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Gloria para el Algeciras, orgullo para Los Barrios (2-1)

Algeciras CF - UD Los Barrios | La crónica del derbi

Los albirrojos se clasifican para la liguilla tras arrebatar la cuarta plaza a la Unión en un derbi trepidante

Forján marca primero, Borja Vicent iguala y Karim decide en el minuto 86 para delirio del Nuevo Mirador

El gualdiverde Bonaque persigue al albirrojo Antonio Sánchez. / Erasmo Fenoy

Algeciras/La madre de todos los derbis catapultó al Algeciras CF a la liguilla de ascenso a Segunda B y privó del sueño a la Unión Deportiva Los Barrios. Gloria para unos, orgullo para otros. Sólo podía quedar uno y los dos honraron este bendito deporte en el Nuevo Mirador hasta las últimas consecuencias con uno de esos partidos trepidantes que será recordado durante mucho tiempo.

El Algeciras se va de liguilla como cuarto clasificado del grupo X de Tercera, pero como campeón moral. Cádiz B, Ceuta y Utrera le acompañarán en la aventura. Los albirrojos culminaron la hazaña tras una remontada de película que encarna el espíritu de un equipo que nunca se dio por vencido. Hay que inclinarse ante Emilio Fajardo por haber reanimado a un vestuario que por momentos estuvo KO y ha terminado por protagonizar una recta final de matrícula. Los de la Villa, por su parte, lo dieron todo, absolutamente todo, hasta el último aliento. La tropa de Carlos Ríos no se achicó nunca en territorio comanche y tuvo el golpe de gracia más de una vez cuando el derbi se tornó en una batalla a campo abierto. No puede haber un solo reproche para esta Unión que se ha convertido en el orgullo de un pueblo.

El derbi tuvo de todo: tensión a raudales, emoción, ocasiones, estrategia, mucho fútbol, muchísimo corazón y por encima de todo un ambiente excepcional, de muy superior categoría con más de cinco mil almas en las gradas. El algecirismo respondió –¿alguién lo dudaba?– y fue mayoría absoluta, pero Los Barrios contó con el calor de unos fieles ejemplares, con el Comando Chicharrón a la cabeza de una hinchada con la que uno no tiene más remedio que simpatizar.

La Unión hizo lo más difícil, lo que más le ponía, golpear primero y silenciar gran parte de La Menacha con un aguijonazo del pichichi Javi Forján pasado el cuarto de hora. Quedaba un mundo y el Algeciras se recuperó. Fue al filo de la media hora cuando una jugada a balón parado dio a luz el empate de Borja Vicent. Las ocasiones se sucedieron en uno y otro bando durante la segunda mitad. Los barreños se toparon con Romero en su versión de santo y los albirrojos encontraron el premio en el minuto 86, cuando el duelo se había partido en dos y se jugaba a pecho descubierto, con un gol de Karim que vale una temporada.

Algeciras y Unión comenzaron a mil revoluciones. Tanto es así que no había pasado ni un minuto cuando el colegiado amonestó a Juanjo y Alan a modo de advertencia. El sevillano Santizo Álvarez, muy entero en todo momento, agarró el derbi para que no se le fuese de las manos.

La primera llegada clara la protagonizó la Unión tras un desajuste defensivo del Algeciras que acabó con Goma enfilando portería y su disparo fuera por poco. Minuto 9 y primer aviso. Los locales se asomaron al cuarto de hora con un disparo de Antonio Sánchez con más intención que puntería. El derbi se movía por los cauces esperados y ocurrió lo que podía ocurrir, que el balón llegase al corazón del área a la persona adecuada. Corría el minuto 17 cuando la Unión armó un ataque, Sergio Iglesias centró desde la derecha y en la zozobra de la zaga algecirista apareció Forján para cabecear solo. 25º tanto del pichichi del grupo.

El Algeciras, que otras tantas veces se hundía y metía la cabeza en un hoyo al primer varapalo, reaccionó con carácter. El equipo de Fajardo se recompuso ante una Unión cómoda en su papel. Los de Carlos Ríos explotaron sus virtudes, muy tácticos, muy físicos, al límite siempre. En una de esas faltas cercanas al área, los de casa sacaron el empate en el minuto 28. Pablo Ganet colgó el balón, el meta David Zamora midió mal su salida, Pablo de Castro se echó como un león encima para un primer remate y Borja Vicent, otra fiera, empalmó el esférico a la red. 1-1. Vuelta a empezar.

Repuestas las tablas y con una hora de puro derbi por delante, el duelo se amansó por momentos pero sin bajar el pistón. El Algeciras apretó antes del descanso y merodeó con un par de llegadas de Antonio Sánchez, enorme en la pelea y el juego de espaldas. Con todo, la más clara la tuvo José Carlos con un obús que Zamora abortó por bajo en el 43’. Este portero también es responsable de la grandísima campaña de los gualdiverdes.

El único al que le podían interesar otros marcadores era a la Unión, que en caso de empate podía meterse si el Utrera o el Xerez DFC pinchaban, cosa que no parecía factible. Por eso mismo el derbi siguió como si les fuera la vida a ambos, como realmente era.

Antonio Sánchez llevó el ¡uy! a las gradas en el minuto 51 con un disparo cruzado que se marchó por poquito. El Algeciras salió intenso y rondaba el área de una Unión cada vez más metida en su terreno, muy castigada por el derroche del primer acto. En esa lucha titánica por la zona ancha creció muchísimo el albirrojo Cerpa, robando balones, dando aire al corte, al choque a pesar de tener una amarilla tempranera. Qué importante ha sido el chaval en este último tirón.

La Unión resistió las embestidas con gran sacrificio y esperó su momento para contraatacar. Los barreños hicieron pupa por los costados, en especial por el del algecireño Gonzalo Almenara. Aunque Forján quedó demasiado aislado, separado por muchos metros, los de Ríos encontraron la fórmula para llegar. En el 64’ Alan no acertó a controlar cuando se quedaba casi solo en el área, pero la Unión casi cantó el gol en el minuto 68 con una triple oportunidad entre Forján y Alan que desbarató por dos veces un sobrehumano Romero y por último despejó casi sobre la línea Pablo de Castro. Ahí la tuvo.

Entre el algecirismo, superado el susto, tomó cuerpo el murmullo: “Está para nosotros, esta vez nos metemos”. Sin embargo, la Unión volvió a tenerla muy clara para marcar el segundo en el minuto 75. Forján se quedó en un mano a mano con Romero, parecía como si el tiempo se detuviese, y el Gato atajó la picadura del pichichi. Ahí la tuvo, otra vez.

Con todos los cambios en liza más pronto que tarde, la Unión y el Algeciras se apostaron para quemar las naves. No hacía falta que estuviese pactado. Era evidente que el empate dejaba a los dos sin liguilla y había que poner el todo por el todo o de lo contrario se iban a ahogar ambos en la orilla.

Los barreños se estiraron encomendados a una de esas diabólicas transiciones que hacen como nadie y el Algeciras acumuló toda su artillería con gente fresca arriba como Eric, Pipo y Karim para su último bombardeo.

El intercambio de golpes dio en la diana en el minuto 86 cuando un centro desde la derecha de Juanjo se paseó hasta dar en el blanco con Karim, uno de esos fichajes de invierno que realizó Miguel Ángel García, el directivo que dimitió tras el revés en Coria. Así es el fútbol. El Nuevo Mirador retumbó, la Unión lo intentó, el Algeciras aguantó y la fiesta se quedó en casa.

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