La Menacha se queda pequeña cuando juega el Algeciras

El polígono de La Menacha se ha quedado pequeño cuando juega el Algeciras CF. Quién lo diría hace tan solo unos años cuando apenas los más fieles acudían religiosamente al estadio en la ya desaparecida Tercera división. Mucho ha cambiado en muy poco tiempo y el Nuevo Mirador se ha convertido en una caldera que los días de partido colapsa y provoca largas colas en los alrededores del templo albirrojo.

Esta situación es la otra cara del grandísimo ambienteque se vive en la casa del Algeciras desde que las restricciones por el Covid han dejado paso a la nueva normalidad. Entre cinco y seis mil personas se dan cita ahora para ver al primer equipo de la ciudad, para apoyar al conjunto de Iván Ania que tan bien ha comenzado su primera andadura en la Primera RFEF. Tal volumen de aficionados, como es lógico, provoca una concentración masiva en un espacio reducido y cuyos accesos no son precisamente los más amplios.

Como ocurrió ante el Costa Brava y también el pasado sábado ante el Betis Deportivo, La Menacha se ha visto derbordada ante el torrente de seguidores que, al menos, durante dos horas convierten el polígono en uno de los lugares más transitados de la zona. Cada vez son más los que echan buena parte del día con motivo del fútbol con la convivencia previa al partido y la charla posterior.

Aparcamientos

El primer problema que salta a la vista es la falta de aparcamientos. Nada más alcanzar la primera rotonda de acceso a La Menacha se pueden ver los primeros vehículos ya aparcados a los márgenes de la carretera y en la parte que linda con el río. Los más madrugadores suelen hacerse con esas posiciones para evitar la espera tras la finalización del encuentro.

El llano de tierra que da hacia el lado de la Tribuna es la zona más amplia de aparcamiento pero en las dos últimas ocasiones se ha llenado. Hay que tener en cuenta que el partido del Algeciras suele coincidir con encuentros de los chavales de la base que habitualmente juegan en los campos de la ciudad deportiva anexa y que arrastran de familiares y amigos. Una de las reclamaciones habituales de los usuarios es que el llano de tierra sea asfaltado ya que con la temporada de lluvias se suele convertir en un barrizal.

Los aparcamientos de Preferencia se completan también a primera hora así que muchos aficionados tienen que buscar por el polígono donde dejar el coche. En la última ocasión hubo quienes dejaron su vehículo a las puertas de las naves que ese día estaban cerradas e incluso en las gasolineras que rodean La Menacha. La solución a este problema podría estar en contar con personal capacitado para que se aprovechen mejor los espacios o la creación de una nueva explanada.

Accesos

Para entrar o salir de La Menacha existen varias alternativas aunque a la hora de la verdad para abandonar el estadio solo hay dos caminos -uno muy precario- que es el motivo por el que se forma el tapón que está provocando las colas.

A La Menacha se puede acceder por la entrada principal del polígono -en dos direcciones-, que es por donde accede la mayoría, por la barriada de La Granja, por la Colonia San Miguel y por la carretera vieja de Los Barrios. Todas las opciones son vías de un solo carril.

La Policía Local está coordinando la salida de los aficionados y tratando de agilizar de manera ordenada el desalojo de tantos y tantos vehículos. ¿Cómo acabar con las colas? Complicado teniendo en cuenta que la mayoría de los hinchas se marchan al mismo tiempo tras el pitido final y la única manera es que lo hagan de forma escalonada.

La opción de ir en autobús al Nuevo Mirador existe y está impulsada por el Ayuntamiento, pero no deja de ser un servicio testimonial. La Menacha está en las afueras de la ciudad y casi nadie renuncia a su vehículo a la hora de desplazarse. Si se tratase del viejo Mirador otro gallo cantaría ya que la localización del añorado campo hacía que buena parte de la hinchada se desplazase a pie, además de dar vida a los comercios que circundaban el campo. Quizás sea un buen momento para impulsar la hostelería cerca de un Nuevo Mirador que ahora solo dispone de un bar en los bajos (el de Pedro) ya que la anterior sede social está sin explotar.