Juan Mari Sánchez, un tímido que vive un sueño en la Balona

La tertulia deportiva de Europa Sur

El flamante preparador albinegro resalta la figura del presidente para entender la filosofía de la entidad linense, que califica como "una familia"

Juan Mari Sánchez, un tímido que vive un sueño en la Balona
Juan Mari Sánchez, un tímido que vive un sueño en la Balona
Rubén Almagro Los Barrios

23 de noviembre 2016 - 09:01

La undécima entrega de La Tertulia de Europa Sur comenzó ayer casi como un concurso de resta de los propios méritos por parte de los invitados, el flamante entrenador de la Real Balompédica Linense, Juan Mari Sánchez y el prestigioso dermatólogo Francisco Russo, que desempeña sus funciones en el Hospital Punta Europa de Algeciras. "Yo digo como Iniesta, nosotros somos deportistas, pero las personas que salvan vidas sí que son importantes", aseguraba el técnico cuando aún se encontraba a las puertas de El Cortijo de Guadacorte, que una vez más, sirvió de escenario al encuentro auspiciado por este periódico. "No entiendo muy bien el bombo que se le ha dado al premio, no es un Óscars, estoy bastante sorprendido", replicaba el galeno, que acaba de ser reconocido en León con el Bisturí de platino y que tiene a su espalda importantes descubrimientos en la lucha contra el cáncer de piel. Uno y otro hicieron gala de una extrema sencillez y conectaron no sólo entre sí, sino también con los redactores de este periódico que daban fe del contenido de la reunión. Si una cosa está clara después de escuchar sus argumentos y su forma de expresarse durante casi tres horas es que los colectivos que dependen de ambos están en muy buenas manos.

Juan Mari Sánchez está aún disfrutando de su proclamación como entrenador de pleno derecho de la Balona, anunciada por el presidente el pasado domingo. El técnico no quiere ni siquiera oír hablar de la fecha de caducidad de ese acuerdo. "Alfredo Gallardo [presidente de la Balona] es inteligente y si las cosas no fueran bien sabe la decisión que tiene que tomar, lo mismo que yo no me voy a aferrar al cargo".

"La verdad es que desde que no pensé que esta temporada fuese a llegar este momentos, ha sido todo vertiginoso y por supuesto que ayuda conocer el entorno, el vestuario y comprender que este club es una familia y la importancia de la figura de su presidente", detalla cuando se le pregunta por cómo ha vivido las dos últimas semanas, las que han pasado desde que llegó, entonces de forma eventual, al banquillo.

En esa rápida transición de actor secundario a actor principal el técnico entiende que le han ayudado y mucho los consejos de la prestigiosa psicóloga Patricia Ramírez en su libro Cuenta Contigo y agradece no sólo el apoyo explícito del club y del vestuario, sino de los medios locales. "Contar en un vestuario con gente como Ismael Chico, Olmo, Javi Gallardo, Juampe... que son de la casa ya ayuda mucho, pero también ha sido muy importante sentir que la prensa está de mi lado", explica.

"Lo que menos me ha costado es hacer ver al vestuario que ya no soy el segundo entrenador, porque los jugadores son profesionales y ni siquiera hizo falta decírselo", narra. "Antes era Juan Mari, pero sin que nadie les haya dicho nada incluso los que ya estuvieron conmigo en años anteriores me llaman míster. Los propios futbolistas te dan tu sitio, no hace falta emplear tiempo en eso".

Lo que el preparador albinegro lleva regular es eso de haberse convertido de repente en una cara popular. De repente al menos para una parte importante de la afición de la Balona, que no había reparado en él cuando dirigía al filial, al Atlético Zabal o a la UD Tesorillo. "Yo no llevo nada bien eso de ser conocido, a mí me gusta pasar desapercibido y ahora me encuentro que me saluda gente que ni conozco. Yo trato de corresponderle a todo el mundo, porque son balonos y merecen el máximo respeto, pero no termino de asimilarlo".

El entrenador de la Balona entiende que la victoria sobre la UD Melilla del pasado domingo ha provocado una "euforia desmedida" y añade: "Por lo general cuando vivo situaciones de más tensión es cuando trato de mantener más el equilibrio y sé que llegarán los momentos de vacas flacas, como le llegan a todos los entrenadores, y entonces también intentaré estar igual de sereno que ahora".

En una conversación con un balono confeso y prácticamente como Juan Mari Sánchez no podían faltar las alusiones a lo que supone la rivalidad con el eterno rival, el Algeciras Club de Fútbol. "Los derbis son, sencillamente, partidos diferentes y los que están en el vestuario están obligados a saber lo que significan para el club y para el aficionado. Está claro que los que son de casa no hay que explicarles nada y a los que llegan cada temporada tampoco mucho, porque los jugadores perciben en el entorno que esos partidos tienen mucho de especial".

Cuando la conversación se extiende más allá de la propia Balona y el horizonte se amplía al fútbol en general el preparador balono aprovecha para defender su criterio de que el único avance tecnológico que él aportaría al fútbol es el 'ojo de halcón' que permitiese determinar si el balón entra o no al completo en la portería y si por lo tanto se debe conceder un gol. "Ésa es una cuestión que se puede determinar con exactitud, el resto no y por lo tanto, es la única que puede dejarse en manos de los avances técnicos".

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