Un Algeciras de dos caras (1-1)

Algeciras/De una primera parte para tirar a la basura a una segunda mitad para dejarse la garganta y creer en todo. Entre esos dos extremos se movió el Algeciras CF en su primer partido de la temporada en el Nuevo Mirador. Ante una parroquia expectante, los pupilos de Fran Justo salvaron un punto que tan cerca estuvo de multiplicarse por tres como de perderse en el infinito. Una actuación providencial, la de Lucho García, propició que el portero albirrojo atajase un penalti en el tiempo añadio. Una parada que sin duda endulzó el sabor de un empate con muchas aristas que analizar.

Lo primero y más evidente es que hubo un equipo con dos caras cuyo punto de inflexión se llama Iván Turrillo. La entrada del gran capitán en el intermedio transformó por completo el panoramo de lo que se estaba viendo en el Mirador. Sin el '8', el Algeciras se presentó carente de carácter. Llevando las manijas o intentándolo, sí, pero sin apenas salsa en la zona de creación, sin finalización y penando en exceso una de sus pocas fallas en la retaguardia. Se puede decir que prácticamentre el único acercamiento del Sevilla Atlético bastó para el gol de Isra, que nació de un balón perdido de Javi Alonso. El mediocentro no carburó con Eric Montes y el Algeciras abusó de un juego en largo que no iba a ninguna parte.

A los extremos también hay que exigirles más. Javi Gómez y Álvaro Leiva no estuvieron finos y eso hizo que las intentonas se diluyesen sin apenas crear peligro. El filial dirigido por Jesús Galván se sustentó con disciplina, con un prometedor Alberto Collado moviéndose por el centro y con sus jugadores más adelantados incordiando normalmente por los costados.

Justo recurrió en el descanso al capitán para tratar de enderezar la nave. Iván Turrillo, con molestias musculares desde Alcoy y reservado, tuvo que saltar para el segundo tiempo para poner firme a la tropa. El algecireño se hizo sentir desde el primer segundo. El Algeciras empezó a tener sentido y se adueñó del campo hasta arrinconar a un filial sevillista que no tuvo más remedio que recular... arañando cada segundo del reloj en la más mínima pérdida de tiempo.

El Algeciras notó también el resto de sustituciones, jugadores como Neco y, después, Merchán, Manín y Juan Hernández, que contribuyeron a volcar la balanza más si cabe. La presión se tradujo en la recompensa del empate tras un saque de esquina que remachó el central Lautaro en el minuto 78.

Quedaba un mundo y las gradas se vinieron arriba, pero el efecto subidón por la remontada se esfumó minutos después de que Galván zarandease su banquillo. El filial subió las líneas y volvió a pisar campo contrario. Las fuerzas se equilibraron aunque los de casa se negaban a contentarse con el punto.

Instantes después de que el cuarto árbitro mostrase los seis minutos de añadido, Conejero Sánchez decretó un penalti por un agarrón de Iván. Se hizo el silencio en La Menacha. Isra agarró el balón para firmar su doblete de ensueño, pero se topó con un gigante Lucho. El colombiano adivió el lado y puso patas arriba el Mirador. Una sola acción valió para dar por más que bueno el empate. Así es la magia del fútbol.

El nuevo Algeciras encadena dos empates en su puesta de largo oficial de la 2024-25. Dos equis muy distintas pero que a fin de cuentas suman lo mismo, dos puntos en el casillero del grupo II de la Primera Federación. Los rojiblancos llegarán invictos a su desplazamiento al Romano de Mérida, pero también en búsqueda y captura de la primera ansiada victoria.