Juan Gómez del Cura: "Lo vivido por ascensos debería haberse aprovechado"

Algeciras CF

Vivió con el Algeciras el ascenso en Barbastro, con apenas veinte años

Siempre agradecido a Andrés Mateo, histórico jugador y entrenador algecireño

Militó en el Celta de Vigo nueve temporadas, donde llegó a ser capitán

Su vida futbolística cabalga entre dos épocas diferentes, marcadas por la economía de los clubes

Juan Gómez del Cura posa en el parque María Cristina / Claudio Palma

Algeciras/Era un extremo veloz con mucha capacidad de desborde. Así lo describen sus compañeros y los aficionados que lo vieron jugar con el Algeciras CF y con el Celta de Vigo, los dos equipos a los que ama. Juan Gómez del Cura ve el fútbol ahora con cierta distancia, aunque empieza a asumir que volverá al Nuevo Mirador de la mano de su nieto, que tiene ahora doce años. Sigue teniendo presente a Andrés Mateo, legendario jugador y entrenador algecireño que le subió con 16 años y le cuidó en el primer equipo albirrojo. Se siente muy agradecido por lo que hizo.

Fichó por el Real Madrid Juvenil, pero decidió dejarlo cuando le quieren mandar a jugar con el Béjar (Salamanca). De vuelta a Algeciras hace como voluntario el servicio militar, con dos días de permiso para entrenar y fines de semana libres para jugar con la camiseta albirroja. Del Algeciras, al Recreativo de Huelva y con rapidez al Celta de Vigo, donde jugó durante nueve temporadas.

Su ídolo de la infancia fue otro histórico algecirista, Manuel Marín Grande, Periquito, autor del recordado gol que sirvió para el ascenso a Segunda División del Algeciras ante el Atlético Baleares, en 1963. Compartió vestuario con Ángel Sáez, Juan de Dios, Herrero y con otros grandes jugadores, como también compitió frente a Diego Armando Maradona.

"No he sido yo mucho de dar entrevistas", nos confiesa.

Pregunta.¿Porque le da mucha importancia a las palabras o porque no se fía?

Respuesta.Quizá para no tener protagonismo. He sido muy cuidadoso con tal de no meter la pata. Me da repelús.

P.Esa es una expresión muy algecireña para un hombre nacido en Madrid.

R.Lo de Madrid es una anécdota. Al mes de nacer allí me trajeron a Algeciras porque trasladaron a mi padre de su trabajo. De aquí ya no voy a ningún sitio, y al único sitio que me iría es a Vigo.

P.Su vida se divide entre esos dos amores.

R.Efectivamente, pero empezando por Algeciras. Aquí tengo mi niñez, los mejores recuerdos, mi barrio de La Piñera, donde me he criado con cantidad de amigos que tengo, que nos vemos incluso y hacemos comida de vez en cuando. La verdad es que eso no está pagado con nada del mundo. Es más, la experiencia más satisfactoria en mi carrera deportiva fue el ascenso con el Algeciras en Barbastro, más que haber jugador contra el Madrid, el Barcelona o contra Maradona.

P.La ciudad vibró entonces como pocas veces, según cuentan.

R.El recibimiento que nosotros tuvimos, el cariño de la gente con nosotros fue tremendo. Tenía compañeros extraordinarios. Esa vivencia cuando tienes 20 años se queda grabada para siempre. Luego ya te profesionalizas y ya entiendes lo que es una profesión.

P.¿Qué Algeciras era aquel?

R.Yo era un niño y entonces a mí me trataban fenomenal. He tenido compañeros como Angelito Sáez, Rafael Quindejo, que en paz descansen, como Juan de Dios, o El Espátula, Juanito Herrero. A mí me daban patadas por todos lados y era Ángel Sáez quien me protegía, igual que Juan de Dios.

P.Vivió el espíritu de Barbastro y conoció el de Almendralejo. ¿Qué hay que hacer para sostener ese clima?

