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Las notas del Algeciras 21-22

Algeciras CF

Acabada la temporada con una satisfacción colectiva con el equipo de Iván Ania, llega el momento de evaluar el rendimiento individual de todos los jugadores

Los jugadores del Algeciras se despiden de la afición. / Erasmo Fenoy

Algeciras/Acabada la temporada 21-22 para el Algeciras CF, llega el momento de entregar las notas a título individual de todos los futbolistas que han formado parte de la plantilla comanda por Iván Ania. El estreno en la Primera RFEF de los albirrojos ha dejado una satisfacción general en la mayor parte de la afición, que se ha quedado con la miel en los labios de repetir playoff de ascenso a Segunda por segundo año consecutivo, un final marcado por la impugnación del partido ante el Castilla y por las polémicas resoluciones de Competición y Apelación.

Las peñas han empezado a repartir sus tradicionales premios por estas fechas al jugador más valorado, al máximo goleador, a la revelación... y Europa Sur entrega también sus notas a todos los futbolistas que disputaron algún minuto oficial con los albirrojos. Las calificaciones, por posición y número de minutos jugados, son las siguientes:

Iván Crespo. El veterano guardameta se lesionó cuando mejor estaba. El santanderino batalló desde primera hora con un inicio complicado marcado por la goleada en Cornellà, pero, al igual que el equipo, el meta se levantó para consolidarse como el '1' del cuadro de Ania. Su saber estar dentro y fuera del campo fueron el mejor aval de un Crespo al que se le pedían más paradas en un momento en el que al Algeciras le hacían goles con pocas llegadas. Después de dos-tres partidos muy buenos, el guardameta se lesionó y emergió Tristán. En su rol de veterano supo encajar el banquillo. Aprobado.

Pol Tristán. El jovencísimo portero irrumpió de manera inesperada por la lesión de Iván Crespo y agarró la titularidad para no soltarla en el último tercio del campeonato. El meta criado en la cantera del Barça demostró sus condiciones desde el primer momento, especialmente descaro, reflejos y la suficiente personalidad para que el peso de la portería no le hiciera dudar. A pesar de algún que otro fallo, fueron más las acciones salvadoras de un arquero con 20 años recién cumplidos y un futuro prometedor. El Algeciras no debería dejarlo ir. Notable.

Tomás. El algecireño ha sido uno de los grandes focos del Algeciras 21-22. Empezó como un cañón con el gol olímpico en Barcelona, tuvo sus altibajos y terminó como uno de los albirrojos más en forma. Tomás se adueñó del lateral izquierdo, donde Ania trató de encajar a Peris con el algecireño por delante. No funcionó. El zurdo fue una amenaza constante en su banda con sus centros y a balón parado. Sin lesiones ni contratiempos, Tomás es uno de los pilares del proyecto algecirista. Notable alto.

Mariano. El central argentino cedido por el Atlético de Madrid ha sido una roca. Formó pareja con Robin, Figueras y Van Rijn y lideró el eje de la defensa como un titán físico. El de Santa Fe, que aportó tres goles fundamentales, tiene a sus 23 años un margen de crecimiento importante y algunos detallitos que pulir, pero será a buen seguro una pieza codiciada del mercado si el Atleti vuelve a apostar por cederlo una temporada más. Sobresaliente.

Jordi Figueras. El zaguero es otro de los jugadores que supo esperar su momento pacientemente. Tras lidiar con algunas molestias en la primera vuelta, el central entró en acción tras la marcha de Robin y se repartió el protagonismo con Van Rijn para mantener el listón de la defensa. Sus tablas, su visión dentro del campo y su humildad sumaron siempre en el vestuario. Bien.

Almenara. Las lesiones marcaron una temporada más el nivel real de Gonzalo Almenara. La mejor versión del Algeciras siempre fue con el algecireño en liza, que se mostró como el mejor remedio para un lateral derecho que se convirtió en el principal quebradero de cabeza de Ania. ¿Qué habría sido de un Almenara con 30 partidos o más? Es la pregunta que se repite un verano más. Bien.

Nico Van Rijn. Otra de las sorpresas agradables entre los jóvenes de la plantilla. El catalán se ha revelado como un defensa con un techo tan alto como su estatura. Nico bregó en sus primeras apariciones pero respondió cuando tuvo continuidad. rápido, suelto con el balón y con enorme margen para madurar. Bien.

