El sufrimiento infinito del Algeciras (0-0)

Algeciras CF - Celta B | La crónica

Los albirrojos igualan sin goles en un duelo dominado por la tensión y siguen sin sellar una salvación que parece que nunca va a llegar

Los de Ania, con 44 puntos, a cuatro del descenso con seis por jugarse

El vídeo resumen del Algeciras - Celta B

Roni pugna entre dos jugadores del Celta B.
Roni pugna entre dos jugadores del Celta B. / Erasmo Fenoy

Algeciras/Tocará sufrir una jornada más en el mejor de los casos, aunque seguramente el desenlace no llegue hasta el final. El Algeciras CF firmó un empate sin goles contra el Celta B en el Nuevo Mirador en un partido de sufrimiento infinito para una afición que esta temporada está rememorando lo que cuesta mantener la categoría. Albirrojos y celtiñas igualaron en un duelo muy trabado, con pocas ocasiones y con una tensión que todo lo eclipsa. El punto pone al Algeciras con 44 puntos, un pasito más cerca de una salvación que parece que nunca va a llegar.

El algecirismo se fue al almuerzo con cuatro puntos de ventaja sobre el descenso que marca el Sanse (40) y esos mismos cuatro puntos de distancia se mantuvieron tras la derrota del Badajoz (40) en Ferrol, después de que el Racing remontase en el tramo final. La victoria in extremis del Fuenlabrada contra la Balona dio vida a los madrileños y complicó mucho la situación al eterno rival. Los de Ania van a seguir dependiendo de sí mismo la próxima jornada, la penúltima, en la visita al histórico Riazor. Después quedará la última bala, la despedida ante el Castilla en el Nuevo Mirador. Habrá que esperar para ver si se produce una jornada final no apta para cardiacos.

El Algeciras prolonga su racha sin perder y sin encajar, aunque el cero a cero ante el filial del Celta (al que le faltaban cinco de sus talentos) deja cierta amargura porque el algecirismo quería zanjar ya la salvación. La afición en bloque está ansiosa por dar carpetazo a una temporada que se está haciendo larga, interminable.

Como lo que funciona no se toca, Iván Ania apostó por el mismo once por tercera jornada seguida, algo prácticamente inaudito desde que el asturiano manda en el banquillo del Nuevo Mirador. El once tipo tardó en llegar, pero llegó.

De salida, el Algeciras se llevó el primer casi susto a los 5 minutos tras tras un córner mal ejecutado en el que Borja tuvo que cortar una contra que se saldó con amarilla. El filial apretaba arriba y cerraba líneas desde el centro del campo hacia atrás.

El Algeciras respondió a esa presión con actitud y con arrebatos para llegar al fondo y sacar intentonas a balón parado, casi todas desde las esquinas. Los de Ania igualaron la intensidad a un Celta B incómodo sin balón. El colegiado Ruipérez Marín añadió picante al encender a las gradas tras tener a Iván varios minutos fuera del césped después de un golpe en la cabeza por el que precisó atención. Se caldeó el ambiente.

Los albirrojos tuvieron en el minuto 20 su primera oportunidad clara tras un pase al hueco a Iván que el capitán casi la pone en la escuadra de Ruly. Trenzaba ahora ahora con balón el equipo de casa ante un rival muy bien cerrado y capaz cuando pisaba campo contrario. Los celtiñas tuvieron su ocasión en el minuto 25 en una falta lateral que Losada puso en el corazón del área y a punto estuvo de mandar a la red Barcia.

En el tramo final de la primera parte el Algeciras lo intentó sin acierto. En el 37' Borja sacó una falta muy peligrosa al filo del área, pero el lanzamiento de Tomás dio en un compañero. Poco después, una falta lateral de Siddiki acabó en una melé y con dos tarjetas, una para cada equipo, como relajante antes del descanso.

Los de Ania volvieron de la caseta con problemas para sacar el balón, lo que generó el habitual murmullo de un público que quería ver el balón lo más lejos de su área. El Celta B asomaba a la mínima que podía, como en una contra que olía a peligro y atajó David Martín con una enorme carrera. En el otro lado del campo estaba tumbado en el césped Siddiki, que terminó con la cabeza vendada.

El duelo entró en una fase de trincheras antes de pasar a chispazos de ida y vuelta. Albarrán trató de romper el frente con un disparo muy bien intencionado que atajó Ruly en el 60'.

El primer refresco algecirista llegó en el minuto 65 con la entrada de Elejalde por un Siddiki fundido. El Algeciras pegó un notable bajonazo físico colectivo y se le indigestó el tramo final. Únicamente Mario Ortiz ponía algo de luz a un juego ofensivo atascadísimo y muy huérfano con Roni prácticamente aislado.

Con todo, los dos pudieron marcar en la recta final. En el minuto 80 la tuvo el Algeciras de córner con un cabezazo de Elejalde que casi encuentra premio. A renglón seguido, Miño salvó un mano a mano con Durán en una acción que pareció un clarísimo fuera de juego. El banderín no fue levantado y menos mal que apareció la figura del cancerbero. Se echaba en falta algún revulsivo más desde la banqueta pero es que el Algeciras no tiene para más, especialmente arriba.

Los compases finales, con el añadido de cinco minutos incluido, representaron ese sufrimiento extremo tan algecirista, ese nerviosismo que lo puede todo. Seguramente el punto se vea con mejores ojos en 24 horas o, tras los resultados de la tarde, incluso antes. El peligro sigue a cuatro puntos pero por delante está Riazor y el lío todavía puede ser gordo para la jornada final. Imposible relajarse.

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