El Algeciras estrecha el Estrecho (3-0)
Algeciras CF - AD Ceuta FC | La crónica
El equipo de Fajardo se crece para vencer con contundencia al Ceuta y da un paso adelante para acercarse a la liguilla
Eric Samé, Antonio Sánchez y Antoñito rubrican el enorme partido de los algeciristas en el Nuevo Mirador
Algeciras/Triunfo enorme del Algeciras CF. Mayúsculo, titánico, incontestable. Los albirrojos se apropiaron de todos los superlativos para hacerse por la fuerza con el Derbi del Estrecho y minimizar a la AD Ceuta FC. El Nuevo Mirador fue testigo de un partidazo de principio a fin, zarandeado por la furia de un equipo que llega cañón a las diez últimas jornadas del campeonato del grupo X de Tercera división. Emilio Fajardo ha puesto al Algeciras a un solo punto de los puestos de liguilla. A uno del cuarto y del tercero. Ya se huele y sobro todo ya lo ven venir. Se acerca un trasatlántico desatado.
El Algeciras pegó un puñetazo en la mesa. Lo hizo ante un rival directo, ante un enemigo de peso, un Ceuta que nunca será un cualquiera y que sigue por encima, pero se deja los puntos, autoestima y el golaveraje. Los albirrojos jugaron con más cabeza y acierto que los caballas, corrieron e hicieron correr y, por encima de todo, inyectaron una marcha endemoniada a un duelo sin tregua que pareció un cara a cara por el ascenso hasta en el ambiente.
El Algeciras se presentó sobre el verde como si fuera la última batalla, con las pinturas de guerra y con sus mejores guerreros. Seguramente los resultados de la mañana (la derrota del Betis Deportivo y el empate de Los Barrios) rebajaron la presión en el vestuario de La Menacha, pero eso nunca se sabrá. Lo cierto es que los locales controlaron los tiempos, la atmósfera y los esfuerzos como el mejor de los estrategas. La responsabilidad (porque había que ganar) no fue esta vez un lastre para tanto talento.
Fajardo alineó un once que a día de hoy no tiene nada que envidiarle a los mejores de la categoría. Un once que casi todo algecirista tiene en la cabeza con uno o dos matices. La alineación funcionó de maravilla porque cada uno hizo su parte. Calidad y temperamento se mezclaron en un centro del campo que hizo girar el terreno como un orbe. Ganet y Pipo pusieron la brújula y el capitán Iván el pico y la pala. Atrás, Borja Vicent se vistió de pitbull para guarecer la defensa y arriba Antonio Sánchez y Eric Samé se aliaron para hundir la flota caballa.
Samé fue la carta sorpresa de Fajardo y el ariete correspondió con un partido de entrega y bella factura. Si Karim es un fajador, Samé es un estilista con la pelota. Suyo fue el primer aviso a los 5 minutos con un disparo a la media vuelta. El Algeciras empujaba y llegaba aunque el Ceuta tuteaba. Los de Juan Ramón Martín, con bajas sensibles pero un equipazo, asomaban la cabeza con Sufian, el algecireño Willy o el habilidoso Chakir.
Cuando un equipo está, está, y el Algeciras estuvo fino para concretar en ese comienzo enérgico. Un córner provocado por Pipo, al que se le nota más enchufado, originó el saque de esquina que peinó Antonio Sánchez y empujó sin oposición Eric Samé en el minuto 15. El africano estaba completamente solo. El alfil se comía a la torre en la primera jugada clave sobre el tablero.
El Algeciras envalentonó al Nuevo Mirador y amedrentó al Ceuta. Los norteafricanos apenas se acercaron a los dominios de Romero en el primer acto salvo por una intentona a balón parado en la que el exalgecirista David Camps se estorbó con un compañero. Hubo pitos para el balear tras ser sustituido.
Eric Samé acarició de vaselina el segundo del Algeciras tras un robo de Antonio Sánchez, pero Segura despejó casi sobre la línea de gol en el 23’. Pocas oportunidades más claras hubo en un primer tiempo intensísimo, con roces, con muchísimo fútbol de ese que no luce pero que tanto gusta a pie de campo con duelos auténticos en cada uno de los balones disputados.
A la vuelta del descanso, el Algeciras no dio pie a especulaciones. Iván, que estuvo de diez, apareció en un ataque para poner calma y abrió a la banda izquierda. Allí cogió el cuero José Carlos, amagó, se acomodó para centrar con la derecha y puso el esférico en la cabeza de un Antonio Sánchez que vuelve a sembrar el terror. El pichichi albirrojo dirigió el balón, inalcanzable para el sanroqueño Iván Villanueva. 2-0 en el minuto 50.
Cruzada la hora de partido, Fajardo movió el banquillo con la entrada de Antoñito. El equipo aprovechó para tomar un respiro y fue el momento del Ceuta. Apenas unos minutos pero los caballas quizás dejaron pasar la ocasió para meterse en el choque. Migue cabeceó al palo un saque de esquina en el minuto 66 y Willy casi sorprende a Romero con una lanzamiento de falta muy envenenado en el 68’. Ahí quedó el arreón de los de Juan Ramón.
Los últimos veinte minutos fueron un disfrute para el Nuevo Mirador, con la certeza de un triunfo casi seguro, con su equipo completamente metido en la pelea y con un rival cuyos jugadores miraban de reojo al técnico en la banda y se desesperaban buscando soluciones para franquear el muro levantado por los albirrojos, imbatido por quinta jornada consecutiva.
El Derbi del Estrecho se congeló en el minuto 85 cuando el visitante Chakir se desplomó sobre el césped por puro cansancio. El derroche había sido brutal por parte y parte. El juego se detuvo y el ceutí fue atendido hasta que abandonó el césped acompañado por las asistencias entre aplausos. En ese mismo momento un par de seguidores algeciristas se habían enzarzado en la Tribuna. No pasó a mayores pero ambos sobran un campo de fútbol.
El balón volvió a rodar, con seis minutos de alargue. Karim y Zafra, los dos últimos recambios, buscaban su golito a la contra pero el que lo hizo fue el algecireño Antoñito con un zapatazo ajustado a uno de los palos. La guinda de una victoria merecidísima que terminó con los albirrojos ovacionados ante una plebe rendida a las evidencias: el Algeciras es sexto con 58 puntos, los mismos que el Betis Deportivo y la UD Los Barrios, y está a solo uno del Ceuta y el Córdoba B.
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