Antequerazo del Algeciras (1-3)

¿No podría el Algeciras terminar de jugar la temporada solo contra aspirantes al ascenso? En serio, ¿existe la posibilidad? Cuatro puntos de seis después de haberse enfrentado a los dos primeros de la categoría. El empate logrado ante el líder, el Ibiza, se elevó al cubo este sábado con la victoria en Antequera, en la casa del campeón de invierno y equipo revelación de la Primera Federación, un señor equipazo el de Javi Medina. El Algeciras conquistó El Maulí en un partido que seguro será del disfrute de los eruditos del fútbol. El equipo de Fran Justo dinamitó el juego en diez minutos con dos goles y la expulsión del portero local. Ante cualquier otro rival esto podría considerarse finiquitado. Contra este Antequera, no. Los rojiblancos aceptaron sufrir en superioridad numérica frente a un auténtico kamikaze, un Antequera que recortó diferencias y se lanzó con todo para empatar. Pudo llegar al final esa igualada, pero el fútbol saldó una de las varias cuentas pendientes que tiene con este vestuario y fue Alvarito Leiva el que sentenció en la última acción del interminable tiempo añadido. Un 1-3 impregnado de sufrimiento que sabe a gloria bendita.

El Algeciras sale del descenso por el momento con 34 puntos y se antoja la recompensa más justa para un conjunto machacado durante los dos últimos meses que ha sido capaz de recomponerse ante los dos mejores del grupo. Un Algeciras que seguramente va a sudar hasta la última jornada para ganarse un sitio en la categoría le ha ganado el golaveraje al Ibiza y al Antequera. El mundo al revés.

Las dimensiones de este triunfo son enormes: los de Fran Justo entierran por fin una nefasta racha de ocho jornadas sin ganar (desde el Intercity), se reconcilian con la victoria fuera de casa y se cargan las pilas de la moral hasta los topes para afrontar las últimas nueve jornadas. Y lo más importante, este equipo demuestra y se demuestra que está capacitado para volver a tener esa regularidad que tan buen rendimiento dio en la primera vuelta. El mensaje al resto del grupo es alto y claro: da igual quién esté delante, si el Algeciras pone su máxima concentración y su máxima tensión, puede tumbar a cualquiera.

Tomás rompe nada más empezar

El trepidante encuentro en El Maulí rompió a los 3 minutos. Fue el tiempo que necesitó el Algecias para adelantarse tras salir al campo superenchufado. La presión alta de los rojiblancos propició un robo de balón en el área del Antequera, el cuero salió rechazado y Tomás tuvo la sangre fría para acomodar un disparo fuerte que se coló en el fondo de la red tras tocar en un contrario.

Expulsión y golazo de Marino

Con los anfitriones algo groguis, el Algeciras volvió a pillar la espalda con un balón profundo para Rodri Escudero, que fue derribado por Jero Lario cuando el delantero ya se marchaba hacia su izquierda. Roja directa y expulsión del portero del Antequera. Los de casa retiraron a Samuele Longo para dar entrada al meta suplente Iván Moreno. La falta había sido muy pegadita a la frontal. Se acomodó Marino Illescas en el minuto 11 y coló el esférico por toda la escuadra. Segundo golazo de ensayo de la temporada del centrocampista de Écija.

Con el 0-2 y uno más para el Algeciras dio comienzo otro partido nuevo. El Antequera no tardó ni cinco minutos en avisar que todavía no estaba muerto y Siddiki mandó un obús que Lucho despejó a córner. La declaración de intenciones de los de Javi Medina estaba clara, pero la sartén la tenía por el mango un Algeciras que dijo "vale, para ti el balón, ven a buscarme que te espero". Los de Justo pudieron hacer daño en un par de contragolpes, como el que finalizó Iván Turrillo con un disparo algo forzado o una falta que reclamó Escudero cuando se quedaba solo.

Sin embargo, los últimos 20 minutos del primer tiempo fueron un monólogo de los antequeranos, que no renunciaban a marcar como fuera antes del descanso. Los blanquiverdes buscaron a Biabiany una y otra vez, y también a Juanmi Carrión, que probó a Lucho justo antes de que lo hiciese Guillem. Llegó el descanso como presagio de lo que esperaba.

El Antequera retornó de la caseta con savia nueva y el mismo descaro. El Algeciras mantenía la disciplina atrás y respiraba de cuando en cuando, pisando campo contrario, pero sin encontrar ese contraataque letal que finiquitase la contienda. La opción que más cerca estuvo fue una buena acción de Diego Esteban, que chutó desviado a la media vuelta. El riojano se mató a correr hacia atrás como viene siendo habitual.

El Antequera, muy vivo

El Antequera insistía y dominaba territorialmente. Parecía que jugase con doce o trece, salían verdes por todas partes, aunque daba la sensación de que el Algeciras estaba cómodo en ese rol de sometido, dejando el desgaste continuo para los de casa, que corrían contra el reloj. El riesgo era exponerse a un gol que diese aún más vida y gasolina a El Maulí y fue lo que ocurrió en el minuto 71 cuando un centro de Carrión desde la izquierda lo cabeceó potente Biabiany para batir a Lucho. Menudo testarazo.

Ya se sabe que el miedo puede ser el peor enemigo de un futbolista y que se contagia rápido. Sin embargo, el Algeciras jugó mejor con el 1-2 que con el 0-2. Fran Justo movió también su banqueta y los recambios arrimaron el hombro. De hecho, el Algeciras debió sentenciar antes, para ser más precisos en el minuto 82 en una ocasión clarísima a la contra que condujo y finalizó Neco Celorio. El cántabro chutó al cuerpo del portero del Antequera cuando pudo hacerlo más fácil mirando a un compañero.

Sufrimiento y sentencia

El Antequera se encontraba ya desbocado y con toda la pólvora que tenía sobre el verde, casi sin defensas. El Algeciras volvió a correr otra acción en largo con Leiva, que remató cruzado casi sin ángulo. Los blanquiverdes asediaban de todas las maneras por ese punto que minimizase daños, que supiese a victoria por reponerse a un 0-2 con diez futbolistas. El árbitro dio siete minutos de añadidos porque la realidad es que se perdió tiempo, todo el posible. Estaba casi todo el Antequera en el área del Algeciras tras un córner -en el que tembló todo el algecirismo- y salieron los rojiblancos lanzados hacia el otro lado del campo con Alvarito Leiva con la pelota pegada en los pies para hacer lo que mejor sabe y firmar la sentencia en el último coletazo de un partido que muy pocos creían posible. Un año más, por segunda vez, el Algeciras tomó Antequera, donde muy pocos han ganado en la época dorada del club de El Torcal.