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Las Guerreras de Jénnifer Gutiérrez dependen del Montenegro-Suecia

Balonmano | Mundial femenino

España sufre, ante Rusia, su primera derrota y necesita que las suecas no ganen para estar en las semifinales en Japón

Una acción de la derrota de España ante Rusia. / Efe
Redacción

11 de diciembre 2019 - 10:30

La selección española femenina de balonmano de la jugadora algecireña Jénnifer Gutiérrez sufrió ante Rusia su primera derrota en el Campeonato del Mundo de Japón. España cayó este miércoles (26:36; 12:16 en el descanso) en el encuentro disputado en el Park Dome de Kumamoto, correspondiente a la tercera y última jornada de la main round. Con este resultado, la selección española no logra hacer efectiva su primera opción para estar en semifinales; además, con la diferencia de goles perdida ante Suecia, solo cabe esperar una victoria o empate de Montenegro ante las escandinavas para poder luchar por las medallas en tierras niponas. Montenegro, que se juega asegurarse el Preolímpico, se mide a Suecia a partir de las 12:30 de este miércoles.

Alexandrina Barbosa y Ainhoa Hernández, dos de las figuras más destacadas de las Guerreras en este Campeonato del Mundo, eran las encargadas de inaugurar el marcador y otorgar la primera renta de dos goles que, sin embargo, sería respondida inmediatamente por las rusas: del 2:0 se pasaba en pocos minutos al 2:5, gracias a la potencia en primera línea de Yaroslava Frolova y Anna Vyakhireva.

El seleccionador nacional Carlos Viver se veía obligado a parar el partido ya que las transiciones rápidas de Rusia estaban haciendo daño de inicio a España. Marta López se encargaba de romper la sequía, y poco después un robo de balón de Alexandrina Barbosa permitía a las Guerreras colocarse a tan solo un tanto antes del minuto 10 (5:6).

Nada más lejos de la realidad, el combinado dirigido por el español Ambros Martín continuaba imponiendo su ley sobre el 40x20 de Kumamoto, con una defensa 6:0 muy férrea con la atención bien puesta sobre la pivote y un juego ofensivo rápido y ordenado tácticamente. Con el 5:10 llegaba la máxima diferencia a favor de Rusia, y Carlos Viver decidía realizar un cambio defensivo, colocando a Alicia Fernández en el avanzado del 5:1.

La diferencia en el marcador se mantenía entre los cuatro y los cinco tantos, con protagonismo para las porteras, tanto Silvia Navarro como Anna Sedoykina, que se empeñaba en hacerle el día muy complicado a las Guerreras. La entrada en el central de Alicia Fernández permitía a España encontrar situaciones en el uno contra uno contra las laterales, y de esta forma se encontraba la principal vía de agua en el entramado defensivo ruso. Intercambio de golpes en los últimos minutos que favorecía a Rusia, que se marchaba a vestuarios con un 12:16 favorable. Tocaba remar contracorriente en la segunda mitad.

Rusia salía enchufada a pista tras el descanso, y con un parcial de 3:9 en los primeros 10 minutos rompía definitivamente el partido y asestaba un golpe muy duro a las Guerreras (15:25), que cada vez tenían más problemas para superar la defensa rusa. Carlos Viver volvía a pedir tiempo muerto para pedir tranquilidad a sus jugadoras y dar una premisa muy clara: reducir la distancia hasta menos de cinco goles. Yaroslava Frolova seguía causando estragos en ataque -9 goles de 9 lanzamientos-, y las rotaciones que realizaba Ambros Martín le daban resultado en ambas áreas.

Nerea Pena se echaba a sus espaldas el peso ofensivo de España en esta segunda mitad, y lograba colocar a la selección a seis en los últimos compases del choque (24:30). Viver apostaba por el juego de 7 contra 6 con doble pivote -Eli Cesáreo y Ainhoa Hernández- para encontrar espacios de cara al lanzamiento, pero de nuevo aparecía Anna Sedoykina para acabar con las esperanzas de las Guerreras. Ni siquiera la defensa individual de Jennifer Gutiérrez (dos goles) sobre Anna Vyakhireva frenaba a Rusia, que mostraba muchas alternativas sobre el 40x20 de Kumamoto.

Con el encuentro decidido y España jugando a portería vacía, Rusia aprovechaba los lanzamientos sin guardameta tras recuperación o parada para aumentar un poco más la renta y elevarla hasta los 10 tantos con los que se llegaba al pitido final (26:36).

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