Víctor López. Un futbolista que aceptó el desafío de la banda derecha del Algeciras y que también sufrió con las lesiones. Su polivalencia, una solución para Ania, quizás le impidió asentarse en una posición específica. Su proyección más atacante le limitaba a la hora de defender. Dejó un gol que se tradujo en tres puntos. Aprobado.

Peris. Una de las decepciones entre la afición algecirista. Se esperaba muchísimo de un jugador de la trayectoria de Peris, a quien no se le puede achacar nada más allá de que no encajó en el sistema. Ania le dio oportunidades en esa banda que intentó montar con el valenciano y Tomás, pero no cuajó. El carrilero quedó relegado a un jugador de refresco y se conformó con cumplir con esa labor. Lógicamente el Algeciras no puede permitirse tener a un teórico titularísimo en ese rol. Insuficiente.

Álex Robles. Lateral derecho y lesiones. La maldición de esa posición se cebó con uno de los refuerzos de invierno, un futbolista del que apenas puede decirse nada porque apenas disputó un encuentro completo como albirrojo. Sin calificar.

Natera. El canterano algecireño fue uno de los beneficiados de esa plaga de lesiones en el costado derecho. Disfrutó de su momento de gloria en su primera titularidad pero se esfumó de la rotación a partir del encuentro con el Barça B cuando Ania comenzó a tener a casi todo su plantel disponible. Poco recorrido para calibrar. Sin calificar.

Iván Turrillo. El capitán fue un año más el que jugador que más minutos estuvo sobre el campo en el centro del campo. El algecireño portó una vez más la bandera del algecirismo con su carácter y entrega, y también su fútbol. Por primera vez en mucho tiempo se quedó alguna en el banquillo estando disponible, pero Iván siempre vuelve. Notable.

Borja Fernández. De menos a más en una progresión constante. El gallego acabó por erigirse en el mariscal de campo albirrojo con clase y muchos pulmones. Sin embargo, el de Vigo tuvo su bachecito en la primera vuelta con ciertos tramos de desconexión. Eso sí, cuando empezó a carburar se hizo insustituible en la medular. Notable.

Pepe Mena. Uno de los futbolistas que más ilusión e interés despertó en el mercado de fichajes del pasado verano. El utrerano terminó la campaña como protagonista y con goles en ese centro del campo que Ania remodeló con tres mediocentros, pero la realidad es que todo el mundo esperaba mucho más del que fuera canterano del Sevilla. Mena no logró consolidarse como titular ni tener consistencia, pero su tramo final tampoco puede pasar por alto. Bien.

Javi Duarte. Llamado a ser acto secundario con escasa presencia, el malagueño encontró minutos como hombre para todo. El canterano del Cádiz aterrizó como mediocentro defensivo y de lo que más jugó fue de lateral derecho. Disciplinado y correcto, conocedor de sus limitaciones y sin una palabra más alta que otra, Duarte ha aprovechado cada ocasión recibida. Aprobado.

Villapalos. Uno de los fichajes que llegó casi con la temporada comenzada pero con caché y recorrido. El centrocampista de talla, un recurso también para la defensa, ha sido otro de los jugadores de los que se esperaba mucho más. El madrileño aportó en la recta final como refresco desde el banquillo pero su rendimiento global del curso sabo a poco. Insuficiente.

Ferni. Una lástima la grave lesión en aquel maldito final ante el Alcoyano en el Nuevo Mirador. El extremo llegó libre tras la recaída de Pelayo con la liga ya en marcha y tuvo un impacto inmediato. Ania encontró un respiro con el talaverano, que ofreció pegada y apuntaba maneras de ser uno de los titulares en banda. Bien alto.

Renato Santos. Refuerzo de calidad y nombre en el mercado de invierno, con muchas tablas y una pierna llamada a marcar la diferencia con sus centros. Salvo algunos destellos, el portugués ex del Málaga no sacó el máximo jugo posible a sus titularidades y no acabó jugando el partido decisivo en Sabadell. Insuficiente.

Juan Serrano. El regreso del hijo pródigo. El algecireño retornó en invierno desde el Betis Deportivo, dispuesto a reencontrar su mejor versión pero muy lastrado y falto de confianza por su año de ostracismo en Heliópolis. Serrano tuvo minutos nada más volver, pero su presencia se difuminó y terminó por ser casi anecdótica. Un aprobado justito.

Yannis. El inesperado joven que llegó desde Francia casi sin ser anunciado gustó a Ania a las primeras de cambio y entró en la plantilla antes de que cerrase el mercado de invierno. Se le vieron hechuras en algunos amistosos aunque en competición lo más que tuvo en un encuentro fue media hora. La sensación es que hace falta ver más en acción a Yannis. Sin calificar.

