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Algeciras CF - Arcos CF | La crónica

El Algeciras rescata el empate con un gol de Karim ante un rival que lo hace casi perfecto en el Nuevo Mirador

Fajardo saca un once predecible pero rectifica con unos cambios que inyectan más sangre

Los albirrojos se vuelven a alejar a siete puntos de la cuarta plaza del grupo X de Tercera

El albirrojo Javi Zafra pugna por el balón con un jugador del Arcos. / Erasmo Fenoy

Algeciras/El Algeciras CF sobrevivió a la histeria colectiva para sacar un punto ante el Arcos CF. El equipo albirrojo rescató un empate en un partido que se puso de pronto cuesta arriba ante un rival que lo hizo casi perfecto en el Nuevo Mirador. Casi porque el gol de Karim salvó la tarde a Emilio Fajardo, que se equivocó en el once inicial (o no supo motivarlo) pero fue capaz de rectificar con los cambios en un banquillo repleto de gasolina súper. El técnico sigue invicto pero redujo un poco más el margen de error de un equipo que no puede dejar escapar muchos puntos más de su templo si quiere aspirar a la fase de ascenso a Segunda B, ahora a siete puntos.

Del control absoluto de la situación al nerviosismo total. Así fue la puesta en escena del Algeciras ante el Arcos en una primera parte que desempolvó fantasmas del pasado. El conjunto de La Menacha se dejó las ideas en la caseta y cayó en un juego plano, frío, horizontal y somnífero. El Algeciras fue predecible ante un Arcos con la lección aprendida al dedillo, un Arcos que convirtió en gol la primera ocasión que tuvo en una contra de manual entre Borja, Cabellero y Giráldez. A partir de ese momento el caos se adueñó de los rojiblancos y el entrenador comenzó a zarandear el banquillo. Todo el segundo tiempo pareció jugarse en un eterno minuto 90 hasta que Javi Zafra, de nuevo el revulsivo, botó un córner que Karim remató para la igualada en el minuto 82. Pudo pasar cualquier cosa en el último arreón y seguramente lo mejor es que no pasó nada.

El Algeciras se dejó dos puntos. Es más, salvó uno en un partido que parecía perdido, pero si algo tuvo este equipo fue orgullo y obstinación para no tirar la toalla. Emilio Fajardo se quiso mantener fiel al conjunto que ganó en Lepe con el único retoque del regreso del capitán Iván por Josemi. El míster formó un banquillo de lujo en el que cada futbolista sería titular en un candidato al ascenso del grupo: Zafra, Samé, Cerpa, Gámiz, Alberto... Pablo Ganet. ¿Demasiado material sentado? Es la sensación mayoritaria de una afición que vio con recelo la alineación. Más que nada porque no había sorpresa para el Arcos más allá de tener el balón e intentar cansar a un rival ejemplar, el equipo más jartible de la categoría de la mano del maestro Pepe Bermúdez.

Fiel a su esquema de tres centrales (repitió Gallardo) y dos carrileros largos, el Algeciras amasó la bola frente a un oponente muy ordenado. En la primera media hora, los locales apenas coleccionaron un par de llegadas por banda, una ocasión de Pipo y un disparo alto del multiusos Borja Vicent. Los laterales volvieron a terminar fundidos pero no tuvieron su mejor día a la hora de centrar, como se podrá comprobar en la segunda parte de este relato.

En una de esas pérdidas tontas que el Algeciras protagoniza cada jornada, el Arcos armó un contragolpe de escuela. El grandullón Borja encaró a su excompañero Benítez, cambió a Caba y éste la puso en el área para que rematase, entre dos defensas, Giráldez. 0-1. Minuto 36.

El Nuevo Mirador resopló porque lo veía venir. Tanto toque estéril y tan poca profundidad ante un ejército de soldados como el que tiene el Arcos... se veía venir. El Algeciras se fue desquiciando poco a poco hasta alcanzar el descanso. El equipo no sabía qué hacer con el balón y Karim se aburría arriba en punta de lanza.

A la vuelta del intermedio, Fajardo empezó a quemar cartuchos. Metió al debutante Eric Samé y sentó a Pipo, a quien le puede venir bien un descanso. El Algeciras formó con dos puntas pero seguía con tres centrales y más de un hincha se lo recriminó al técnico con algún pitido. Juanjo y José Carlos lo intentaron infinitas veces por sus costados pero demostraron que lo de centrar no es lo suyo. Ni un balón al sitio.

A falta de media hora llegó el momento del reestreno de Pablo Ganet, recibido con aplausos. Hacía falta un héroe. El centrocampista trató de poner pausa en medio del caos pero el paso de los minutos hizo necesaria otra solución: Javi Zafra. El roteño volvió a desequilibrar por el flanco derecho e hizo daño a la inexpugnable defensa del Arcos. Suyo fue el córner que cabeceó Karim con el alma para lograr la igualada a falta de ocho minutos más la propina.

El Nuevo Mirador arrimó el hombro para apelar a la épica, pero entonces el Arcos hizo lo que hacen los valientes y Pepe Bermúdez tiró a su equipo hacia adelante. Fue lo que seguramente evitó su derrota. El terreno de juego se partió en dos, con una isla enorme en el centro del campo, y unos y otros se buscaron las cosquillas con las poquitas fuerzas que restaban hasta firmar el empate.

El Algeciras, que ha tirado la casa por la ventana en el mercado de invierno como no se recuerda, ha elegido el camino más pedregoso hacia su objetivo. La cuestión es si hay tiempo suficiente o no para alcanzar con pasitos cortos las cuatro primeras posiciones del grupo X de Tercera división. Mucho hay que correr para limar esos siete puntos de desventaja.

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