El Algeciras se lo juega todo a la última carta (4-0)

Deportivo de La Coruña - Algeciras CF | La crónica

El equipo de Ania apenas compite en Riazor tras encajar tres goles en media hora

Los del Nuevo Mirador, un punto sobre el descenso, dependen de sí mismos para mantener la categoría

El vídeo resumen del Deportivo de La Coruña - Algeciras

Las fotos del Deportivo de La Coruña - Algeciras CF

David Martín persigue a Lucas Pérez.
David Martín persigue a Lucas Pérez. / Dxt Campeón/Mónica Arcay

El Algeciras CF salió goleado (4-0) de Riazor contra el Deportivo y se tendrá que jugar la salvación en la última jornada del grupo I de la Primera Federación frente al Real Madrid Castilla en el Nuevo Mirador (el sábado 27 a las 19:30). Al equipo de Iván Ania le vino enorme un campo grande. Los albirrojos concedieron la primera ocasión a los 54 segundos, el primer gol a los tres minutos y a la media hora ya estaban sentenciados con un 3-0.

Solo los más creyentes soñaban con una proeza en La Coruña, especialmente los locos que se pegaron la paliza de viaje, pero la cruda realidad tardó poquísimo tiempo en plasmar la diferencia abismal que existe entre un candidato al ascenso y un aspirante a la permanencia. Se juntó todo. Por un lado, el Deportivo más agresivo de la temporada emergió como por arte de embrujo de su nuevo entrenador, el gallego Rubén de la Barrera. Por otro, los de Ania saltaron al césped como desorientados, no se sabe bien si amedrentados por el ambiente y el rival o con un lapsus de no darse cuenta lo muchísimo que se están jugando. Cuando se vinieron a enterar, ya había aficionados que se habían desconectado de la retransmisión.

El cerrojo algecirista de ese equipo que no concede goles, compacto, dejándose de bravuconadas e historietas se desvaneció en La Coruña. El Algeciras apenas compitió. Al contrario, concedió muchísimo y hasta regaló el tercer tanto en un error garrafal de Rubén Miño, que se dejó buena parte del crédito que había venido recabando. Svensson, Yeremay, Mario Soriano y, de nuevo ya en la segunda parte, Svensson finiquitaron un partido que tuvo poca historia a partir del descanso. Porque la realidad es que nadie creía en una mínima reacción ante semejante escena.

El Algeciras se queda con 44 puntos en la tabla, uno solo por encima de los puestos de descenso. Los de Ania dependerán de sí mismos para salvarse y llegarán a la jornada final empatados a puntos con el Rayo Majadahonda, el San Fernando y el Ceuta (con el golaveraje favorable). El Badajoz, con 43 puntos, es el primero que se escapa ahora de la quema. Con los mismos puntos cierran el descenso el Fuenlabrada y el Sanse. La Balona, que ganó al Majadahonda, mantiene sus opciones con 41 puntos antes de visitar la otra orilla del Estrecho.

Comienzo nefasto

El Algeciras se diluyó de una manera tan pronta como inesperada. Perder en Riazor entraba dentro de la lógica, pero no de esta forma y mucho menos después de un último mes y pico de entereza. Con el mismo once una semana más, Ania refrendó su confianza total en el bloque pero los albirrojos se vieron desbordados ante un Depor en modo ciclón.

Los gallegos emplearon 54 segundos para generar su primera oportunidad, un disparo de Svensson que abortó Miño con una mano salvadora. El susto no alivió la torrija sino que la agravó. A los tres minutos, el Depor volvió a coger la espalda a todo el entramado algecirista después de que Siddiki perdiese un balón en banda. Balón en profundiad de Mario Soriano a Lucas Pérez y el ex de Primera que la cruzó para que Svensson marcase a placer. 1-0 muy, muy fácil.

Parecía que podría haber un atisbo de reacción cuando el Algeciras se acercó en el minuto 8 y Tomás metió un balón desde la izquierda que Iván remató a manos de Mackay. Ni dos minutos después se produjo la réplica letal de un Deportivo que volvió a entrar facilísimo por medio de Soriano y con Yeremay, escorado, como ejecutor. La acción, algo dudosa, deja un resquicio a un posible fuera de juego. 2-0 en diez minutos y muy cuesta arriba.

El Algeciras, que de alguna forma pensaba que podía jugarle de tú a tú a un Depor lanzado, trataba de estirarse un poco y ser más atrevido para pisar campo contrario con el balón. Pero el peligro llegaba constantemente del otro lado por medio de Svensson, Yeremay, Soriano, Lucas...

Regalo de Miño

Por si no lo tenía difícil el Algeciras ya, apareció Rubén Miño para protagonizar una acción tan desgraciada como grosera. Pasada la media hora, el portero trató de controlar y regatear con el balón en los pies ante Soriano y la perdió. Gol en bandeja y sentencia para los locales. El algecirismo revivió viejos fantasmas en una temporada muy castigada en la portería.

El descanso llegó como bálsamo. La afición desde casa ya estaba más pendientes de los otros resultados que de la tragedia en Riazor. Ania metió a Elejalde y Amoah en el intermedio. Ni 24 segundos tardó el Deportivo en avisar con una ocasión de Lucas Pérez. Instantes después, otra llegada y remate de Martínez al larguero.

Da la sensación de que el Depor levantó el pie del acelerador y dejó hacer a un Algeciras estéril arriba. Los de Ania tocaban algo mejor ahora un rival más relajado, que empezó a gestionar los esfuerzos y la ventaja. A falta de media hora, en un partido completamente sin chispa, el Algeciras llevaba el peso pero sin capacidad para intranquilizar al Deportivo.

Un disparo en el minuto 63 de Elejalde fue lo único y poco que se pudo considerar como ocasión. Lo cierto es que el Depor pegó otro achuchón y Svensson hizo el cuarto de la goleada en una contra letal de Lucas. Los locales rondaron la manita ante un Algecias que ya había quemado los cambios, con vistas a las tarjetas y la finalísima del próximo sábado.

El silbatazo final fue lo mejor en Riazor para un Algeciras que jugó con más pena que gloria y que fue engullido por un gigante.

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