Una alegría que lo cura todo en el Algeciras
Algeciras CF
El algecirismo saborea la primera victoria en Primera RFEF, un triunfo mayúsculo que demuestra que lo de Cornellà fue un accidente
Iván y Ania marcaron el paso durante la semana sobre cómo afrontar el Clásico
Algeciras/El algecirismo volvió este lunes a la rutina de la normalidad pero muchos se negaron a bajarse aún de la nube de felicidad provocada por la contundente victoria ante la Balona en el Municipal de La Línea. La primera alegría de la temporada para el Algeciras CF en la Primera REFF fue un alegrón en mayúsculas, un triunfo que ya forma parte de la historia interminable de los Clásicos.
El 0-4 de los chicos de Iván Ania en la casa del eterno rival cura todos los males que arrastraba el Algeciras en este inicio de nuevo proyecto como si de un bálsamo mágico se tratase. Borrado queda ya el varapalo en Cornellà, que a la vista está que resultó más un accidente que otra cosa, y la plantilla también se ha desprendido de algunos lastres (como la portería a cero) que por el momento darán un respiro en el Nuevo Mirador.
Iván Turrillo lo auguró días antes del Clásico en una entrevista con Europa Sur: "Es el partido perfecto para que todo lo que se ve negro se vuelva blanco". El veterano capitán algecireño sabía perfectamente los efectos curativos de una victoria en La Línea, máxime cuando se ha tratado con semejante rotundidad.
Iván Ania también jugó su parte durante la semana. El técnico asturiano se dejó empapar por los de casa (Iván, Tomás, Almenara, Leiva e incluso Romero) y encomendó a los capitanes algecireños la tarea de inculcar lo que significa el Clásico entre los muros del vestuario. Ania, que acertó de pleno con el planteamiento del partido, dejó patente en la previa que era muy consciente de la carga de profundidad que escondía este encuentro tan especial, sobre todo para la afición. "Este resultado no dura una semana, para los aficionados dura hasta el partido de vuelta", advirtió y con razón.
Pero no solo con motivación se gana un partido de envergadura y de esta manera. El Algeciras hizo cambios y tocó las teclas adecuadas para dar con un once más sólido, muchísimo más compacto y con una eficacia arriba prácticamente del cien por cien.
Ania retrasó a los laterales a Tomás Almenara y dio las alas por delante a Leiva y Víctor López. El técnico devolvió a Iván a la medular y el puzle encajó. El Algeciras adquirió robustez, fue a la presión con acierto y replegó como uno solo. Y cuando tuvo la oportunidad de salir al ataque lo hizo con muchísimo veneno y con desparpajo. Ese descaro tuvo mucho que ver la presencia de un chaval de 16 años que ha derribado la puerta del once titular: Álvaro Leiva, un algecireño que se graduó a lo grande en una plaza que era o puerta grande o enfermería.
Con la ansiada primera victoria de la temporada, el Algeciras da un salto en la clasificación del grupo II y se sitúa duodécimo con cinco puntos, dos por encima de los puestos de descenso y a dos de la zona de playoff de ascenso. Lo que cambia un solo triunfo a estas alturas.
La alegría del Clásico, además, amansa a los más escépticos e instala un poso de tranquilidad para que Ania pueda seguir conjuntando el equipo en las próximas semanas. Como dijo Romero, ni antes eran tan malos ni ahora son tan buenos, y el próximo sábado (17:00) visita el Nuevo Mirador el Sabadell, un equipo que el pasado curso estaba en la Liga de Fútbol Profesional. Con los pies en el suelo, el algecirismo tiene derecho a una semana de disfrute.
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