El ADN especial sobrevive en el Algeciras CF
Algeciras CF | Primera Federación
Iván Turrillo, Tomás y Leiva coinciden como titulares en el mejor momento de la temporada de los rojiblancos
Curro y Dani Recagno mantienen la aportación de la cantera en el día a día del vestuario
Las claves de la metamorfosis del Algeciras

Algeciras/El fútbol es lo que es porque los aficionados se sienten representados con sus equipos. Un hincha deja todo a un lado cada semana para sentarse a ver durante 90 minutos a su club. Lo de ver es un decir porque la mayoría de las veces se trata de sufrir y otras, las que menos, de celebrar. Ese sentimiento de pertenencia es lo que convierte a este deporte en algo tan irracional para quien lo observa desde fuera. El Algeciras CF sobrevive en el tiempo porque se ha convertido en algo que trasciende para miles de personas. Los colores y el escudo van por encima de directivos, técnicos y jugadores. Sin embargo, hay un factor que hace que un equipo se sienta más o menos cercano: el ADN de la tierra.
El acento algecireño persiste en el Algeciras CF con un reducto de futbolistas que desempeñan un rol añadido además de jugar cada fin de semana dentro del campo. Iván Turrillo, Tomás Sánchez y Álvaro Leiva aportan al vestuario unas señas de identidad únicas como principales abanderados algecireños de una plantilla en la que también conviven dos jugadores de la casa como Curro y Dani Recagno, con menos protagonismo en el césped pero con igual importancia en el día a día.
El mejor momento de la temporada de los algeciristas ha coincidido con tres algecireños titulares en el once de Fran Justo. Tomás, Iván y Leiva han formado parte de la alineación inicial en las dos últimas victorias (Atlético de Madrid B y Villarreal B), algo que solo había sucedido anteriormente esta campaña en la cuarta jornada, cuando los tres salieron de inicio en aquel lejano partido con el Marbella.
Tomás e Iván Turrillo ejercen como capitanes del vestuario y han sido habituales en los planes del entrenador. El carrilero zurdo empezó como lateral y ahora se ha acoplado por delante. El one club man Turrillo se sobrepuso a un inicio liguero en el que tuvo que ganarse el sitio a pulso. El de El Cobre, con nada que demostrar a sus 35 años, ha vuelto a erigirse en pieza fundamental para el buen funcionamiento de un Algeciras que no puede permitirse prescindir del carácter y la experiencia del '8'. Iván, además, está actuando de todocampista según las necesidades del equipo.
A esta dupla faltaba por unirse Álvaro Leiva, el fichaje más esperado por la afición el pasado verano. El extremo algecireño apenas tuvo minutos durante la primera vuelta. La hinchada se preguntaba qué pasaba con un joven que lo tiene todo para volver a despuntar. El cuerpo técnico apretó las tuercas a Leiva, que con la llegada de 2025 cambió por completo su actitud. El gol del triunfo contra el Intercity fue la chispa que prendió a un Leiva que ha ido llamando a la puerta de la titularidad poco a poco, entrenamiento a entrenamiento y exprimiendo los minutos desde el banquillo. El empuje del algecireño llevó a Justo a darle la oportunidad hace dos semanas ante el Atlético de Madrid B y Leiva lo aprovechó y lo refrendó a la semana siguiente en la visita al Villarreal B. Su rendimiento está impactando en el juego algecirista y ya suma tres dianas.
No se puede pasar por alto la labor de Curro y Dani Recagno, dos chavales de la cantera incorporados a la disciplina del primer equipo. Curro cuenta con cierta veteranía y asume su papel de cuarto central. El algecireño ha participado en tres encuentros de competición este curso, sobre todo en dos en los que disputó más de media hora (en Madrid ante el Castilla y en Ceuta). El futbolista cumple y, lo más importante, suma en la convivencia. Este verano cumplirá 22 años.
Dani Recagno es el baby de la presente andadura. A sus 18 años está disfrutando de su primera experiencia completa con los mayores en la Primera Federación: entrenamientos, convocatorias, viajes, convivencias y el consejo de sus paisanos dentro de la caseta. Recagno no ha tenido la oportunidad aún de debutar a las órdenes de Fran Justo, pero aporta esa energía y esa frescura al tiempo que compatibiliza cuando el filial y el juvenil.
La presencia campogibraltareña en la dinámica del Algeciras se ve nutrida por el jovencísimo portero linense David Palomares, que ejercer de tercer guardameta tras Lucho e Iker Venteo y se empapa del trabajo del preparador David Pérez.
El fútbol profesional marca sus condiciones y contar con cinco jugadores de la tierra (tres titulares) en un club de la Primera Federación se antoja una excepción. El algecirismo ha visto como en la última década el equipo ha pasado de moverse entre las desaparecidas Segunda B y Tercera a dar el salto a la lujosa Primera RFEF, una categoría que trata de codearse con el profesionalismo total (no lo consigue aún) y que, sin duda, ha abierto un abismo con las divisiones que le preceden, la Segunda RFEF y la Tercera RFEF.
La hinchada no olvida de qué manera subsistió el Algeciras en sus peores momentos del siglo XXI, con entrenadores de la tierra y plantillas copadas por futbolistas del Campo de Gibraltar. La cantera al rescate fue el lema recurrente en los malos tiempos. Malos tiempos que tuvieron buenos e inolvidables instantes con varios ascensos. De aquella época que ahora parece tan pretérita proviene Iván Turrillo, un hijo del barro.
Una cuota importante del Algeciras del futuro pasará por mantener ese sentimiento de pertenencia con un mínimo de representación. Iván colgará algún día las botas y Tomás parece comprometido para recoger el testigo. En el club y la SAD reside la responsabilidad de encontrar nuevos Leivas y Turrillos, y también de tratar de traer de vuelta a algecireños que compiten fuera y perfectamente podrían hacerlo en casa, como la apuesta que se hizo en su día con Tomás.
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