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Balonmano | Mundial femenino
La selección española femenina de balonmano, de la que es pieza fundamental la algecireña Jénnifer Gutiérrez, buscará el más difícil todavía y tratará de alcanzar este viernes (20:30, en directo por Teledeporte) por segunda vez consecutiva la final de un Mundial, en un encuentro de semifinales en el que el conjunto español se medirá con la todopoderosa Noruega. Un reto sobre el papel imposible, pero si algo caracteriza a las Guerreras es su capacidad para retar a la lógica.
Tal y como demostraron hace dos años en el Mundial de Japón, donde el equipo español no sólo ganó (28-22), sino que desarboló por completo en la segunda mitad a las nórdicas, en el duelo de semifinales que enfrentó a españolas y noruegas.
El precedente al que se aferran las de José Ignacio Prades para prolongar el sueño que están viviendo en el Mundial de España, su Mundial, donde las Guerreras cuentan sus partidos por victorias.
Para ello, España no sólo deberá mantener la misma intensidad defensiva mostrada en las jornadas precedentes, sino dar un nuevo paso hacia adelante y alcanzar el nivel de excelencia que les permitió encajar tan sólo nueve goles en la segunda parte de la semifinal disputada hace dos años en Kumamoto.
Trabajo defensivo en el que, a diferencia de lo ocurrido en Japón, el conjunto español no podrá contar con Lara Gonzalez, la auténtica jefa de la zaga española, que se quedó fuera del Mundial tras fracturarse un dedo de la mano derecha en el último entrenamiento previo a la disputa del encuentro inaugural.
Una importante baja que lejos de hacer caer en el derrotismo al equipo español parece haber servido de catalizador para que el resto de jugadoras redoblasen su esfuerzo en defensa para hacer olvidar la ausencia de la lateral del París 92 francés.
Agresividad defensiva que han personificado como nadie las jóvenes Paula Arcos, de tan sólo 19 años, y Maitane Etxeberria, que pese a su condición de extremo no sólo ha brillado defendiendo en el lateral a jugadoras más altas y pesadas, sino también en el eje central como ocurrió ante Brasil.
Pero el éxito defensivo de las Guerreras no se debe sólo a una mera cuestión de determinación, ya que las de Prades han demostrado poseer una amplia variedad de recursos.
Especialmente en el eje central donde la presencia de Kaba Gassama, Eli Cesáreo, Ainhoa Hernández e Irene Espínola ha dotado al entramado defensivo del conjunto español de distintos matices.
Todo ello respaldado por la sobresaliente actuación bajo los palos de las guardametas Silvia Navarro, una de las heroínas de Kumamoto, y Merche Castellanos, que cerró el encuentro de cuartos de final ante Alemania con un sensacional 40 por ciento de paradas.
Sin embargo, para doblegara a Noruega, las vigentes campeonas de Europa, el conjunto español no sólo deberá brillar en defensa, sino también en ataque, donde deberá limitar como nunca las pérdidas de balón, el combustible que alimenta el voraz juego de contraataque de las nórdicas.
Y es que pocos equipos castigan más los fallos del rival que la selección de Noruega, que convierte cada mínimo error en un letal contragolpe de la mano de las veloces Sanna Solberg y Camilla Herrem.
Una circunstancia que obligará a las de José Ignacio Prades a cuidar como nunca la posesión del balón sin perder la velocidad y fluidez necesaria en la circulación para poder generar espacios en la defensa noruega.
Tarea en la que será fundamental el papel de la central Alicia Fernández, que poco a poco va adquiriendo el ritmo de juego tras perderse los dos primeros partidos por lesión, y la lateral Carmen Campos que ha dotado de una mayor agresividad al ataque española cada vez que le ha tocado asumir la dirección del juego.
Argumentos con los que las Guerreras tratarán de superar a una Noruega que llega a la cita con todas sus estrellas a disposición, empezando por la lateral Nora Mork, una de las mejores jugadoras del mundo, que no pudo disputar el pasado Mundial de Japón por lesión.
Pero Mork, que suma ya 30 goles en el campeonato, no será la única preocupación del equipo español, que no deberá perder de vista a la pivote Kari Brattset, ni mucho menos a la central Stine Oftedal, una inteligentísima jugadora que lee, como pocas, las necesidades del juego.
Sin olvidar, como no, a las porteras Silje Solberg y Katrine Lunde, así como a la joven central Henny Reistad, una de las grandes revelaciones del campeonato, que confirma la inagotable fábrica de talento que es el balonmano noruego.
Un temible rival que pondrá a prueba a una selección española que volverá a retar a la lógica, un escenario ya conocido por las Guerreras, que han cimentado su leyenda en su capacidad para hacer realidad lo imposible.
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