El Algeciras, Iván Ania y la rareza de la estabilidad

Algeciras/Iván Ania ha conseguido algo con el Algeciras CF que hacía una década que no se veía en el Nuevo Mirador. El entrenador asturiano ha logrado completar dos temporadas consecutivas en el banquillo albirrojo, un hito que no producía desde la etapa de Manolo Sanlúcar. El de Bornos, artífice del ascenso a Segunda B de 2013, se despidió en 2014 tras el descenso en la promoción ante el Mestalla. La cuestión ahora es si la dirección del Algeciras y Ania mantienen la confianza mutua para que el técnico inicie su tercera campaña seguida o si el divorcio que se palpa en el ambiente ya es irreversible.

Una de las grandes preguntas que ronda la mente del algecirista pasa por la situación de Ania: ¿Continuidad o un fin de ciclo? Hay defensores y detractores de las dos posturas, pero la realidad es que esta decisión solo está en manos de las dos partes implicadas.

A día de hoy, el Algeciras se encuentra inmerso en el cierre del ejercicio 2022/23 al mismo tiempo que planea los primeros pasos de la andadura 2023/24, con el buque insignia del proyecto de nuevo en Primera Federación. La casa roja y blanca está de limpieza y reorganización, como ya se ha visto en la cantera, y el mando general lo ejerce Ramón Robert, el accionista de la SAD como mayor presencia en la ciudad y el socio del capital norteamericano impulsado por Mac Lackey. ¿Qué ocurre con Félix Sancho? El burgalés está centrado ahora en la final a cuatro que el San Pablo disputará el próximo fin de semana en casa como gran oportunidad para devolver al baloncesto de Burgos a la ACB.

En el algecirismo existe una incertidumbre sobre quién o quiénes van a decidir el futuro del club, algo que las tres grandes patas del accionariado no terminan de dejar claro, aunque las últimas decisiones en La Menacha contribuyen al runrún de que Sancho está en vías de desvinculación. Evidentemente, este escenario marca el desarrollo de una planificación deportiva que parece va a dilatar los primeros nombres confirmadas hasta primeros de julio. El Algeciras puede estar matándose a trabajar en la sombra, pero el aficionado quiere certezas y anuncios.

De vuelta a la situación de Iván Ania, el ovetense marchó a casa al término del curso, a estar con su familia. Su intención es regresar y afrontar su tercer año de los cuatro que firmó tras el aterrizaje de Sancho. A pesar del calentón en su última rueda de prensa, el asturiano no va a renunciar ni a buscar una salida, salvo que le llegue una propuesta irrechazable. Desde la institución, Robert aseguró que el entrenador tenía contrato y que, por tanto, no había nada que debatir. La realidad, sin embargo, es que la relación entre la propiedad y el míster se ha tensado y, para firmar la pipa de la paz, hará falta una reunión en la que aclarar los aires y dejar muy claro lo que quieren una y otra parte.

Toma el testigo a Sanlúcar

Ania, el técnico que ha dirigido y mantenido al Algeciras CF en Primera Federación en las dos temporadas de vida de la categoría, ha tomado el testigo de Manolo Sanlúcar como el siguiente entrenador que consigue completar dos campañas seguidas en el banquillo del Nuevo Mirador. Es una situación tan excepcional en el club, que son los únicos técnicos que lo han conseguido en el siglo XXI.

Varios preparadores llegaron a comenzar dos temporadas pero casi ninguno aguantó esa montaña rusa en la que se ha convertido entrenar al Algeciras. Ania lo ha logrado en una andadura complicada, con constantes altibajos y más de un conato de alerta roja. El Algeciras ha sido en este sentido la gran excepción en una categoría que cortaba cabezas con una facilidad temerosa. La confianza en el ovetense fue ciega aunque hay quienes defienden que la entidad no se planteó otra medida para incapacidad económica.

Antes que Ania, Manolo Sanlúcar se mantuvo dos temporadas consecutivas en su puesto: la flamante 2012/13, coronada como campeón de Tercera con el ascenso contra el Tropezón, y la andadura 2013/14, una de las más raras que ha vivido el algecirismo en los tiempos recientes. Ese curso, los rojiblancos pasaron de una primera vuelta notable, en la que incluso se codearon en la Copa con un grande como la Real Sociedad, a terminar en caída libre para, en la última jornada y en una macabra carambola, meterse en el puesto de promoción por la permanencia. El cruce con el Valencia Mestalla fue letal para un equipo anímicamente destrozado.

Tras el descenso, la directiva del Algeciras dejó la puerta abierta a la continuidad de Sanlúcar, pero el de Bornos dio por cerrada su etapa en una despedida pública en el Nuevo Mirador. Poco después, el club presentó a Baldomero Hermoso Mere, el portuense que volvería a elevar a los albirrojos hasta la división de bronce... aunque no pudo completar su segundo año, pero eso ya es otra historia que contar.