Borja Vicent, el guerrero del Algeciras

Algeciras/Borja Vicent nació en un pequeño municipio de Castellón, Alqueries, pero seguramente en otra época habría sido un espartano en la antigua Grecia o un centurión en las legiones romanas. Si se hiciese una encuesta entre el algecirismo sobre con qué jugador de la plantilla de Emilio Fajardo irían a la guerra, seguramente se repetiría el mismo nombre.

El Algeciras CF ha encontrado en Borja Vicent a uno de sus pilares fundamentales, primero para conseguir un ascenso histórico y, después, para aterrizar en la Segunda B con paso firme. El carácter dentro del terreno de juego del valenciano caló muy pronto entre una afición que venera la actitud del futbolista y que el pasado domingo coreó su nombre después de que evitase un gol cantado del Córdoba en el minuto 90. Los porteros dan puntos, los delanteros dan puntos y Borja Vicent dio un punto de oro con aquella última carrera para sacar el balón casi en la línea de gol.

"A este equipo le encanta la guerra", dijo Vicent, siempre con una sonrisa cuando está fuera del césped. El albirrojo es un bromista con sus compañeros en el día a día, pero se transforma cuando el balón rueda. Poca broma encontrarse con Borja Vicent como adversario cuando hay tres puntos en juego o una eliminatoria.

El algecirista se lamentó por no haber conseguido el triunfo ante el Córdoba después de la reacción con dos goles en contra: "Nos podíamos haber llevado los tres puntos... Pero también perder el que conseguimos", razonó. "Cuando Antonio marcó sabía que como mínimo íbamos a sacar un empate y se lo estaba diciendo a los jugadores del Córdoba, que como siguieran tiempo al final se iban a acordar...", explicó.

Vicent asegura que el Algeciras está "en la línea a seguir" de juego, compromiso, trabajo diario, conexión con la afición... "Lo que pasa es que a equipos así (Córdoba, Cartagena, Badajoz...) es imposible dominarlos 90 minutos, creo que estamos jugando a un nivel muy alto pero hay momentos en el que te achuchan y hay que saber sufrir", sostiene el albirrojo, que insiste en algo innegociable para el vestuario: "El equipo no baja los brazos, nunca va a hacerlo".

El defensor ya reconvertido en central (llegó como mediocentro al Nuevo Mirador) es un fijo junto al algecireño Pablo de Castro. Ambos se complementan de maravilla. Lo que uno pone con velocidad, el otro lo replica con oficio y saber estar. Vicent considera que el Algeciras está encajando muchos goles por una cuestión "de rachas". "Estamos teniendo esa mala suerte porque realmente estamos defendiendo bien todos. Seguramente habrá momentos en que nos llegarán diez veces y nos meterán solo una, no como ahora que nos llegan dos y nos hacen un gol. Creo que son rachas porque, como dice el míster, estamos trabajando genial", sentenció.