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El Algeciras, elevado a la enésima potencia

UD Sanse - Algeciras CF | La crónica del playoff de ascenso a Segunda

Los albirrojos, valientes y certeros, noquean al Sanse y están a un solo triunfo de la categoría de plata

Llinares golpea pronto, el Sanse se repone y los de Ballesta avasallan al inicio del segundo tiempo con goles de Romero y Raúl (de penalti)

Romero corre a celebrar su gol seguido por Raúl. / Erasmo Fenoy

Villanueva de la Serena/El Algeciras más valiente, el más efervescente, el más certero, el que no se cansa de sorprender, lo hizo otra vez y ya está a un solo partido de cumplir el sueño imposible. La escuadra de Salva Ballesta noqueó al Sanse con contundencia (1-3) y devoró la primera eliminatoria del playoff de ascenso a Segunda en una mañana que ya forma parte de la historia. Los albirrojos jugarán el próximo fin de semana, de nuevo en Extremadura, la gran final para dar el salto a LaLiga Smartbank, para volver al fútbol profesional 18 años después de la hazaña del equipo de Montes.

El algecirismo vive ahora mismo en una nube desde la que ya acaricia algo parecido al cielo. La afición se apoderó con más de 600 almas del Municipal Villanovense, un escenario que acabó sometido al antojo de una hinchada sin igual que cantó y vibró como si estuviese en el añorado viejo Mirador. Como todo juega y más en este tipo de partidos a cara o cruz, el recibimiento de la hinchada se convirtió en el primer acto de superioridad del Algeciras sobre su rival.

La salida del Algeciras fue avasalladora. Los de Ballesta, con un once de claro perfil atacante, entraron en tromba y a los dos minutos Raúl Hernández se desmarcó por la derecha para poner el balón en el corazón del área, donde Marc Llinares remató con todo. Primera llegada y pum, gol del equipo que solo había marcado de penalti en toda la segunda fase.

A los algeciristas no les valía un empate en caso de que hubiese prórroga y la declaración de intenciones quedó plasmada desde que Salva escribió la alineación en la pizarra: un once con Alcázar, Llinares y Raúl Hernández en la mediapunta y Romero por delante; con Armando e Iván en el centro del campo y la retaguardia esperada con Almenara, Dani Espejo, Robin y Jordi Figueras por delante del guardián de la portería Guille Vallejo. Un a por todas desde el principio.

El Sanse tardó en reaccionar unos minutos tras el mazazo, pero el cuadro madrileño demostró tener planta de buen equipo el resto de la primera parte. Los de Marcos Jiménez comenzaron a ganar terreno, tocaron con criterio en la zona de tres cuartos y comenzaron a bombear balones. El Algeciras, que se sabe defender con soltura en esta clase de asedios, trató de buscar las cosquillas con salidas rápidas. De hecho, Raúl la tuvo al cuarto de hora tras una indecisión que le dejó casi solo ante el portero.

El peligro del Sanse llegaba principalmente a balón parado, como el cabezazo de Quaye que se fue alto tras un saque de esquina en el 20'. Raúl volvió a dar un aviso con un disparo desde la distancia. El madrileño del Algeciras, que se enfrentaba a su último equipo, cuajó seguramente su mejor encuentro con la elástica rojiblanca. Pero el peligro del Sanse seguía ahí y sí, venía a balón parado, como demostró Marcelo al rematar en boca de gol un córner botado en el 24'.

Tras reponer las tablas, el Sanse se acomodó y el Algeciras dio instintivamente un pasito atrás. Eran los minutos de sufrir, de saber aguantar hasta el descanso. La eliminatoria ahora se jugaba más como un partido de Segunda B, con menos espacios y más respeto. Los dos ya sabían lo que podía hacer el contrario.

Así se alcanzó el descanso en Villanueva de la Serena, con todo abierto y la sensación de que la segunda parte podía estar de lo más reñida.

Pero el Algeciras volvió a salir en tromba, con una marcha atrás, con la firme idea de liquidar al Sanse por la vía del KO. Los albirrojos reclamaron un posible penalti sobre Romero en el 50' pero en la siguiente embestida vieron puerta: jugada similar a la del primer gol pero por la banda izquierda; Raúl abrió para Almenara y el algecireño puso el pase de la muerte para que rematase Romero, el chiquitito, el que está en todas partes incordiando.

El segundo golpe del Algeciras fue el definitivo porque a renglón seguido llegó el tercero con el Sanse medio grogui. El Algeciras se volvió a plantar en la frontal, Raúl sacó el disparo y el balón dio en una mano a Borja Sánchez. Cid Camacho decretó penalti. Raúl, que estaba sublime, marcó desde los once metros para poner el 1-3.

Quedaba más de media hora por delante y un gol podía meter al Sanse en la eliminatoria, pero el Algeciras no concedió apenas oportunidades. Lo dijo Salva en la previa: no cometer errores. A partir de entonces se jugó más bien poco. Los albirrojos (que vestían de celeste) hicieron su parte. El juego se endureció y aparecieron las primeras tarjetas de golpe. El Sanse movió el banquillo pero había perdido la compostura arriba con intentonas cada vez más desesperadas.

Los madrileños tuvieron alguna que otra ocasión en los últimos 20 minutos: un remate que sacó Espejo en el área chica, un posible penalti por manos que el trencilla obvió y un cabezazo de Arturo con todo a favor que echó por alto. Pero nada. La realidad es que el Algeciras casi ni se inquietó. Los de Ballesta jugaron con el reloj, apuraron las sustituciones y terminaron muy enteros. ¿Y lo del bajón físico? Tonterías a veces soltamos los juntaletras porque a 15 de mayo de 2021 este equipo está física y mentalmente pletórico.

El Algeciras, como ya quedó escrito tras la victoria en Murcia que dio el pase al playoff, ya ha hecho historia por dos veces esta temporada. Esta victoria ante la UD San Sebastián de los Reyes es un hito más de la plantilla 20/21 que se ha colocado a un solo paso de la gloria total y absoluta. El algecirismo estará orgulloso de su equipo pase lo que pase en la última gran batalla.

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