El Algeciras no amarra todo el botín (2-2)

Algeciras/El Algeciras CF tuvo muy cerquita su primera victoria en la Primera RFEF. Habría sido muy merecida después de ver el arrollador primer tiempo de los chicos de Iván Ania con los goles de Tomás y Almenara. No obstante, tampoco se puede tildar de injusto el empate que arrancó el FC Andorra, a base de muchísima paciencia y sobreponiéndose con calidad a un resultado muy cuesta arriba. El esperadísimo estreno algecirista en el Nuevo Mirador iba para fiesta por todo lo alto -de hecho, lo fue por el ambiente-, pero acabó con un puntito de amargura tras esa igualada en el último suspiro cuando la afición ya paladeaba un triunfo de prestigio.

Lo mejor es que de los errores, que los hubo, se aprende, sobre todo cuando se suma. Y el Algeciras volvió a sumar por segunda jornada tras el empate del debut en Barcelona. Es verdad que este punto sabe distinto al del Johan Cruyff, pero habla muy bien de las intenciones del algecirismo el hecho de que puntuar ante el Andorra sepa a poco. La exigencia y la ambición han llegado a este club para quedarse.

El telón de la Primera RFEF se alzó en La Menacha de manera oficial con un partido repleto de fútbol, vibrante, en medio de un ambiente extraordinario dentro de las restricciones cada vez más relajadas y lógicas que permite el maldito bicho. Iván Ania apostó por un once calcado al de Barcelona con la única variante de Alcázar por Zabarte en el lateral derecho. Apuesta por el correcaminos de Jaén y mensaje de fidelidad a su primera alineación.

El equipo albirrojo salió a mil revoluciones en un arranque frenético en el que avasalló a los andorranos desde los primeros compases. A los tres minutos, tras una falta cometida sobre Roni, el algecireño Tomás botó una falta que se envenenó y tocó en un contrario para colarse en el portal defendido por Nico Ratti. El autor del histórico gol olímpico en Barcelona volvía a hacer de las suyas y ponía patas arribas las gradas. Roni tuvo acto seguido otra oportunidad ante el desbordado Andorra.

Tras el primer cuarto de hora, el encuentro se calmó y el Andorra se hizo con la posesión del balón. Los de Eder Sarabia, sin embargo, sufrían atrás cada vez que el Algeciras apretaba arriba con nervio. Tuvo que intervenir Nico Ratti con un paradón en el 24' en una acción que casi acaba en gol tras un rebote en Riverola. Robin probó desde la frontal tras una recuperación rápida de los locales.

Fruto de ese empuje llegó un nuevo robo en ei que Roni abrió a la banda izquierda de Tomás, donde el zurdo, con mucha templanza, sacó un centro de superclase que Gonzalo Almenara cabeceó a la red entrando por el segundo palo. 2-0 en apenas media hora y éxtasis en el Mirador.

Pudo agrandar su ventaja el conjunto de Iván Ania antes del descanso ante un rival que trató de replicar en los últimos compases previos al intermedio por medio de Marc Fernández. Iván Gil reclamó en el 43' un penalti tras caer en el área albirroja. Nada más antes del silbatazo.

El segundo periodo arrancó con el mismo guion, con el Algeciras llegando pronto, pero con otro tempo por parte de los de casa, conscientes de su ventaja y de la necesidad visitante de dar un paso al frente.

El Andorra lo intentó por los costados sin apenas intimidar hasta que Sarabia dio con la tecla al mover el banquillo. Como le pasó al Algeciras en Barcelona, el rival encontró soluciones en la banqueta. De hecho, en el minuto 65 el recién incorporado Héctor se sacó un zapatazo desde la distancia para recortar diferencias y poner el 2-1. Era el gol que lo cambiaba todo.

Tras el tanto visitante, el Algeciras tuvo que remangarse y sufrir las embestidas de un Andorra más fresco a la hora de atacar. Ania, que tardó algo en tirar de sustituciones, empezó a refrescar con Villapalos y poco después buscó descaro con Víctor López y Leiva. El Algeciras estaba por la labor más de buscar el tercero que de proteger la renta.

Los de Sarabia acariciaron la igualada en varios acercamientos en la recta final, sobre todo en el 77' con una ocasión de Carlitos que desbarató su compañero Héctor, de espaldas, sin querer. Pero el dominio del cuadro del Principado se transformó en recompensa cuando los de Sarabia encontraron un boquete en el centro de la zaga algecirista y lograron rascar el valioso punto en el minuto 89. El desajuste que apunta a los centrales permitió a Rubén Enri marcar a placer el 2-2 tras pase de Héctor. Pero los fallos en el fútbol suele producirse en candena, por una cadena de acontecimientos, y esa brecha fue colectiva.

¿Le faltó maldad, más colmillo, más cancherismo al Algeciras en los últimos compases? Pues seguramente. Por delante hay toda una semana para hacer análisis.

Segundo empate y segundo punto para los algeciristas en su arranque de temporada. Cuarto punto para los andorranos, líderes provisionales del grupo II.