Ganar, ganar, ganar y volver a ganar (2-0)

Algeciras/Ya lo dijo el Sabio de Hortaleza: ganar, ganar y volver ganar. De eso va el fútbol, básicamente, y eso precisamente es lo que está haciendo el Algeciras CF de Fran Justo. Los rojiblancos se han aplicado la frase de Luis Aragonés de manera literal y ahora solo ganan para disfrute de una parroquia que también ha sufrido lo suyo esta temporada. El Algeciras sumó su cuarta conquista seguida tras desmontar al Alcorcón, a un gran equipo que venía muy arriba y que se marchó del Nuevo Mirador desesperado por no encontrar la forma de contrarrestar el dominio de la situación de un Algeciras que es una roca y además ha reencontrado a tiempo al mejor Álvaro Leiva.

El Algeciras ha metido la directa hacia la permanencia en la Primera Federación y ya cuenta con 43 puntos a falta de seis partidos para el final del campeonato en el grupo II. Sin dudas, sin ambages, de una manera incontestable. El conjunto de Fran Justo ha llegado al momento decisivo con una mentalidad imponente, con una determinación firme y en un estado de forma robusto. Todas las piezas están donde deben y los recambios se acoplan de maravilla. Así de fino ruge el motor de un equipo que está sometiendo a los demás desde un compromiso que se plasma en el dominio de las dos áreas.

Álvaro Leiva y Diego Esteban rubricaron una victoria de todos, como las tres anteriores (Antequera, Atlético de Madrid B y Villarreal B). Lo del algecireño ya ha dejado de ser novedad. Leiva vuela y tiene el olfato desatado porque si la coge cerca del área va para dentro. El incansable Diego Esteban puso la sentencia y el broche a otro partido abnegado. El gol de Esteban fue también el del resto de sus compañeros, sobresalientes a la hora de remangarse y defender.

Los chicos de Justo han dado un paso casi definitivo para el objetivo, para una salvación que con 43 puntos se ve más cerca que nunca. Este cuarto triunfo consecutivo tiene un valor añadido porque supone la primera vez que el club firma una racha de este calibre en la Primera Federación. Ni el mejor Algeciras de Iván Ania se apuntó cuatro de una tacada. Al César lo que es del César.

El Algeciras salió dando bocados al césped. El técnico confió por el mismo once de Villarreal con la obligada variante del delantero centro: Manín entró por el lesionado Rodri Escudero (que tiene para varias semanas por una lesión muscular). Justo recuperaba a Pablo Larrea, pero lo reservó para el banquillo. No quería tocar lo que tan bien había funcionado y mucho menos quitar a un Leiva en estado de gracia.

El partido comenzó con los locales pisando área contraria muy pronto. Los rojiblancos trataron de llevar el peso dominador, muy activos ante un Alcorcón que se fue asentando hasta que, poco a poco, empezó a estirarse con más soltura. Los alfareros tuvieron su primera llegada más o menos clara con un disparo de Capi en el minuto 23.

Sin embargo, ese abrirse algo más, dejó espacios a un Algeciras que sí aprovechó su primera oportunidad importante apenas un par de minutos después. Balón al costado izquierdo para que Manín cediese al centro a Diego Esteban y allí el '10' se sacó un pase magistral para Leiva en el corazón del área. El algecireño se acomodó y cargó la pierna para marcar con un chuto potente. Estallido de júbilo en las gradas y Alvarito llevándose las manos al corazón.

El encuentro entró en una nueva fase, con un Alcorcón algo más agresivo y un Algeciras empezando a manejar la ventaja. Los rojiblancos tuvieron fortuna pasada la media hora porque una dura entrada le pudo costar cara a Manín. El ariete vio la amarilla en una de esas acciones que bordean el naranja. Los alfareros apretaron hasta el descanso llevando el protagonismo con alguna que otra llegada como una de Aparicio que desbarató Aleix Coch y, sobre todo, un cabezazo de Juan Sebastián a la salida de un córner que se marchó fuera por poco. Ahí la tuvo el Alcorcón.

A la vuelta del intermedio, el Algeciras y el Alcorcón intercambiaron avisos con un disparo de Juan Sebastián y una falta escorada lanzada fuera por Marino. Iván Turrillo lo intentó con una vaselina casi desde el medio del campo y los de casa vieron cerca el segundo en un balón profundo para Manín que la zaga amarilla frenó.

El partido estaba vivo hasta que el Algeciras empezó a amasarlo, a cocinarlo como le gusta decir a su entrenador. En esa última media hora pasó poco, entre sustituciones y mucha disciplina táctica. El algecireño Tomás se tuvo que retirar visiblemente dolido por un golpe y los refrescos aportaron lo que se les pedía a base de piernas.

El Algeciras maniató a un Alcorcón que no encontraba la frescura de las últimas semanas, sin apenas presencia de Rayco o Aparicio, y con las bandas cegadas. Pablo Álvarez buscó soluciones en el banquillo, pero nada. Los de rojo y blanco parecían un agujero negro que lo engullía todo inexorablemente. De hecho, el mayor susto del Algeciras en la segunda parte fue un choque fortuito entre Lucho y Paris Adot al abortar un balón que peleaba un alfarero.

A base de estirar posesiones, los rojiblancos se plantaron en el último tramo con una oportunidad para sentenciar y no perdonaron. Neco Celorio acertó a poner un balón a Diego Esteban para que el riojano cerrase el triunfo con el 2-0. El tiempo añadido fue una anécdota para un equipo que solo quería festejar con su afición, con un algecirismo que repetirá en casa el domingo que viene, el de Resurrección, para recibir al Atlético Sanluqueño.