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Romerito, el señor del área

real balompédica linense

El zaguero de la Balona, en opinión de muchos el mejor fichaje de la presente temporada, recorre más de mil kilómetros a la semana para poder entrenarse

Romerito, un día cualquiera a su llegada al estadio, procedente de Jerez.
Romerito, un día cualquiera a su llegada al estadio, procedente de Jerez.
Rubén Almagro / La Línea

12 de abril 2012 - 05:02

El defensa de la Real Balompédica Antonio Manuel Ruiz Romerito bien podría ser el protagonista de aquella legendaria canción que llevó a Miguel Ríos a afirmar a mediados de los ochenta que vivía en la carretera. El zaguero albinegro recorre cada semana alrededor de un millar de kilómetros en su vehículo particular. Eso, sin tener en cuenta los que hace junto al resto de sus compañeros en autocar en los desplazamientos del conjunto albinegro. El futbolista balono reside en Jerez y entre cuatro y cinco veces a la semana viaja hasta La Línea para entrenarse (o jugar). Una situación que en otras temporadas hubiese provocado infinidad de valoraciones malintencionadas, pero que ante el indiscutible rendimiento del que para muchos es el mejor fichaje de la presente andadura ha pasado desapercibido.

Romerito tuvo que realizar ese trayecto por la Ruta del Toro en solitario hasta diciembre, pero desde entonces le acompaña Antonio Ocaña. "Colocaba los Cuarenta Principales en la radio y me ponía a pensar en mis cosas. No soy mucho de preparar cds ni nada de eso", recuerda.

"Había días en los que camino se hacía tela de largo, pero se va uno acostumbrando y ahora con Ocaña se hace más ameno y me distraigo un poquito más", agrega.

El futbolista desvela que esas horas sobre el asfalto "alguna vez se me fue el santo al Cielo y me vi ascendiendo a Segunda A".

"Es que yo tengo una anécdota muy curiosa", advierte. "Mi mujer", que entonces estaba embarazada "no paraba de decirme en verano que firmase en la Balona, que llegase a un acuerdo, porque tenía el presentimiento de que íbamos a hacer algo grande… y ahora sólo queda por ver qué sucede hasta el final".

"Lo mismo mi hija no trajo la clasificación en la Copa con el Mirandés, pero sí un ascenso, que es lo que más deseo, porque ya me he quedado cuatro o cinco veces a medias y no quiero que eso se repita", comenta.

Romerito reconoce que el pasado verano forzó su matrimonio con la entidad de La Línea. "Por unos motivos o por otros yo tenía ganas de firmar cerca de casa e incluso antes de terminar la temporada, estando en Lucena, ya estaba pendiente de si subía la Balona. Nada más producirse nos pusimos en contacto y no hubo demasiados problemas, porque las dos partes queríamos llegar a un acuerdo".

"Afortunadamente se han hecho las cosas bien, se fichó bien, existe un muy buen grupo y la verdad es que lo que estamos viviendo este año es maravilloso y hay que disfrutarlo cada día", explica el marcador central, que sabe de gestas muy superiores, porque no hay que olvidar que a comienzos del presente siglo militaba con el Real Mallorca en Primera división.

Una parte de esa temporada de éxitos de la que habla el defensa la protagoniza la afición albinegra, que ha dado numerosas muestras de fidelidad. "Tengo claro que La Línea es un sitio en el que se vive mucho el fútbol y cosas como las del sábado las agradecemos mucho los futbolistas, que no somos ajenos a la crisis que existe y al esfuerzo que tiene que hacer la gente para ir al estadio".

"Cuando ves las gradas con tantos aficionados te sientes más respaldado y aunque siempre quieres hacerlo lo mejor posible, tratas de darle una vuelta más a la tuerca para compensarles y darles una alegría", abunda.

El defensa no quiere entrar en valoraciones sobre su rendimiento desde que se enfunda la camisola blanquinegra. "Yo no soy nadie para decir si soy o no el fichaje más rentable de la Balompédica", recalca. "Uno disfruta cuando está cómodo y es feliz. Se dan esas circunstancias y así resulta más sencillo rendir".

"Lo que sí puedo decir es que no me equivoqué firmando en la Balona", desliza. "La directiva cumple, estamos cobrando al día y me siento muy estable".

Mientras trata de sortear los elogios, Romerito no pierde la oportunidad de regalar halagos para todos sus compañeros, pero muy especialmente para Olmo y Carlos Guerra, con los que comparte el trabajo en el eje de la retaguardia: "Resulta tan fácil jugar con ellos… Es comodísimo. Con Carlos [Guerra], que es con quien más he jugado, apenas nos tenemos que hablar y eso que tenemos ganado".

Con respecto al equipo, Romerito es de los que no se da por contento con lo ya conseguido: "Nos queda ganar el partido del domingo, que no va a ser nada fácil, para certificar cuanto antes la clasificación para el play-off".

"No creo que el partido del Villanovense supusiese un punto de inflexión", sostiene en referencia al 3-5 en el Municipal que ha dado paso a ocho jornadas en las que los albinegros han sumado seis victorias y dos empates. "A lo largo de una temporada siempre hay un equipo que te hace daño, con independencia de que tuvimos muy mala suerte en los momentos claves, pero son circunstancias que se dan, nada más".

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