en el 77' Pina lanzó desde lejos, muy lejos. Lolo Soler no vio venir el balón. Y llegó el 3-2. Otra vez dos goles. Otra vez la puñetera lacra de los tantos en contra que tanto preocupa dentro y fuera del vestuario.

El resto fueron doce minutos de sufrimiento. De infinito sufrimiento. De una Balona atrincherada, metida en su área al más puro estilo del Atlético de Madrid en la primera parte de su duelo copero del pasado jueves. Por dos veces los aficionados resoplaron con despejes de jugadores que andaban por los suelos y que parecían salir de la nada para conjurar lo que parecía inevitable, pero que no lo fue.

La Balona, y por eso vuelve a estar en la zona VIP, supo sufrir y leer el partido y se quedó con una victoria, la que siempre será recordada como victoria de Copi, que le lleva en volandas hasta la tercera plaza. Un milagro si se analizan friamente las armas con las que está luchando. Un milagro que, por habitual, es injustificadamente poco reconocido.

ÁRBITRO: Alberto Villoria Linacero (Madrid). Con tintes anticaseros. Su mayor error, decretar un inexistente penalti a favor de La Hoya, después de que Alberto Merino hubiese tocado el esférico antes de derribar a Antonio Pino. Expulsó con justicia al local Óscar Martín, que se ganó a pulso sus dos amonestaciones.

TARJETAS: Amarillas a los locales Alberto Merino (25'), Canario (25'), Joe (61'), Manu Martinez (91') y por dos veces aÓscar Martín (36' y 50'), al que expulsó. Por los murcianos vieron la amarilla Higinio (38'), Hugo (65'), Alcántara (76') y Marcos Pérez (87').

GOLES: 1-0 (11') Copi fusila al borde del área pequeña tras un córner sacado por Canario que Alberto Merino convierte en un servicio. 2-0 (19') Copi, de vaselina, tras una jugada muy trenzada. 2-1 (26') Hugo transforma un inexistente penalti. 3-1 (47') Copi, tras otro saque de esquina, esta vez prolongado por Fall. 3-2 (77') Pina con un fuerte lanzamiento desde lejos que sorprende a Lolo Soler.

INCIDENCIAS: Encuentro de la vigésimo primera jornada de Liga en el grupo IV de la Segunda división B, disputado en el Municipal de La Línea bajo un intensísimo aguacero y con bastante frío y ante apenas unos 600 espectadores. Antes del comienzo se guardó un minuto de silencio en memoria del exjugador albinegro Miguel Vázquez y el excolaborador Francisco Díaz.

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