El Algeciras entra en racha: triunfo clave en San Fernando (0-2)

El Algeciras CF sigue de subidón. El equipo de Iván Ania sumó en San Fernando un triunfo clave (0-2), el segundo consecutivo tras el impulso del Clásico el pasado miércoles. Los albirrojos se impusieron en el estadio Iberoamericano con tantos de David Martín (52') y Elejalde (88') tras saber sufrir el empuje de los azulinos después de adelantarse. Los del Nuevo Mirador cierran su particular semana fantástica con siete puntos de nueve posibles y escalan a la mitad alta del grupo I de la Primera Federación con 22 puntos, seis por encima de un descenso en el que queda muy tocado el San Fernando de Salva Ballesta.

El Algeciras vuelve a despegar y lo hace en el momento justo. Desde que se vieron al filo del precipicio, antes de la visita a Vigo, el vestuario y su entrenador han sabido dar respuesta a las necesidades básicas de un conjunto al que no le bastaba con jugar bonito durante muchos ratos. El Algeciras ha aceptado que también vale otro fútbol o, al menos, la combinación de más de uno durante un mismo partido.

Para ganar en San Fernando el Algeciras tuvo que ser lo más camaleónico posible: los rojiblancos llevaron las manijas prácticamente hasta que marcaron, jugaron con el reloj al más estilo canchero cuando se pusieron por delante, defendieron como jabatos cuando el San Fernando sacó toda la artillería que lleva dentro (que es mucha) y asestaron el aguijonazo definitivo al final cuando los de la Isla veían como se iba a consumar otra tragedia inevitable.

Se puede decir a boca llena que el Algeciras no ha sumado esta temporada en varias jornadas en las que jugó estéticamente mejor y gozó de muchas más ocasiones que en San Fernando. No hay nada malo en reconocer que los azulinos podrían haber empatado perfectamente en ese arrebato tras el 0-1. Pero así es el indescifrable fútbol, por mucho que algunos se empeñen en minimizarlo a uno o dos libros de estilo. El Algeciras supo jugar sus armas, supo adaptarse, supo atacar y defenderse y, también, contó con esa chispita de fortuna que siempre hace falta.

La victoria, que vale su peso en oro, llegó con un Algeciras que refrescó el once dentro de sus posibilidades porque había bajas numerosas y sensibles. Ania enmendó los laterales con Benítez por la derecha (su pierna natural) y Ferni de improvisado lateral izquierdo (más que cumplidor). El técnico metió a Juan Serrano, Siddiki y David Martín en la zona de tres cuartos para dar un respiro a Roni, Elejalde y Veiga.

El partido pudo romperse nada más empezar porque los equipos salieron algo dormidos: el San Fernando dispuso de una clarísima primera oportunidad en un balón largo en el que Gabri se escapó de una defensa lenta y salvó Pol Tristán en el mano a mano. Acto seguido, error del San Fernando en la salida del balón y ocasión también franca para los albirrojos con un disparo de Álvaro Romero que sacó Perales.

Tras sendos sustos, el duelo se fue controlando, con el Algeciras bastante más cómodo con el balón que un San Fernando que quería plantarse en campo contrario con los menos toques posibles. Los de Ballesta no querían perder la guerra entre las líneas de la defensa y el centro del campo, y buscaron a Gabri y Biabiany sin acierto. El choque entró en una fase brusca con muchas faltas e interrupciones, una trinchera que parecía gustar más a los de casa.

Al filo de la media hora, lo intentó el Algeciras con un chut de Serrano escupido por la defensa y un disparo al rechace de David Martín que también salió repelido. Poco después fue Gabri el que de nuevo amenazó, esta vez con un disparo mordido y desviado a córner. Los últimos compases del primer tiempo dejaron más sensación de peligro visitante que local, con un par de centros desde el lado de David Martín que comprometieron a los isleños.

Siddiki y David Martín (0-1)

El segundo periodo retomó donde lo dejó el primero, con un San Fernando que no encontraba otro recurso más allá del balón en largo. El Algeciras trataba de tocar algo más sin perder ese punto de sacrificio extra que conlleva el jugar sin apenas descanso. Los de Iván Ania dieron el golpe en el minuto 53 en una acción armada por dos de los jugadores de refresco que nació tras una enorme salida en conducción de Nico Van Rijn: el marroquí Siddiki, que cuajó buenos minutos, se internó por la derecha y sacó un centro que tocó en un azulino antes de llegar franco para que David Martín empujase a la red.

Ballesta reaccionó de inmediato y sacó toda la artillería. Los locales dieron un vuelco y comenzaron a comer el terreno a un Algeciras que también daba oxígeno desde el banquillo.

Asedio isleño...

La última media hora, prácticamente, fue un asedio constante de los azulinos sobre los dominios de un Pol Tristán que no tuvo un respiro. El guardameta -que lleva dos porterías a cero seguidas- no estuvo perfecto pero sí salvó los muebles sobradamente. En el minuto 62 casi marcan los locales en un balón parado a la olla que superó la salida de Tristán y la defensa sacó in extremis. El San Fernando reclamó mano o gol fantasma. Ni lo uno ni lo otro.

El achuche azulino prosiguió desde todos los lados del campo, a pelota parada con Caballero y con continuas entradas por banda de Biabiany buscando a Marcelo o Del Campo. Tristán evitó otra ocasión clara de José Carlos en un remate de cabeza que lamió el larguero. El meta albirrojo dio un sustito en otro balón por alto en el 74', pero en el 76' se tiró como un león al suelo para cortar un avance peligrosísimo.

...y la puntilla

El duelo se abrió por completo en los últimos diez minutos y pasó lo que suele pasar cuando un equipo perdona y perdona: que marca el otro. Saque de banda de listo, Romero que se cuela hasta la cocina y pase de la muerte para que Iñaki Elejalde moje otra vez.

El 0-2 dejó liquidado a un San Fernando que tuvo hasta ocho minutos de alargue para intentar la heroica. Pero el Algeciras, que acabó con César García como parche para un lateral, se vació para mantener intacto un marcador que reporta tres puntos y puede que el golaveraje (que conviene echarle cuenta también).

Victoria, que siga la alegría y a ver el domingo desde el sofá el resto de la jornada. Qué maravilla de semana para el algecirismo.