Pelayo Morilla. 43 minutos como albirrojo repartidos en cinco partidos y el honor de marcar un gol (el último) en la histórica goleada en la casa del eterno rival. El caso de este exquisito extremo cedido por el Sporting de Gijón es único. Pelayo no pudo jugar al fútbol en Algeciras y tras la enésima recaída dijo adiós a la campaña. El oventense de 20 años todavía tiene tiempo para intentar salir de un largo túnel de lesiones. A buen seguro no será en el Mirador. Sin calificar.

Álvaro Romero. El pichichi del Algeciras (13 goles en liga y uno en la Copa del Rey) ha sido uno de los terrores de las defensas rivales. Para muchos, el futbolista más desequilibrante su puesto de la categoría. En invierno desechó el interés suculento del Baleares y durante la competición tuvo que lidiar con los arbitrajes por los derribos en el área, una situación que ya le ha colgado un injusto sambenito. Su temporada, de sobresaliente.

Roni. Delantero con mayúsculas. El ovetense desembarcó con cartel de Segunda y no tardó nada en demostrar que podía ser uno de los grandes nueves de la categoría. Además de los 13 goles ligueros (un hat-trick y dos dobletes), el ariete ha sido una referencia en el Algeciras con Ania formando con Romero una de las grandes duplas atacantes de la Primera RFEF. Los albirrojos le echaron mucho de menos cuando faltó. Otro sobresaliente.

Álvaro Leiva. La revelación del Algeciras y una de las grandes sorpresas de la Primera RFEF. El algecireño enamoró a Ania en pretemporada e irrumpió con una fuerza bestial por la banda izquierda albirroja. Desborde, regata, disparo, desparpajo... A sus 16 años se convirtió en titular fijo y marcó el gol más joven de la categoría. Lógicamente no tardó en estar rodeado de pretendientes y fue convocado por la selección española sub-17 y precitado por la sub-18. El canterano ha disputado 38 partidos, la mayoría como titular, y anotado cuatro tantos. Tuvo un pequeño trecho de bajón, pero ningún algecirista recuerda una explosión semejante. Matrícula de honor y un techo que aún está por descubrir, seguramente lejos de La Menacha.

Alberto Bueno. El gran refuerzo de invierno por currículum. Vino con la actitud de reengancharse a la rueda del fútbol español pero da la sensación de que solo pudo enseñar un ápice de la calidad que atesora. No tuvo fortuna ni logró desbancar a los titulares del ataque. Insuficiente.

Rafa Tresaco. Otro caso particularísimo en cuanto a lesiones de esta campaña. El punta no debutó hasta siete meses después de su fichaje, allá por febrero y cuando jugó casi lo bordó. El delantero era justo lo que el Algeciras se había propuesto con su llegada, un tanque para dar competencia a Roni, pero se volvió a romper. Tresaco, con todo, marcó dos goles en apenas 193 minutos (casi a gol por partido) y dejó la impronta de que puede ser un sub-23 aprovechable si el físico le respeta. Aprobado condicionado.

Campaña. El juvenil tuvo un mínima presencia en aquella fase de la temporada en la que el Algeciras solo tenía a Roni como delantero. Jugó muy pocos ratitos para sacar un juicio. Sin calificar.

Los que se marcharon

Robin. El galo fue titular indiscutible hasta que tomó la decisión de marcharse a hacer las Américas. La primera vuelta que disputó es intachable al igual que la temporada anterior. No tanto la actitud con la que afrontó para presionar por su salida. Deportivamente estuvo a un nivel notable.

Alcázar. Uno de los niños del ascenso a la Primera RFEF. El jiennense no cuajó cuando Ania le dio la responsabilidad de hacerse con el lateral derecho tras la lesión de Almenara. Su velocidad y su arrojo en ataque quedaron eclipsados por sus debilidades defensivas. Quedó relegado al banco y todas las partes abogaron por un cambio de aires. Insuficiente.

Zabarte. Probablemente el mayor chasco del Algeciras 21-22. El canterano del Real Madrid y ex de Osasuna llegó lesionado y se marchó lesionado. Entre medias, Ania no le dio bola. Su cartel no estuvo a la altura. Insuficiente.

Tote. El algecireño fue el primero en salir tras la pretemporada en busca de más minutos. Quizás se le puede achacar falta de paciencia o un mayor empeño para haberse quedado a pelear por un puesto. Dada la situación que se iba a producir con las lesiones en las bandas, Tote habría tenido su oportunidad. Insuficiente.

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