La transformación del renacido Algeciras
Algeciras CF
Los albirrojos se adaptan al estilo Salva Ballesta y encajan a las nuevas piezas en una metamorfosis relámpago que empieza a dar resultados
Los fichajes aportan desde el primer momento en un proceso que está por completar
El nuevo Algeciras CF, el que venció el pasado domingo con bravura al Badajoz, aún está en proceso de transformación, pero ya empieza a dar resultados. Como un animal que muda su piel, el equipo albirrojo se encuentra en plena metamorfosis, adaptándose al estilo Salva Ballesta y encajando las ocho piezas llegadas en el mercado de invierno para dar un salto de calidad a la plantilla.
La sufrida parroquia del Nuevo Mirador pudo atestiguar en el estreno en casa del nuevo técnico que algo ha cambiado en el Algeciras, algo que todavía está por terminar de tomar cuerpo porque Salva apenas lleva dos semanas y porque la mayoría de los refuerzos acaban de aterrizar, aunque algunos hayan empezado a sumar desde el primero minuto con la rojiblanca.
Quien más, quien menos, el domingo ojeó las alineaciones -en un nuevo formato, más completo para el aficionado- y empezó a preguntar al de al lado quién era fulanito o cuándo había llegado menganito. "¿El portero es el nuevo, no? ¿Cuero ya tiene la ficha?", resonaban las dudas. Es más que comprensible en un Algeciras que durante enero, especialmente en la última semana, ha renovado su vestuario con diez salidas y ocho entradas. La hinchada aún digería la destitución de Emilio Fajardo y el aterrizaje de Ballesta cuando la dirección deportiva puso toda la carne en el asador para incorporar mimbres con experiencia en Segunda B para luchar por la permanencia.
Otra mentalidad
Por lo pronto, como ya se pudo vislumbrar en Yecla, el Algeciras compite con otra mentalidad y con otro fútbol. Salva Ballesta llegó con la vitola de exfutbolista reconocido con un carácter fuerte, un tipo con dotes de motivador. El maño parece que ha conectado con la caseta y el pasado domingo también tuvo momentos de cercanía con las gradas. Salva vive el fútbol con pasión y sabe la importancia que puede tener el Nuevo Mirador en esta segunda mitad del campeonato. Ganar batallas en casa como la del Badajoz acercan el objetivo y levantan la autoestima del colectivo.
El patrón de juego se va a sustentar en el orden. Conceder poco y aprovechar las ocasiones. El Algeciras no necesitó para marcar ante el Badajoz una media docena de oportunidades como solía generar antes. Tampoco concedió demasiado a un oponente que colgó innumerables balones al área. La Segunda B ha demostrado que premia más el orden que la creatividad y si es con partidos de máximo sacrificio poca gente va a estar en desacuerdo.
Otros jugadores
El último once del Algeciras con respecto al de la visita a Villarrubia, el último partido de Fajardo, deja patente la mutación que este equipo está experimentando. Nuevo portero, nuevo central, nuevo mediocentro, nuevo delantero... Protagonismo para Almenara, confianza para Braganza, sistema con dos puntas. El algecirismo ha visto encajar como un guante en la defensa a Johny Bijimine (dos jornadas como titular), ha visto caer de pie al portero Javi Jiménez en un puesto que ha dado muchísimos dolores de cabeza esta temporada, ha visto sobresalir a Yago Pérez como mariscal de campo en la zona ancha y ha visto como un futbolista recién llegado y falto de chispa como Wilson Cuero se mataba hasta ser sustituido. Y faltan por entrar Llinares, Yael, Borja Lázaro y Cristo Martín.
Salva, además, ha recuperado a dos jugadores que parecían algo olvidados en la banqueta como Braganza y como el algecireño Almenara, incluso ha dado minutos a Barba en sendos partidos. Hacer que todos se sientan importantes fue algo que Fajardo logró durante la mayor parte de su etapa en el Nuevo Mirador, pero en los últimos tiempos había futbolistas que se habían desenganchado de esa rueda competitiva en la que todos quieren entrar.
Ganar en el proceso
Los tres puntos cosechados ante el Badajoz van a inyectar una enorme dosis de moral y tranquilidad a este periodo de adaptación del nuevo Algeciras. Salva y sus pupilos saben que el mes de febrero es crucial con tres de los cuatro encuentros en el Nuevo Mirador. El primero, que era dificilísimo, ya está en la buchaca. Ahora viene la visita al Sevilla Atlético y después el duelo casero con el Cádiz B, dos rivales directos en una pelea por la permanencia de la que no se libra nadie del diez para abajo.
Sacar dos partidos seguidos adelante es una de las asignaturas pendientes del Algeciras esta campaña, con ese gran lastre de no haber ganado todavía a domicilio. Sevilla se presenta como una grandísima oportunidad para matar a dos pájaros de un tiro y comenzar a despegar. Los albirrojos, no hay que olvidarlo, ocupan el puesto de promoción y están a tres puntos de Don Benito, el equipo que marca la salvación.
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