Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
Fútbol
Lorenzo Pérez García Loren es uno de los futbolistas más importantes que haya parido Algeciras, aunque ahora, en tiempos en los que la memoria no es el fuerte de la sociedad, no todo el mundo le recuerda. Loren jugó en Primera con el Sevilla y el Granada, disputó dos finales de la Copa del Rey, llegó a debutar en un amistoso con la selección española, formando parte de un ataque que literalmente quita el hipo. Pero sobre todo forma parte de esa legión de algeciristas “de pata negra” como él mismo se define que hablan con enorme respeto del eterno rival, la Real Balompédica Linense, en la que, por mor del destino y del añorado Juan Vázquez, colgó las botas. Este viernes Juan Lima y Manolo Ortega han reunido a sus amigos para rendirle un íntimo y más que emotivo homenaje. Y es que, aunque las más de las veces parezca lo contrario, al fútbol aún le queda algo de memoria.
Lima, con un palmarés como futbolista intachable, y el expresidente del Algeciras Club de Fútbol Manolo Ortega organizan cada año un homenaje del que ya han disfrutado Polo, Paquito… y así hasta que aguanten las fuerzas.
Entre los que tuvieron la suerte este viernes de compartir la jornada con Loren se encuentran nombres ilustres de ese fútbol que ahora se antoja de enciclopedia: Antonio Rivas, Juanito del Cura, Juan José, Maravert, Manolito Gutiérrez, Paco Galleguito además de otros con tanto sabor a balompié como el expresidente del Algeciras Ricardo Alfonso Álvarez, Fernando Gallego [padre] o el eterno entrenador: Gabriel Navarro Baby...
EL DNI de Loren dice que nació en Ronda (Málaga) el 23 de octubre de 1933. Como si los carnets reflejasen de verdad dónde nacen los algeciristas. Después de forjarse en los equipos de barriadas (él recuerda con especial cariño al Celupal) llegó al Algeciras, que lo traspasó al Sevilla, que después de disfutar de su fútbol le cedió al Granada, con el que jugó una final de la entonces Copa del Generalísimo ante el Barcelona, que alzó el título. Volvió a enfundarse la camisola nervionense también para disputar una nueva final copera, que esta vez le arrebató el Athletic Club de Bilbao. De Sevilla se marchó al Mallorca, para jugar tres temporadas.
Ya el tramo final de su carrera regresó al entonces Mirador, el de toda la vida, el que estaba donde ahora se levanta el Corte Inglés y cuando ya tenía decidido dejar el fútbol su amigo Juan Vázquez le convenció para disputar con la Balona las últimas jornadas de la temporada 1976-77, la que concluyeron los albinegros con la recordada eliminatoria en la que los de La Línea fueron eliminados en la pelea por el ascenso a Segunda por el Plus Ultra, el vivero entonces de los jugadores del Real Madrid.
A las puertas de los 87 años, Loren se maneja con una lucidez que muchos, de menor edad, envidiarían. “Que estos señores se hayan acordado de mí es una gran satisfacción, porque mi currículum está ahí, pero todo eso ya ha pasado”.
Por encima de las dos copas del Generalísmo, que acarició pero no pudo levantar (“de todas las fomas fue algo maravilloso”), su mejor recuerdo es su participación con la selección nacional en un partido amistoso con el Stuttgart alemán. Loren jugó en banda derecha y, recuerda con enorme orgullo, completaron la delantera "Kubala, Di Stefano, Peiró y Gento". Casi nada al aparato.
“Yo soy pata negra del Algeciras, pero jamás me oirá nadie decir nada malo de la Balona, en la vida”, recalca. “En La Línea me trataron de maravilla y eso que a esas alturas ya estaba yo regular”.
De todos los entrenadores que disfrutaron del fútbol de Loren, el extremo se queda nada menos que con el mítico Helenio Herrera.
El fútbol se ha rendido este viernes a un magnífico futbolista. Algeciras, Balona y Sevilla le han hecho llegar camisetas en reconocimiento a su paso por esos clubes. Una pregunta se queda flotando en el aire: ¿Hasta dónde hubiesen llegado jugadores como Loren en la era de la televisión y los traspasos millonarios?
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