Liga, no acabes ahora (2-0)
real balompédica linense - fc cartagena
La Balompédica pone un brillante colofón en casa a su remontada del último mes y medio y derrota a un Cartagena al que hace parecer insípido, que ve peligrar su presencia en la liguilla
La línea/¡qué coraje! Justo ahora que los balonos, que tanto han sufrido a lo largo del curso, están disfrutando como niños, va la temporada y acaba. Entran ganas de buscar a alquien que sea capaz de recuperar el espíritu del añorado Manuel de Irigoyen, que era capaz de cambiar reglamentos a medida y sobre la marcha para prolongar la existencia de su Cádiz en Primera. Porque a poco que a esta Balona que ha ido forjando Julio Cobos (y los refuerzos de invierno, que parece que hay a quien le cuesta reconocerlo) le hubiesen podido conceder un par de meses más, no es que hubiese aspirado a jugar la Copa del Rey, es que le hubiese metido mano a la liguilla.
El equipo de La Línea enseñó ayer a toda Andalucía por qué es el mejor del último mes y medio de competición. Sencillamente ridiculizó a un Cartagena que no fue capaz ni de poner en peligro a los locales y no es de extrañar que esta versión Recia de la Balona despidiese el curso en casa oyendo los olés de su afición y saludando desde el centro del terreno de juego como sólo le está permitido hacer a los buenos toreros cuando firman una excelente faena.
La Balompédica derrotó de principio a fin a ese Cartagena con ínfulas de equipo grande pero puesta en escena sin argumentos. Los albinegros marcaron nada más empezar, en una jugada en la que Damián Zamorano (que ha ido a más desde que juega cerca de Sergio Molina) buscó la espalda a la retaguardia y Stoichkov, con la frialdad esa que le identifica como un depredador dentro del área, buscó el espacio ciego del meta Marcos.
Los linenses apenas habían necesitado seis minutos para llevar el partido al escenario soñado. Justo donde lo querían. Dejaron que el rival diese el paso adelante al que le obligaban sus infinitas necesidades clasificatorias y cada vez que robaban, que era con mucha frecuencia, buscaban las bandas. Entre el mencionado Zamorano y Gato se plantaban en la zona de definición en un abrir y cerrar y ojos.
Las ocasiones se fueron sucediendo y sólo una vez, en el minuto 13', alertó el conjunto departamental, pero Godino se bastó para interceptar el disparo de Isi Ros.
A partir de ahí la tuvieron Zamorano y sobre todo Gato, que en el 34', absolutamente solo, se ensañó con el meta forastero cuando trataba de convertir en gol un pase al segundo palo al que ya no había llegado por centímetros Stoichkov.
La ventaja mínima con la que comenzaba la reanudación era una gentileza con un Cartagena rácano, incapaz de superar el pivote de medio campo de la Balompédica, sin recursos y, aunque esa sensación siempre la dan los equipos que no tienen ideas, hasta algo falto de raza.
Por eso nada más arrancar la segunda entrega Stoichkov se asoció con Gato, que se fue en velocidad de Míchel Zábaco y se sacó la espina de su error en el primer tiempo mandando abajo, en esa zona junto al poste de la que se suele decir que es donde aparecen los topos.
A pesar de todo la Balona no se contentó. No cambió de guión mientras el rival daba cada segundo una nueva señal de impotencia, de estar enredado en el juego de una Balona que demuestra sobre el césped esa misma solvencia que muestra como institución. Y que desde que ha encontrado en Sergio Molina a su guía espiritual ya no se contenta con ganar, también se gusta.
Por todo eso pudieron llegar más goles. El árbitro anuló, justamente, uno a Mario Gómez tras un córner. Marcos le arrebató el tanto a Zamorano en el 57' y cuatro más tarde un disparo de Gato se fue lamiento el poste.
El Cartagena buscaba voltear la situación con los cambios, pero era incapaz de asustar siquiera a los de casa.
Su única ocasión de peligro llegó en el 85', en un golpe franco botado con precisión por Óscar Ramírez que repelió la escuadra. Y es que el fútbol tampoco quería hacer concesiones a un equipo tan austero, tan frío como el de Alberto Monteagudo.
En el ratito final el Cartagena dio muestras de impotencia. Ceballos pisó a Stoichkov y agredió a Francis Ferrón, en un doble delito que el árbitro, en su mayor error de toda la tarde, castigó solo con amarilla. Tampoco era fácil de ver para él, pero habría que preguntarle a su auxiliar qué andaba mirando.
Antes del pitido final ya se oían los olés de la grada cuando los de casa triangulaban en espera de que el cronómetro dictase sentencia. Y es que otro de los triunfos de ayer de esta Balona es que acabó por matrimoniarse con una grada que más de una vez la ha mirado con recelo.
Justo después del final, ovación para los futbolistas que han sabido sobreponerse a una situación muy delicada, salvar al equipo y hacerlo además con una muestra de poderío envidiable. Sólo queda el trámite de Marbella. Lo dicho, qué pena que esto se acabe justo ahora.
Godino H
Rafa Navarro H
Mario Gómez HH
Joe HHH
Rulo HH
Zamorano HH
(F. Ferrón, 80') s.c.
Ismael Chico HH
Alfonso HH
Gato HH
(Maurí, 75') s.c.
Sergio Molina HHH
Stoichkov HH
(Juampe, 83') s.c.
Marcos HH
Óscar Ramírez H
Jesús Álvaro l
Michel Zábaco l
Ceballos l
Gonzalo Verdú H
(Germán, 50') l
Cristo Martín H
(Artiles, 40') H
Rivero H
Arturo l
(Renato, 73') H
Llorente H
Isi Ros H
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