Rotaciones no, gracias

Al entrenador de la Real Balompédica, Rafa Escobar, se le fue la mano con las rotaciones. El técnico cordobés metió a su equipo en capilla con cuatro días de antelación y la consecuencia fue una sonrojante derrota en El Palo, que sólo podrá aliviarse con una victoria el próximo miércoles en la Copa. Después de un primer cuarto de hora en el que los albinegros no sólo dominaron, sino que disfrutaron de cuatro ocasiones para haberse adelantado, los de La Línea volvieron a hacer una exhibición de la debilidad defensiva que les caracteriza y regresaron a casa con un revés puede que un poco abultado, porque los malagueños transformaron en gol todas sus oportunidades, pero incontestable en cualquier caso.

El míster balono -que durante la semana había anunciado que alinearía "el mejor equipo posible"- ubicó a Alberto Merino en el costado derecho de la zaga. El veterano futbolista ya no está para desenvolverse en esa plaza y Juanillo, que acabó marcando tres goles, lo puso de manifiesto. Polaco no sostuvo el centro del campo y Fall deambuló como media punta.

Curiosamente, la primera advertencia fue para los visitantes . Apenas se habían jugado cinco minutos cuando Ismael Chico probó fortuna desde la frontal y Pol Ballesté voló y completó una buena intervención.

Después de eso y en lo que se parecía un avasallamiento de los visitante, Abdoulaye Fall se encontró mano a mano con el meta local, pero su disparo lo acarició el poste. Una jugada que pudo cambiar el rumbo del choque, aunque por su desenlace pueda parecer lo contrario.

Sin embargo no perdonaría el cuadro paleño dos minutos después. Un exbalono, el algecireño Marín, ejecutó una falta, en la que seguramente pudo hacer algo más el debutante Lolo Soler, otra de las novedades en la formación.

A partir de ese momento la Balompédica dio un paso adelante, que era lo que estaba esperando El Palo, y se volvió muy vulnerable. Los malagueños ganaban la espalda a la zaga con enorme facilidad.

Así, en el minuto 34, una jugada personal de Juanillo, que se marchó en velocidad de cuantos rivales le salieron al paso, y, cuando el portero iniciaba la salida, cruzó el balón sirvió para establecer el 2-0.

Con el resultado claramente favorable a los malagueños, la Balona se desquició y se precipitó en su juego constantemente. Sus acciones de ataque apenas prosperaban de cara al gol, y sus jugadores, cada minuto que transcurría, mostraban su ansiedad y su nerviosismo. Con esa situación y el 2-0 se llegó al descanso.

Rafael Escobar dio entrada a Juampe y Canario buscando la reacción de la Balompédica, pero la situación apenas cambió. Y es que no era la tarde/noche de los blanquinegros. Nada le salía al conjunto visitante, que no acertaba a enlazar una sola jugada y ofrecía una imagen frágil.

Por el contrario, el cuadro local volvió a responder con otro gol en el 52', cuando Juanillo se coló entre dos defensas y cruzó el balón cuando Lolo Soler salía a cubrir espacios. Primera oportunidad clara de El Palo en la reanudación, y gol. Una diana que acabó de desmenuzar a los visitantes.

La Balona hacía todo el desgaste, pero sin sentido, mientras que El Palo recuperaba balones y enfilaba el área blanquinegra siempre con mucho peligro.

En el 57' Marín robó un balón y ante la facilidad que le da la zaga linense decide disparar desde fuera del área. El balón, tras golpear en el travesaño, se introdujo en la portería. Cuatro a cero y aires de festival en San Ignacio, cuya afición hacía la ola.

Aún quedaba partido y la Balona y en el 66' Juanillo se marchó de su marcador por velocidad y cruzó el esférico sin que Lolo Soler pudiera evitar el quinto gol paleño.

Los de la barriada malagueña, que enlazan cuatro jornadas sin perder, se han especializado en golear a los rivales, pero casi nadie esperaba que la Balona recibiese también tan severo castigo.

En el minuto 75, El Palo perdió a Nacho Aranda al ver la segunda amarilla. Pero ni en inferioridad fue capaz el conjunto visitante de hacer el tanto del honor.

A la Balona sólo le queda pasar página y mirar el miércoles. El próximo objetivo es tan importante que ayudará a acallar los ecos de una de esas derrotas que, en otra circunstancia, daría mucho que hablar.