El Algeciras corta la sangría
Algeciras CF
Los albirrojos solo han encajado un gol en los últimos cuatro partidos y han rebajado su media de tantos en contra de casi 1,5 a 0,7
Miño, Mario Ortiz y Admonio, factores claves en la mejoría de los de Ania
Algeciras/Una de las claves de la mejoría del Algeciras CF en las últimas cuatro jornadas es que el equipo de Iván Ania ha conseguido dejar su portería a cero en tres ocasiones. Los números cantan: los albirrojos han pasado de encajar una media de casi 1,5 goles por partido hasta la jornada 29 a solo 0,25 en las cuatro semanas más recientes lo que rebaja la media total a 0,78. No encajar se ha traducido en la conquista de siete de los últimos doce puntos y en salir de los puestos de descenso del grupo I de la Primera Federación.
En el fútbol está todo inventado -o eso dicen- y no hay más secreto que recurrir a lo básico. El Algeciras de Ania ha padecido prácticamente durante toda la temporada en un serio problema en su propia área, un mal que parece haber sido corregido desde que empezó el decisivo mes de abril con enfrentamientos directos por la permanencia.
El punto de inflexión llegó con el empate sin goles en casa ante el líder Alcorcón, una igualada que cambió la mentalidad colectiva y convenció, a los jugadores los primeros, de que los algeciristas pueden ser competitivos si no conceden tanto.
Después, el Algeciras lo refrendó a domicilio con una victoria en Majadahonda, donde Rubén Miño enlazó por primera vez dos partidos sin tener que recoger el balón del fondo de la red. La solidez se quebró la semana siguiente en casa contra el San Fernando por una genialidad del veterano Callejón en una derrota que volvió a sacar el lado más impotente de un equipo al que, a la vista está, le cuesta más en el Nuevo Mirador que en territorio comanche.
Y llegó el Clásico del pasado domingo en La Línea, con todos los alicientes que rodean al duelo de rivalidad por excelencia del Campo de Gibraltar, y el Algeciras recuperó su versión más sólida y efectiva. Sin fuegos artificiales -más allá del partidazo de Siddiki-, los de Ania cimentaron en la portería a cero una victoria esencial que devuelve al equipo al carril deseado para alcanzar su objetivo.
El Algeciras ha logrado encadenar dos triunfos como visitante (por idéntico resultado de 0-2), una proeza en una categoría tan exigente como la Primera Federación que los de Ania necesitan consagrar delante de sus fieles. Los albirrojos, con 39 puntos, tienen a tiro la frontera de los 40 puntos, una barrera psicológica para todos los que están metidos en la lucha por la salvación.
La vuelta de Admonio al equipo y a la titularidad ha coincidido con este momento en el que la defensa parece haber hecho clic por fin. El central, lastrado por las lesiones desde el día uno, ha mostrado su mejor cara en los tres duelos que el Algeciras ha dejado la portería a cero. En la derrota contra el San Fernando, curiosamente no participó ni un solo minuto en una decisión que no quedó del todo clara. Si fue por decisión técnica o por unas pequeñas molestias. El caso es que esta racha ha llegado con Admonio en liza, ganador por arriba y sin complicaciones con el balón en los pies.
Otro factor clave para entender este impulso está en la portería. Rubén Miño se ha probado como un buen refuerzo invernal. El experimentado meta demostró en Majadahonda que puede dar puntos y ha establecido la necesaria tranquilidad que tanto de echaba de menos cuando al Algeciras le rondaban el área.
Y tampoco se puede pasar por alto el elemento diferencial de Mario Ortiz, el jugador que ha conseguido imprimir carácter y dotar de equilibrio al centro del campo.
Ania y el algecirismo tocan madera para que el sábado se vuelva a ver la mejor versión de este Algeciras de final de campaña.
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