Algeciras CF | Primera Federación
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Entrevista a Salva Ballesta | Entrenador del Algeciras CF
Algeciras/Salva Ballesta llega a la cita con su mascarilla del Algeciras CF. El técnico, que se ha pasado toda la mañana en el estadio entre el entrenamiento y las obligadas pruebas semanales PCR, ha elegido el terreno de juego: La Esquina de El Rinconcillo, uno de sus lugares favoritos en una ciudad en la que ya se siente como en casa. Es la hora del almuerzo y huele a pescaíto frito. El que fuera internacional y pichichi de Primera es uno de los entrenadores de moda en la Segunda B. Está al frente del líder del grupo IV-A. Sin muchos preámbulos, Ballesta afronta la entrevista como lo hace con los partidos: con hambre, con determinación y sin rehuir la pelea.
-¿Cuánto de feliz está Salva Ballesta en el Algeciras?
-A nivel personal, al cien por cien. Colma todas mis aspiraciones por como me está tratando la ciudad, por como el club me trata y por mi equipo técnico, compañeros y jugadores. Es verdad que a nivel profesional siempre hay aspectos que mejorar, pero ahora va todo muy bien y espero que vaya mejor.
-Parece que Salva Ballesta y el Algeciras estaban hechos el uno para el otro.
-Es como una relación real, como una pareja en la que los dos tienen que dar todo lo que tienen. Yo como entrenador no he venido a Algeciras a ejercer simplemente de entrenador, he visto un club como muchas posibilidades, con una directiva que quiere avanzar y me he propuesto ayudar como embajador, abrir puertas a nivel deportivo, a nivel empresarial, involucrarme en todos los estamentos.
-¿Cómo se construye una piña en un vestuario prácticamente nuevo?
-Aunque parezca difícil de creer es muy fácil. Para el jugador lo más importante es ir de cara y no mentirle. Y luego está la capacidad de ejercer un liderazgo, sobre todo a base de sacar el máximo rendimiento mediante el corazón. Es mi pócima, mi idea de vida, que todo el mundo vaya con esa ilusión de entrenar y de no salir. Me siento muy orgulloso de todos porque somos una piña.
-¿Este equipo está reflejando todo lo que usted se propone?
-Nunca nos podemos quedar con lo que tenemos. Hay que aspirar a más. Está claro que la plantilla tiene capacidad de aprendizaje, pero hay que mejorar en muchos aspectos. Lo más importante es tener un grupo unido, que son amigos, porque eso es lo que sale en los momentos difíciles y lo que hace que no haya distracciones.
-¿Os veis capacitados para manteneros en la pelea por las tres primeras plazas? (que dan el ascenso a la Pro y permiten luchar por el salto a Segunda).
-Tenemos equipos que nos triplican el presupuesto. El Algeciras no es económicamente un club potencial pero si tenemos que basarnos en el esfuerzo que están haciendo todos los jugadores que han venido de fuera, apostando por un proyecto deportivo y sin pensar en lo económico... igual sí ¿Qué si nos vemos? Perfectamente, pero somos conscientes de que hay que seguir trabajando y no podemos perder ese ADN que cada vez lo tenemos más metido. Es importante también que el jugador crea y el jugador cree y aporta, corrige y nos da otras opciones. Están muy metidos en la guerra.
-A nivel de institucional, ya ha comprobado que en este club las turbulencias extradeportivas son más que habituales. ¿Cómo habéis sabido dejar a un lado todos esos temporales?
-He estado sometido a todo tipo de presiones y las conozco. Como futbolista me las he visto de todos los colores y es lo que extrapolo como entrenador. Cuando van las cosas como van no me vuelvo loco, pero también tengo que estar para cuando las cosas no vayan bien, que vendrán, mantener la misma ilusión y hacer ver que esto es fútbol. El club cada vez que actúa lo hace con consistencia y decisión. Los resultados, la situación actual, las aguas como están... Todo esto no hace más que dar la razón a las personas que han tenido que tomar decisiones.
-¿Se respira mejor ambiente ahora que antes? (tras la marcha de tres directivos).
-No te lo puedes ni imaginar. Ahora es una maravilla y seguirá aumentando porque todos los que están incorporándose al Algeciras, lo primero es que son algeciristas, que eso es importante, y por la capacidad de involucrarse que tienen.