R.Son dos momentos increíbles en los que se tenía que haber aprovechado precisamente para coger impulso, pero hoy día los clubes son de un determinado dueño. A mí no me gusta que el club sea propiedad de alguien, sobre todo cuando no está identificado con la ciudad de Algeciras. Yo he visto a presidentes del Algeciras de mi época sufrir, sufrir muchísimo, y eso no estaba pagado por nada del mundo. No eran multimillonarios, pero aportaban dinero.

P.¿Como Antonio Ruiz Simón?

R.Creo que no se le ha dado todo el mérito para el trabajo que hizo este hombre. Se podía hablar con él. No era el clásico presidente autoritario, sino una persona fantástica. También es verdad que igual a lo mejor no se le da el sitio que debía tener porque ya hace muchos años de aquello, y a la gente se le olvida.

P.Hay clubes con propietario y grandes aficiones.

R.Hoy el fútbol es un negocio, y hay señores que tratan de llevar su negocio de la mejor manera posible. Ahora los ingresos por abonados en muchos clubes, como el Celta, son el siete u ocho por ciento del presupuesto. Entonces no se pueden comparar situaciones porque son absolutamente distintas.

Juan Gómez del Cura durante la entrevista / Claudio Palma

P.Ha vivido épocas del fútbol muy diferentes, en un club humilde como el Algeciras y en el Celta, en Primera División.

R.La evolución se produce cuando se funda la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles), por Quino como primer presidente, que entonces jugaba en el Betis. Nuestras reivindicaciones eran cotizar a la Seguridad Social y suprimir el derecho de retención. Esto último era que tú fichabas por un club dos o tres años, y si al final venía otro club que te quería, en el que estabas le bastaba con subir un 10 por ciento el sueldo del año anterior para que automáticamente te quedaras. Eso le pasó a Quino en el Betis cuando le quiso el Valencia. Yo estaba de capitán en el Celta cuando se funda la AFE, y ahí empieza el fútbol moderno.

P.Y luego llegan las televisiones.

R.Eso permite traer a muchos jugadores extranjeros. Entonces Alemania o Italia, por ejemplo, estaban por encima nuestro en cuanto al físico. Cuando empiezan a llegar aquí entrenadores extranjeros como Max Merkel, Mister Látigo, las cosas empiezan a cambiar. El difunto de Juan López Hita, que lo tuvo en el Sevilla, me hablaba fenomenalmente de él. Con él fue con quien explotó, porque físicamente Juan era una maravilla y subía la banda tremendamente. También empezaron a llegar al fútbol español preparadores físicos.

P.Llega a Vigo desde Huelva.

R.Yo no me quería ir. Se lo agradeceré toda mi vida a Isabelo, un jugador del Sevilla que jugó un año en el Celta. Él supo que me habían hecho una oferta y me convenció cuando me contó que en Galicia llovía en Santiago, La Coruña, y no tanto en Vigo. Yo pensaba que allí iba a tener que jugar con mucho barro.

P.Pardo, del Deportivo de La Coruña, le lesionó gravemente.

R.Tampoco creo que fuera a hacerme el daño que me hizo. Me partió el peroné y tuve una fisura de tibia, pero después de estar cincuenta días escayolado la zona de la fractura no me dolía. Mi problema fue el tobillo, que me seguía doliendo, y el médico del Celta solo me trataba con corticoides. Hasta que acudí con permiso del club a ver a Enrique Cabot, un traumatólogo de prestigio que estaba en Barcelona, que me dijo que tenía rotos los ligamentos del tobillo. Pasaron quince meses hasta que pude volver a jugar.

P.También lesionaron años después a Maradona.

R.En el mismo sitio, buscando los tobillos. Esa situación hizo reflexionar a muchos árbitros, que tenían que conservar mucho más a los jugadores. El juego de Maradona hubiera sido más eficaz si viviera la época actual.

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