El árbitro, un predicador de colmillos largos
El mexicano Marco Antonio Rodríguez, árbitro del decisivo Chile-España de esta noche, es un predicador cristiano y un arbitro polémico con más de media docena de finales de liga pitadas en su país, al que llaman con el desgastado apodo del Chiquidrácula. Sus facciones afiladas, el pelo peinado para atrás y de dientes grandes le han ganado desde hace años este sobrenombre por su parecido con el personaje de un Drácula infantil que interpretaba el comediante mexicano Carlos Espejel.
Espejel se hizo famoso en la televisión de los años ochenta como el Chiquidrácula y este sobrenombre alcanzó a Rodríguez a su llegada al arbitraje como una forma de hacerle pagar con la broma su aplicación a rajatabla del reglamento durante los partidos.
Aunque no compró la bronca del apodo, el árbitro siempre que puede precisa a quien le escuche que prefiere ser llamado 'Chiquimarco' porque un pastor cristiano como el no desea tener relación con personajes demoníacos.
Actualmente, Marco Antonio Rodríguez divide su tiempo entre el arbitraje mexicano y como pastor de una iglesia cristiana en la zona metropolitana de la capital mexicana.
Conocido como un árbitro que exagera con las tarjetas amarillas que muestra, este árbitro mexicano no suele perdonar la roja cuando él lo considera necesario por lo cual los jugadores se toman las cosas con mucha cautela cuando es este trencilla el que trata de administrar la justicia.
En su larga trayectoria de más de 13 años en el arbitraje, el colegiado ha participado en el Mundial de Alemania 2006, además de haber dirigido ocho finales en el fútbol mexicano, y tener partidos de Copa América y de Copa Libertadores.
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