El Algeciras de la perseverancia (1-0)

Algeciras/Hacía falta una así. Hacía falta una victoria en casa con un chute enorme de épica. Hacía falta un triunfo con un gol en el último suspiro, con la grada empujando y el equipo derrochando perseverancia para derribar a un rival tan coloso como rácano. El Algeciras CF tumbó al Nàstic de Tarragona en uno de esos partidos en los que la diosa del fútbol se quitó la venda para impartir justicia por derecho. Si un equipo demostró en el Nuevo Mirador que quería ganar, si uno de los dos arriesgó y expuso el corazón, ese fue el de Iván Ania.

El Algeciras, con sus virtudes y sus defectos, se mostró infinitamente más valiente que un Nàstic ultraconservador, un conjunto grande en la categoría que se conformó desde primera hora con intentar rascar un empate en el Mirador. Si los de Raúl Agné no han ganado aún a domicilio no es por falta de plantilla y potencial -que lo tienen y a raudales-, seguramente tenga que ver más con la actitud.

El algecirismo consiguió un triunfo fundamental. No tanto por los puntos y la clasificación, sino más bien por lo que significaba volver a ganar en el templo de La Menacha y volver a la buena senda tras una racha con demasiados empates. Las tablas estuvieron muy cerca otra vez, pero apareció Víctor López desde el banquillo para vestirse de héroe y multiplicar por mil el esfuerzo de sus compañeros y de unas gradas que de nuevo convivieron en una comunión total y absoluta. El Mirador achuchó en ese último aliento decisivo.

La vuelta de Tomás y Roni posibilitó un Algeciras más reconocible, aunque la gran novedad en el once fue el debut como titular de Ferni en lugar de Víctor López. El banda talaverano se refrendó como un refuerzo de los que suma desde el primer día y va a elevar la competencia en los costados, una zona en la que por cierto cuajó un gran partido Alvarito Alcázar.

Desde los primeros compases, los locales trataron de llevar el peso del partido ante un Nàstic bien posicionado y al acecho. Los de Agné no inquietaron ante un Algeciras que gozó de las únicas ocasiones del primer tiempo: un disparo que se envenenó de Leiva en el minuto 8, una ocasión de Ferni en el 13' en la que intentó el disparo y una triple oportunidad en el 29' en la que Roni y Leiva se toparon por dos veces con Manu García y una con el palo. Un milagro que la acción no acabase en gol.

Los de Ania controlaron los tiempos pero lo hicieron con poco ritmo durante muchos minutos. Al Nàstic le bastó con sus ordenadas líneas para dificultar la circulación de balón de unos albirrojos con más jugadores imprecisos que acertados, sobre todo en el pase en largo y a la hora de buscar centros. Quedaba medio tiempo por delante.

A la vuelta del descanso, el mismo guion con más dominio local pero con menos acción si cabe. Los de Ania tuvieron una clarísima ocasión en el 50' para adelantarse con un centro de Leiva desde la derecha que Romero solo tenía que empujar de cabeza.

Lejos de dar un paso al frente, el Nàstic se conformó descaradamente con el punto y, con el brío extra del banquillo -muy bien Duarte y Víctor López- el Algeciras lo intentó con fe hasta el final. Duarte oxigenó al equipo de casa, ya que Borja estaba fundido y no había tenido su mejor día. Víctor López se incrustó en la derecha y desde ese costado se incorporó como un león para rematar de primeras y con tiro cruzado el centro de Ferni desde la izquierda. Ferni para Víctor, tenemos nueva conexión.

El minuto 87 retumbó en todo el estadio como una explosión de júbilo. El resto de minutos, con cuatro de añadido, se consumieron bajo el ruido de los más de cuatro mil algeciristas que cerraban el puño tras el pitido final.

El Algeciras se levanta de su tropiezo en Madrid y se pone con 21 puntos tras 13 jornadas. Los de Iván Ania se aúpan a la quinta plaza, a un solo punto de los puestos de playoff de ascenso. El próxmo domingo, visita al UCAM de Salva Ballesta y después la Copa del Rey y un maratón de partidos en casa.