-¿Qué le parece la labor que encabeza Nicolás Andión en la directiva?
-Creo que los resultados están ahí. No tienen nada que ver los resultados deportivos con las opiniones que se puedan tener de un presidente. La labor de un presidente es gestionar el club a nivel no deportivo y encontramos en Nico una persona con decisión, que no toma decisiones a la ligera, que lo consensua todo. Es una persona inteligente y que incorpora a gente con capacidad, algo que debe hacer si queremos un fútbol profesional. Hay un feeling entre Nico y yo brutal. Cuando no estamos en la función presidente-entrenador, somos como amigos. He tenido muchos presidentes a lo largo de mi carrera y en la situación en la que está el Algeciras Nicolás cumple todas las expectativas.
-Usted que ha estado tanto tiempo en Primera. ¿Está el Algeciras en el camino para volver a ser algún día una entidad de la Liga de Futbol Profesional?
-Está en el camino, pero el camino va a ser duro y a medio plazo. No a corto ni a largo. Una de las cosas de este camino es la herencia económica que la directiva se ha encontrado, pero en lugar de abandonar el barco ha sido al contrario. Todo el equipo de Nico son personas echadas para adelante y sabedores de que si se consigue es con esfuerzo de todos ellos.
-¿Ha tardado mucho en enamorarse de Algeciras? ¿Es diferente a cómo se ve desde fuera?
-Algeciras es una gran desconocida, una ciudad con muchísimas posibilidades, con muchos encantos y rincones espectaculares. Una ciudad en la que la gente es súper amable. Pero todo no va a ser bueno, para mí es una ciudad que no se quiere y que debería hacerse valer mucho más. Si se hiciera valer más, otro gallo cantaría. En cualquier caso, aquí tienen a un apasionado más de Algeciras.
-En verano dijo algo así como que quería quedarse a vivir en el Nuevo Mirador. Hay días que literalmente es así. ¿Cuántas horas dedican a esto en una semana?
-Muchas veces para dar a valer algo hay que darlo a conocer. Nosotros somos un equipo de trabajo en el que juntamos lo profesional con la pasión, es como un cóctel. Cuando entramos en el Mirador y llegamos somos felices y no nos pesan las horas. Llegamos sobre las nueve de la mañana y hay días que nos dan las once de la noche. Es verdad que hay momentos propios, de comer, echar una cabezada... Pero nos gusta estar allí. Ya tenemos sofá, solo nos falta la cama (se ríe).
-¿Le queda tiempo para volar?
-Me queda poco tiempo para volar y para la familia. La familia es algo que hay que valorar muchísimo y dar las gracias porque la dejamos al lado y ellos aceptan a sabiendas de que somos felices con lo que estamos haciendo. Yo tengo tres pequeñajos y mi mujer, que son lo más grande que hay en mi vida.
-Siendo el líder pueden llegar cantos de sirenas. ¿Tiene en la cabeza una oportunidad a corto plazo o le gustaría ver hasta dónde puede llegar este proyecto?
-Lo primero es que yo soy un profesional del fútbol. Es verdad que a mí me gusta vivir el presente y no cabe otra cosa que seguir con este proyecto tan bonito y tan duro. No cabe duda de que los clubes se fijan en los jugadores y los entrenadores de los equipos que están arriba, es lógico. Pueden estar fijándose en el trabajo de Salva y su equipo técnico, sí, pero también se pueden estar fijando en Iván Turrillo, Alvarito, el otro y el otro. Es el líder y es normal. Esto es fútbol. Soy desconocedor de si ha habido algún interés, pero a mí no me desestabiliza porque sé perfectamente que si un club me quiere me va a llamar a mí, no lo va a soltar en los medios. Y eso no se ha producido. Yo estoy feliz, súper contento y tengo unos jugadores con los que morimos y ellos mueren con nosotros. Soy el entrenador del Algeciras con el mayor honor y eso es lo que vale.
El tiempo del almuerzo se ha echado encima aunque Ballesta ha sido generoso. El entrenador ya a su escolta preparada: Javier Morilla, Pedro Muñoz, Juan Maraver y Diego Rodríguez, sus compañeros de trabajo con los que trata de desentrañar el próximo obstáculo: el Tamaraceite, el domingo a las 12:00 en el Nuevo Mirador.
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