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Mientras haya vida... (1-1)

Algeciras CF - Real Madrid Castilla | La crónica

El Algeciras lo pone todo y merece la victoria en un Nuevo Mirador lleno pero deja de depender de sí mismo para alcanzar el playoff de ascenso en la última jornada

Romero y Leiva se topan con los palos. Roni iguala el tanto de Latasa en un duelo vibrante

El vídeo resumen del Algeciras - Real Madrid Castilla (1-1)

Roni se lamenta de una oportunidad del Algeciras.
Roni se lamenta de una oportunidad del Algeciras. / Erasmo Fenoy

Algeciras/El fútbol a veces está para ti y otras veces se resiste, se niega a darte lo que te mereces, lo que ansías con toda el alma, con más de siete mil almas para ser exactos en un trocito de césped que durante unas horas se convirtió en el centro del universo para el algecirismo. Pero ni poniéndolo más difícil ni con piedras en el camino, ni con ésas se rinde este Algeciras. Y con este sello va a ir a Sabadell la última jornada liguera a jugarse sus opciones por escasas que sean. Los guerreros de Iván Ania dejaron de depender de sí mismos tras empatar con el Real Madrid Castilla (1-1) en el Nuevo Mirador, en un día inolvidable para la afición, pero la última palabra todavía no está dicha en la pugna por el playoff de ascenso del grupo II de la Primera RFEF. Todavía no.

El caprichoso balón no quiso entrar en el último latido cuando Leiva zumbó el larguero o cuando Alvarito Romero remató a un palo el rechace de un remate de Almenara que el estadio había cantado gol antes del paradón del meta madridista. El fútbol, eso sí, brindó un partido enorme, vibrante como no se recuerda, repleto de tensión y con una atmósfera de superior categoría.

La penúltima fecha de la Primera RFEF, la última cita en casa de la temporada, trajo al Castilla, a un filial echado para adelante, talentoso, con personalidad y con esa leyenda que empapa su tutor, Raúl González. El destino del Algeciras pasaba por enfrentar a los chavales de la Fábrica blanca, que lejos de amedrentarse por el ambiente, plantaron descaro, se pusieron por delante y exigieron al Algeciras y a su parroquia apretar lo indecible para exprimir un partido que se encargó de encender el colegiado canario Alemán Pérez, quien pasó de desquiciar a los locales y a dejar con nueve a los visitantes en el tramo final.

El Algeciras pudo ganar al Castilla de diferentes maneras, sobre todo en un comienzo bien planteado y con muchas llegadas. Los albirrojos también pudieron doblegar a los merengues tras el empate y con la superioridad numérica, pero la realidad es que el Castilla estuvo muchos minutos por delante gracias al gol de Latasa y compitió de maravilla para sobrevivir en unas condiciones que pocos equipos hubiesen aguantado. Es de justicia reconocer el mérito de los blancos.

El conjunto de Iván Ania arrancó con el once esperado. El técnico devolvió a la titularidad al recuperado Roni, el nueve referencia de los albirrojos, en detrimento de Pepe Mena, que venía de cuajar dos buenos partidos pero fue el sacrificado en la terna del centro del campo.

El Castilla, tras el espectacular recibimiento de la hinchada algecirista, trató de templar los ánimos de las gradas desde el inicio, con pausa y toque, y con un primer acercamiento en botas del escurridizo Peter. El Algeciras no tardó en contestar con una internada de Tomás y con un disparo lejano de Renato. El empuje de los albirrojos estuvo a punto de consumarse en gol en el minuto 11 con una clarísima doble oportunidad en un centro de Tomás que cabeceó Almenara y sacó milagrosamente el meta blanco y el recache posterior de Romero se estrelló en un palo.

