El Costa Brava, un 'caramelo' envenenado para el Algeciras
Algeciras CF | Análisis del rival
El penúltimo clasificado, a catorce puntos de la salvación, tumbó al Castellón y logró empatar con el Villarreal B y el Andorra en su campo
Los de Palamós, muy tocados, se aferran a las matemáticas
Algeciras/La UE Costa Brava, el Llagostera de toda la vida, aguarda al Algeciras CF este Viernes Santo (21:00) en una de sus últimas finales reales para soñar con la permanencia en la Primera RFEF. El próximo rival albirrojo se aferra a las matemáticas para luchar por una salvación que tiene muy complicada. Los azulgrana, a pesar de lo que indica la clasificación, han conseguido puntuar ante rivales de talla en el Municipal de Palamós, el escenario de la cita de esta 32ª jornada.
El Algeciras de Iván Ania tiene por delante de una visita trampa, un viaje de esos en los que casi todo el mundo da por hecho que los puntos acabarán en el saco antes de tiempo. El Costa Brava está tocado, muy tocado, pero para nada hundido. A catorce puntos de la permanencia con solo 21 por jugarse, el cuadro catalán tiene que quemar todas las naves. No le queda otra.
El Costa Brava marcha penúltimo clasificado con 25 puntos (veinte menos que el Algeciras) y está a catorce de la frontera que marca el Sevilla Atlético. Solo ha logrado cuatro victorias en toda la temporada aunque ha empatado trece partidos, el que más de todo el grupo. El equipo de Palamós ha marcado 17 goles y recibido 39.
El oponente algecirista viene de perder en Linares (2-0) tras haber enlazado dos empates en casa ante Andorra y Sevilla Atlético, donde no cae desde primeros de marzo en aquel duelo crucial ante el filial del Betis, el colista.
En casa este 2022, el Costa Brava ha sido capaz de ganar al Castellón (2-0) y de empatar con Barcelona B (2-2), Villarreal B (0-0) y Andorra (1-1), lo que previene de la dificultad de un rival indigesto para cualquiera. El Nàstic también mordió el polvo en Palamós (2-0).
La irregularidad marcó la primera vuelta de un Costa Brava que arrancó con buen comienzo liguero hasta que tuvo un primer bache de cuatro derrotas -la más dura en el Nuevo Mirador- y otro segundo, de cinco. Los de Palamós protagonizaron una reacción entre diciembre y enero, cuando el equipo movió ficha y cambió cromos, y el club cambió de propietarios. Sin embargo, la tónica de los empates ha ido minando a una plantilla que ha perdido demasiado comba. La realidad es que el Costa Brava solo ha ganado uno de los últimos 15 partidos.
Oriol Alsina, esposo de la presidenta, Isabel Tarragó, empezó la temporada como primer entrenador. Tras el cambio de propietarios del club, antes de Navidad, pasó a desempeñar funciones de director deportivo y desde entonces es Óscar Álvarez, que era su segundo desde hace tiempo, el que desempeña las funciones de primer técnico.
La entidad maniobró para reforzar y dar un giro de timón en invierno. Hasta ocho incorporaciones aterrizaron en Palamós: Sergio Gil, Varela y Dani Pérez (Extremadura), Comapins (Tarazona), Nuha (UCAM Murcia), Álex López (Palamós), Yuhao y Sebas Coris. Se marcharon Aimar y Xumetra (Olot), Álex Roig (Unionistas de Salamanca), Álex Calatrava (Atlético de Madrid B), Borja Llarena (Gernika), Gil Muntadas (Cornellà), Pau Juvanteny (Peralada), el exalgecirista Moussa Sidibé (Johor Darul Takzim), además de David Haro y Lucas Viale.
El club afrontó en verano el cambio de nombre y localidad para adaptarse a las necesidades de la Primera RFEF, y en noviembre dio el paso a manos de otros propietarios. Isabel Tarragó y Oriol Alsina, la dupla que ha dirigido los despachos y el banquillo durante los últimos años y que ha sido clave para el crecimiento de la entidad, vendió el 75% de las acciones a una empresa privada.
De cara a este viernes, el Costa Brava tiene la baja segura por sanción de Forlín.
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