Valderrama prepara un nuevo 'pelotazo' para octubre de 2017
Javier Reviriego, director general del emblemático club sanroqueño, anuncia para el año próximo una cita "más ambiciosa" que el Open de España de 2016
Javier Reviriego es, desde hace seis años, el director general del Real Club de Golf de Valderrama, en Sotogrande (San Roque). La linense Sandra Cabrera, una más que prometedora realidad de la canción. La Tertulia de Europa Sur les hizo coincidir ayer en el Restaurante El Cortijo de Guadacorte, en Los Barrios. En apariencia dos mundos paralelos, sin nada en común. En la práctica uno y otro buscan el éxito y lo hacen con una misma filosofía: el trabajo constante y la ilusión. La cantante para llegar a lo más alto del escalafón. El directivo, para conseguir que el campo más emblemático de toda la Europa continental vuelva a ser el epicentro del golf en todo el planeta. En abril del presente año Valderrama salió de un largo periodo de barbecho y albergó el Open de España, que se tradujo en un completo éxito de público. Reviriego esconde sus cartas, pero deja alguna pista: en octubre de 2017 el mítico escenario de la Ryder Cup de 1997 volverá a acoger una gran competición. "Algo muy ambicioso", subraya.
Javier Reviriego fue becado en Miami (Estados Unidos) cuando eso, sencillamente, no se llevaba. No había ni media docena de golfistas en formación que viviesen su privilegiada situación, fruto de unas condiciones innegables. Llegó a ser profesional, una época que añora pero en su justa medida y si algo le une con su contertulia es su pasión por la música. De hecho no sólo pinchó discos de joven, sino que, admite, sigue haciéndolo en algunas fiestas entre amigos. Para calmar el gusanillo se reconoce un estusiasta de Spotify.
"Ahora disfruto más que en la época en la que jugaba, la presión entonces era brutal, porque cada día sabías que lo que estaba por medio era tu salario y además suponía un sacrificio enorme porque eras joven y tenías que renunciar a muchas cosas", explica. "En esta faceta trabajas muchas horas, porque todo hay que tenerlo previsto, es otro tipo de vida".
"En el fondo no existe tanta diferencia entre jugar y dirigir una empresa, que es lo que hago aunque estemos hablando de un club de golf", reflexiona. "Todos los días hay que trabajar al máximo para ser el mejor".
Después de colgar la bolsa de palos [al menos la profesional, porque sigue completando un recorrido a la semana] Javier Reviriego dirigió, entre otros, el Club Finca Cortesín, en Casares (Málaga), antes de desembarcar en Valderrama, que después del cambio de dirección ha impuesto una gestión más profesional, menos familiar.
"Formar parte de Valderrama supone cumplir un sueño", admite. "Estamos hablando del mejor campo de España y posiblemente de Europa, tiene muchas aspectos positivos, pero también es cierto que cualquier cosa que sale mal se ve reflejada en muchos más sitios".
Desde su llegada el campo experimentó una importante metamorfosis. "Un campo de golf es como un ser vivo, o como una casa, un hotel... si no lo cuidas se deteriora y hay que estar todos los días pendiente de él".
Durante dos años se produjo un descenso en el número de usuarios y la entidad tuvo que buscar soluciones. "Si te ofreces como el mejor tu oferta tiene que ser la mejor, porque si no, el jugador e incluso el socio acaba por irse a otro campo y aquí la oferta es muy amplia", explica.
Uno de los momentos más complicados del año llega con el anuncio de un torneo porque implica mucha responsabilidad. Y no precisamente en la semana que se celebra la competición, sino en los dos meses previos. "Hay que tenerlo todo preparado y es agotador, porque incluso hay que perfilar planes 'B' para el caso de que se produzcan contratiempos como puede ser el de la lluvia".
"Disfrutar de la competición es difícil, porque durante esos cuatro días todo el mundo tiene que estar alerta para ofrecer la mejor imagen", recalca.
Javier Reviriego subraya el impacto económico que supone no sólo para San Roque, sino para toda la comarca, la celebración de competiciones de alto nivel y discute a quienes tachan a su deporte, el golf, de clasista.
"Nosotros podemos contratar para esos días a unas trescientas, trescientas cincuenta personas", detalla. "En los días del Open de España los hoteles del entorno estaban llenos, se alquilaron coches, los turistas que vinieron salieron a cenar... todo eso es dinero que se produce desde el golf y del que se benefician todos los ciudadanos".
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