Superviviente por la liguilla (0-0)

Xerez DFC - UD Los Barrios | La crónica

La Unión arranca un valioso empate en Chapín, donde juega con uno menos 20 minutos, y desespera a un rival directo

Los barreños, quintos pero empatados a puntos con el cuarto, llegan muy vivos a los dos últimas jornadas

El gualdiverde Javi Forján golpea el balón ante dos azulinos.
El gualdiverde Javi Forján golpea el balón ante dos azulinos. / Pascual
M. R.

06 de mayo 2019 - 00:12

Jerez/La Unión Deportiva Los Barrios arrancó un empate (0-0) en Chapín que puede valer su peso en oro. El equipo de Carlos Ríos sobrevivió incluso con un jugador menos durante 20 minutos y desesperó al Xerez DFC, un rival directo al que mantiene atrás a falta de dos jornadas. Los barreños cedieron la cuarta plaza (por el golaveraje) al Betis Deportivo, con el que igualan a 73 puntos, pero llegan al último tirón metidos de lleno en la pelea por el sueño de la liguilla.

La Unión dio la talla en Chapín, donde provocó una decepción mayúscula en el xerecismo tras un partido intenso, con mucha emoción, pocas pero buenas oportunidades y escaso fútbol. Había demasiado en juego. El encuentro comenzó eléctrico. Los dos equipos sabían lo que se jugaban y ambos salieron a por el choque, cada uno con sus armas. Los azulinos, empujados por una afición que no paró de rugir desde el minuto uno, intentaban llegar con balones para Bello, Casares y Tamayo, mientras que los gualdiverdes buscaban a Alan, que se marcó un partidazo, Javi Forján o Goma.

Con el paso de los minutos, la tensión y las imprecisiones se abrieron paso en un partido que se ralentizó con un juego más lento, con interrupciones y sin oportunidades. Zamora intervino por primera vez demostrando sus reflejos y buena colocación para repeler un tiro de Antonio Jesús abajo (23’). El sanluqueño recogió un buen balón de Álex Colorado, rompió el fuera de juego y cuando la grada ya cantaba el gol, el meta barreño abortó el peligro.

En apenas un minuto, el choque se volvió loco. Javi Casares reclamó un penalti por agarrón (24’) y Los Barrios montó una contra de manual que no terminó en gol porque apareció la figura de un Flere espectacular. Realizó dos auténticos paradones de portero de balonmano. Primero a Guti, que le había encarado solo, y luego a Alan, que recogió el rechace. El balón suelto en la frontal del área lo mandó alto Mario. Intercambio de golpes para animar la tarde y a la grada, que seguía entregada.

Con todo por decidir se marcharon los conjuntos a la caseta y con los xerecistas todavía con el susto en el cuerpo por la doble oportunidad de los barreños. Las piernas pesaban en una situación extrema.

Tras el paso por vestuario, los mismos protagonistas tenían que confeccionar el guión definitivo. El primero en escribir el capítulo más destacado fue el Xerez DFC por partida doble, primero con una falta botada por el exbalono Bello que se paseó por el área y no encontró rematador y luego con un derechazo de Marcelo que se estrelló en el palo derecho de la meta defendida por Zamora. Lo intentó en una bonita jugada personal y no lo consiguió de milagro (54’).

En el 65’, tras un par de desajustes defensivos, Alan tuvo una buena acción pero su remate se estrelló en Lafarge y en el 75’ repitió y esta vez su lanzamiento lo detuvo Flere. Ya su equipo se había quedado con diez por la expulsión del capitán Mario por doble amarilla (69’).

Los dos entrenadores habían movido banquillo. El exalgecirista Tébar se la jugó con Adrián Gallardo, que nada más saltar al campo las tuvo con Dani Hedrera por golpearle en su hombro dañado, y Manu Heredia y por protestar duna falta fue expulsado también (76’). Las pulsaciones sobre el terreno de juego subían y la tensión se mascaba.

El Xerez DFC, en superioridad, buscaba la meta de Zamora con más insistencia pero con mucho corazón y poca cabeza. Los Barrios sufría pero se sentía cómodo en esa situación. Los nervios conducían a los jerezanos a tomar decisiones erróneas y a caer en las armas visitantes. Heredia buscó la meta de Zamora con un tiro flojo (84’).

Los últimos minutos fueron frustrantes y desesperantes para los locales, con casi cinco mil personas en las gradas. No se jugó prácticamente. El Xerez DFC quería pero no podía, mientras que la escuadra de Carlos Ríos, solidaria y segura, se defendía como gato panza arriba y perdía tiempo por todo. Juan Gómez, en el último suspiro, remató alto de cabeza por poco un centro de Bello. Ahí acabaron las ilusiones azulinas de romper las tablas y de sumar tres puntos que hubiesen sido de oro.

Los xerecistas llevan tres jornadas sin hacer un gol y sólo han sido capacaces de sumar dos puntos de los últimos nueve, poca renta para pelear por un puesto de playoff, que ahora está más lejos pero no imposible. La Unión deja de depender de sí misma pero sigue teniéndolo de cara: por delante, el colista Guadalcacín en el San Rafael y el derbi en el Nuevo Mirador con un Algeciras que se ha reenganchado.

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