Juan Sabas: el regreso del balono efímero
real balompédica linense
El madrileño jugó dos partidos con la Balompédica en enero de 2001, ambos fuera de casa y anotó un gol en Chapín justo antes de dejar la entidad alertado por la delicadísima situación económica que atravesaba
La línea/Sábado seis de enero de 2001. Este periódico ofrecía a la afición de la Real Balompédica el mejor regalo de Reyes que hubiese podido soñar: Juan Sabas, que había militado ocho temporadas en Primera con el Real Betis, Mérida, Rayo y Atlético Madrid y que había alcanzado dos títulos de Copa, tenía cerrado un acuerdo con la entidad de La Línea. Sabas jugó ese mismo fin de semana con su equipo, el Albacete Balompié, precisamente en el Vicente Calderón y el lunes día ocho se anunciaba oficialmente su llegada la Balona. El madrileño sólo jugó dos partidos con la elástica albinegra, ambos fuera de casa, y firmó un gol antes de que, alertado por la gravísima situación económica en la que estaba envuelta la entidad que presidía Ángel Serrano, decidió dejar el vestuario que comandaba Félix Balderas Felines. Se marchó al Hércules y al final de aquella temporada colgó las botas. Mañana regresa al Municipal, solo que como entrenador del Extremadura y lo hace sin ningún tipo de rencor.
La 2000-01 fue una temporada especialmente convulsa en la Balona. Los problemas económicos se engarzaban con alardes de una grandeza mal entendida que acabaron dando con los huesos del equipo de La Línea en Tercera tras aquel amargo empate en el Luis Sitjar frente al Mallorca B.
A mediados de la campaña y en pleno parón navideño Ángel Serrano -que insistía en una asamblea en recordar que había impedido la desaparición del club- trató de corregir la caótica marcha del equipo con fichajes sonados, haciendo oídos sordos a los graves problemas económicos que envolvían al club, que adeudaba casi tres nóminas a su plantilla y trabajadores.
Los albinegros coquetearon con el exmadridista José Luis Morales -que se negó a venir si no avalaban antes su contrato- ficharon a una joven promesa del Dépor, Marcos Suárez, y rompieron los moldes con la incorporación de Juan Sabas, que jugaba con el Albacete en Segunda división.
El 10 de enero el futbolista era presentado como una estrella en un acto que tuvo como escenario el Círculo Mercantil. Varios cientos de personas acudieron a su puesta de largo, en la que aseguró: "Sé el esfuerzo que ha realizado el club para contratarme y por eso vengo con más ganas y a emplearme a muerte".
Casualmente la presentación se produjo horas antes de que se celebrase una asamblea para debatir la conversión de la entidad de La Línea en Sociedad Anónima Deportiva.
El 14 de enero de 2001 Juan Sabas debutó con la Balona, formando parte de una alineación que además integraban: Duro; Raúl Procopio (Al Green), Pablo, Bersabé, David Rico (Bezares), Alberto Merino, Antonio Pacheco, Juan Carlos (Ahumada), Abel Camacho y Óscar Silva. Los albinegros empataron a dos con el Xerez Deportivo en Chapín y Sabas hizo el 2-1 en el minuto 61. Sería su único gol como balono. "Hicimos méritos para ganar", comentó tras el choque.
Una semana más tarde la Balompédica descansó como consecuencia de la retirada del Poli Almería, lo que impidió que Sabas debutase en casa, mientras Ángel Serrano trataba de convencer a plantilla y aficionados de que el empresario García Pardo tenía la llave de la salvación económica de la entidad.
El 28 de enero la Balompédica cayó en Linares 1-0 en un partido en el que el arbitraje y el mal estado del terreno resultaron determinantes. Sabas jugó los noventa minutos.
Veinticuatro horas después el presidente anunciaba que dejaría la entidad y de inmediato Sabas hizo lo propio. "Después de tantos años será la primera vez que me cueste dinero haber jugado en un equipo. Me siento engañado, hay mucho sinvergüenza en esto", denunció.
Dieciséis años después Juan Sabas habla horas antes de su vuelta a La Línea al frente del Extremadura sin ningún tipo de rencor de aquella etapa, de la que recuerda: "Allí no había intención de pagar, no se sabía ni con quién había que hablar, porque la directiva se marchó. Era todo un poco absurdo y es cierto que me costó bastante dinero jugar en la Balona, pero ahora con el paso del tiempo queda en algo anecdótico".
"A mi me ofrecieron no sé si fue dos o tres años de contrato, un trabajo para mi mujer... y nada era cierto, así que hablé con mi representante [Gabi Moya] para que me sacaran de allí", recalca.
"La verdad es que el de este domingo es un reencuentro curioso, porque a uno le gusta que le recuerden con agrado, pero no tengo el cariño y el respeto de la afición de La Línea sencillamente porque no pude tener tiempo de ganármelo", reflexiona Juan Sabas.
"En mi caso no hay un mal recuerdo de aquello" recalca. "El club, la afición y la ciudad está muy por encima de quienes estaban en aquel momento. Son cosas que pasan en el fútbol y más en este fútbol nuestro de Segunda B y de verdad que en ningún momento sentí ni animadversión ni antipatía por esa entidad".
"Es algo anecdótico en mi vida y si acaso te vale como experiencia, porque lo es poder convivir con gente que en medio de unos problemas económicos tremendos son capaces de mantener una sonrisa", insiste.
Antes de despedirse, Juan Sabas se refiere al encuentro de mañana: "Sabemos que nos vamos a medir a un equipo muy difícil, que no está encajando goles ahora y que para nosotros supone un escollo importante en nuestro reto de intentar sacar esta situación adelante".
"Nosotros tenemos muy claro que aún no hemos hecho nada", recalca. "Yo no tengo problema en que en la ciudad haya mucha euforia después de los últimos marcadores, pero los que estamos en la caseta somos conscientes de que nos queda mucho camino por recorrer".
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