El filial replicó en seguido con una ocasión de Arribas -el mejor de los blancos- que abortó Tristán. El duelo cobró un ritmo vertiginoso, con los dos equipos dispuestos al pim pam pum. Otra vez se acercó con peligro el Algeciras y otra vez respondió el Castilla en una acción por la banda izquierda que acabó con cabezazo de Arribas fuera. Entre tanto, Roni y Gila libraban una batalla constante.

El partido se fue calentando hasta casi estallar. El Algeciras reclamó penalti sobre Leiva en el minuto 27. Todo el estadio clamó y esa furia se extendió también por el césped con los jugadores encarándose con las decisiones del canario Alemán Pérez, que en el 30' sacó a Figueras la primera tarjeta de su bolsillo. En pleno desquicie albirrojo, el Castilla sacó a relucir todo su talento arriba para adelantarse: balón al costado derecho donde Arribas se encontró completamente solo y puso un centro medido que Latasa empalmó con una pierna después de que ni Pol ni Mariano llegasen a tiempo.

El gol rebajó algo la tensión latente. El Castilla tuvo que cambiar a Dotor, lesionado, y los de Ania jugaron con más cabeza el último tirón del primer periodo, tratando de volver a jugar como en el arranque. El descanso irrumpió sin más noticias más allá de algún saque de esquina y de un disparo lejano de Leiva. Los albirrojos habían puesto todo y no habían tenido el premio gol, pero el Castilla había aguantado el tipo y había acertado en la suya.

El segundo tiempo comenzó con un intento de Peter desde el centro del campo para tratar de sorprender a Tristán. El Algeciras retomó las manijas consciente de que el mejor camino para equilibrar la balanza era insistir en su propuesta, con ritmo pero sin perder los papeles. Los albirrojos se acercaron en una acción trenzada que terminó con un cabezazo desviado de Renato, uno de los señalados por el público que por momentos se desesperaba.

El choque alcanzó la hora de partido a una velocidad por debajo que le interesaba más a los blancos. Al mismo tiempo continuaba la gota malaya del árbitro con continuas decisiones que volvían a encrespar a los de casa. Hacía falta algo, un revulsivo, cambios. Y la primera respuesta desde el banquillo fue Yannis por Renato.

El espoleo surtió efecto y de nuevo Almenara estuvo a punto de ver puerta cuando el 66' enganchó un balón en el área y obligó a Luis a otro paradón. El Mirador apretaba con renovado brío y el Algeciras comenzaba a asediar y así fue como un balón cayó en los dominios de Roni, dentro del área, y el goleador no perdonó para hacer el 1-1 en el minuto 71.

El estadio retumbó y un minuto después Theo Zidane vio la segunda amarilla y dejó con diez al Castilla. Con Yannis en la izquierda y Leiva ahora en la derecha, los de Ania insistieron una y otra vez. El algecireño, por cierto, no paró de crecer ante el que señalan como su gran pretendiente. Hay quienes lo dan por hecho incluso.

Los males para el Castilla se acumularon cuando Blanco cometió una entrada fuera de lugar y vio la roja directa en el minuto 79. Dos minutos después se reanudó el partido, con un aluvión de sustituciones por parte y parte, y el Algeciras acometió el asedio final sobre la meta blanca pero ante un rival tan osado que dejó gente descolgada para buscar la contra. Y es que el Castilla solo le valía la victoria.

El Algeciras la tuvo en los últimos compases. Pudo marcar Tomás en un disparo que sacó Luis, perdonó Rafa Tresaco por arriba con todo a favor y Alvarito Leiva chutó al larguero cuando el reloj ya apuntaba al minuto 94. El cuadro rojiblanco lo dio todo y se vació al igual que su afición. Poco más se puede decir y nada se debe reprochar, por eso el binomio se despidió entre aplausos.

Con el Andorra ya campeón matemáticamente y el Albacete y el Villarreal B con su billete al playoff asegurado, Sabadell (58 puntos), Nàstic (58), Linares (57), Baleares (56) y Algeciras (56) se disputarán los dos pasaportes restantes para la fase de ascenso en Galicia.

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