El Nàstic denuncia al árbitro del partido ante el Málaga CF ante la justicia ordinaria

Algeciras/La propiedad del Nástic Tarragona S.A.D. ha decidido elevar a la justicia ordinaria el arbitraje de Eder Mallo Fernández en el partido que le enfrentó el pasado sábado frente al Málaga y que acabó con empate a dos goles, lo que supuso el ascenso malaguista a Segunda División.

"La entidad ha recabado pruebas suficientes para demandar al colegiado, al menos, por negligencia. Asimismo, no se descarta, en función de las investigaciones en curso, iniciar la vía penal. Próximamente se informará con detalles de los pasos realizados por el Gimnàstic de Tarragona para defender los intereses y honorabilidad de la entidad, así como de todos sus accionistas, socios y aficionados", rezaba la nota distribuida por el club catalán.

Se da la circunstancia de que el Cómite Técnico de Árbitros ha decidido que Eder Mallo Fernández debe ejercer su función en la categoría de plata del balompié nacional. El colegiado se despidió de esta división con un duelo que fue todo un desafío para él. Un partido de play off siempre es un reto para el encargado de dirigirlo debido a que son encuentros con la tensión a flor de piel y en los que los conjuntos van al límite por la exigencia existente, pero lo vivido en tierras catalanas fue algo fuera de lo común, puesto que se vivieron muchos actos anómalos y sin cabida en el mundo del deporte.

Para empezar, se vio obligado a tener que reflejar en el acta lanzamientos de objetos a Alfonso Herrero, portero del Málaga, que recibió un impacto de una moneda de 20 céntimos. Después de esto, expulsó por doble tarjeta amarilla a uno de los dos centrales del Gimnàstic de Tarragona y, a raíz de esto, el speaker del cuadro local alentaba a la afición a apretar mucho más al decir en catalán en reiteradas ocasiones: "Contra todo y contra todos".

El colegiado paró el partido cuando quedaban ocho minutos para el final de la prórroga por problemas con la falta o número de balones sobre el campo, y reiteradas perdidas de tiempo. Después de que se pitase el final del partido, el árbitro recibió amenazas e insultos de directivos y propietarios del club catalán en la puerta del vestuario, según reflejó en su acta.