Manolo Mesa, el antihéroe del fútbol moderno tras 12 años entre los grandes

El internacional sanroqueño vivió su mayor gloria en el Sporting y se retiró en la Balona con más de 40 años tras una fase de ascenso

Ruiz Boix y Manolo Mesa posan a la entrada de El Cortijo.
Ruiz Boix y Manolo Mesa posan a la entrada de El Cortijo.
Rubén Almagro

07 de febrero 2017 - 02:05

Los barrios/Manolo Mesa es el antihéroe del fútbol o por lo menos del fútbol tal y como hoy se concibe. Es el hombre que para muchos, al menos en Asturias, puso San Roque en el mapa y al que doce años en la élite y dos internacionalidades no consiguieron arrebatarle una sola dosis de su infinita y abrumadora normalidad. El Sietepulmones, una fuente inagotable de anécdotas y recuerdos, reniega ahora no del fútbol sino de todos aquellos que se acercan al balompié "buscando otra cosa", defiende un Club Deportivo San Roque "con más sanroqueños" y se refiere siempre al Sporting y la Balona como si aún siguiese vistiendo sus camisolas. El mero hecho de disfrutar de su sabiduría y de su particular filosofía de la vida ya resulta todo un privilegio.

Mesa, que recuerda que cuando se incorporó al Sporting no existía Mareo y el equipo, en Primera división, se entrenaba en parques de la ciudad habilitados para tal fin, se retrotrae en el tiempo con un regusto a fútbol de antaño. "Debuté en el San Roque con dieciséis años y en la Balona con diecinueve. Después de un partido en Motril Juan Sabán [entonces presidente de la entidad de La Línea] me dijo que tenía una buena noticia para mí y aunque luego el Betis trató de ficharme, ya para entonces estaba comprometido con el Sporting".

Después llegaron los seis primeros meses en los que lo pasó "muy mal" por sus problemas de adaptación, especialmente al clima, y un larguísimo periodo en el que aprendió a disfrutar del fútbol con nombres tan ilustres como los de Quini, Ablanedo, Maceda, Cundi, Joaquín...

Unos tiempos muy diferentes a los actuales en los que existía más permisividad con el contacto físico, aunque precisamente por esa delgada línea que distancia la dureza de la violencia guarda un mal recuerdo del central de la Real Sociedad Inaxio Kortabarria, a quien le atribuye la peor entrada que sufrió en su interminable carrera, que finalizó, superados ya los cuarenta, disputando una fase de ascenso a Segunda división con la Real Balompédica bajo la batuta de Gabriel Navarro Baby, de quien guarda un fabuloso recuerdo.

El centrocampista entiende que de la larga lista de técnicos que le dirigieron Vicente Miera era el más completo. "A mí siempre me gustaron los entrenadores de banquillo, los que corregían cosas porque las veía, no esos de pizarra y discursos que hablan para sí mismos, porque al final no les entiende nadie", recalca.

En cuanto a jugadores y a pesar de haberse enfrentado a algunos de la talla de Cruyff o Maradona, Mesa defiende que Messi es el mejor que ha visto jugar. Y es que en su opinión "el futbolista es como el torero, nace. Luego lleva un trabajo, pero si no se tiene...".

El sanroqueño recuerda con cariño el trato exquisito que recibió en sus dos regresos a Gijón una vez abandonó El Molinón, la última hace siete años para participar en un homenaje a Cundi. "Ahora como soy abuelo son ellos los que vienen a verme a mí", dice.

Mesa, que advierte que la política nunca le atrajo tampoco, lamenta haber formado parte de la lista que en 2011 encabezaba su compañero de tertulia, Juan Carlos Ruiz Boix.

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