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Nueva naviera en el Estrecho

El Roquetas afea la fiesta albinegra

El árbitro recoge que el público lanzó botellas de agua contra el visitante Miró, pero no que el jugador enseñó el trasero y se llevó la mano a los genitales

FOTOS: Paco Guerrero
Rubén Almagro / La Línea

14 de mayo 2012 - 05:02

La afición de La Línea tomó ayer el mando de las operaciones en la segunda parte para aupar a su equipo a la segunda plaza del grupo IV de la Segunda B. Eso que entonaban los hinchas de "en volanda a ti te lleva" era mucho más que un tópico. Los albinegros reaccionaron a la fiesta que estaba protagonizando su gente e hicieron los dos goles que les catapultaban a la segunda plaza.

La parte negativa del encuentro la protagonizaron dos integrantes de la expedición visitante. El defensa Miró primero se encaró con el árbitro y más tade con la afición, bajándose primero el pantalón y enseñando el trasero y más tarde llevándose la mano a sus genitales.

La respuesta de la grada no se hizo esperar. Insultos de todo tipo y, según recoge el acta arbitral: "En el minuto 81 cuando el jugador del CD Roquetas Casmiro Navarro, tras ser expulsado y cuando se dirigía a vestuarios, en la zona de córner del asistente número dos, se lanzaron cuatro botellas de plástico de 500 mililitros medio llenas y sin tapón, dirigidas a dicho jugador, llegando al terreno de juego y sin impactar a ningún integrante. El hecho fue comunicado al delegado de campo, para que tomase las medidas oportunas, siendo comunicado por megafonía y gracias a la rápida intervención de la fuerza pública la cosa no pasó a más".

Al término del choque un numeroso grupo de hinchas esperó al futbolista en los aledaños del estadio. El jugador llegó protegido por las fuerzas del orden hasta el autocar y una vez en el mismo levantó de forma ofensiva su dedo índice, recalentando los ánimos.

Mientras los integrantes de la Balona festejaban su éxito en el bar del estadio, el delegado visitante, Rafael García Méndez, se las tenía con varios integrantes de la Balompédica, que le recordaban su malintencionado arbitraje del once de junio de 2006 en el Granada-Balona de la fase de ascenso. Con la ayuda de la Policía llegó también al vehículo del conjunto almeriense, sin que la cosa pasase a mayores.

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