El ascenso en Anduva, un año después
El regreso de los albinegros a Tercera eclipsa el recuerdo de la gesta en Miranda, de la que se cumple el primer aniversario
La afición de la Real Balompédica no puede festejar el primer aniversario de su último ascenso a Segunda división B, el que se cumple exactamente hoy. El 15 de junio de de 2008 la Balompédica empataba a tres goles en Anduva ante el Mirandés, hacía valer la igualada a uno firmada en el Municipal una semana antes y daba pie a una fiesta de las cuatrocientas almas en Miranda y de miles de personas que se lanzaron a la calle en La Línea. Un año después el equipo ha vuelto a Tercera y aquel acontecimiento no deja de ser un excelente recuerdo.
La Balona de la 2007-08 no certificó la clasificación hasta la última jornada de la Liga regular, cuando venció en el San Rafael de Los Barrios a la Unión. La combinación de resultados de aquella última jornada le llevó a ser tercera.
La primera ronda le emparejó con el Anguiano Los albinegros vencieron en casa 1-0 merced a un gol de Johny. En la vuelta, con unos doscientos linenses soportando el diluvio, los riojanos igualaron la eliminatoria por mediación de Santi en el 65', pero dos después Coco empataba el partido con un disparo lejano. Aunque el propio Santi hizo el 2-1 en el 96', la Balona sufrió pero pasó de ronda.
Una semana más tarde, con ocho mil espectadores en el Municipal, el Mirandés tenía la eliminatoria encarrilada gracias a un tanto de Pablo en el 13' cuando en el 94' Copi inventó un gol que igualaba el partido y que acabaría por ser definitivo.
La vuelta, también jugada bajo un aguacero constante, fue electrizante y con alternativas. Se adelantaron los burgaleses por medio del ex algecirista Iván Agustín (12') pero Fede igualó de inmediato (14'). Carlos Guerra hizo el 1-2 (51') y volvieron a equilibrar el marcador los de Sola por medio de Pablo (58'). En el 64' Joseph hizo el 2-3 con una perfecta vaselina y en el 75' Iván Moreno rehizo las tablas (3-3) en una acción que provocó la expulsión de Baby y David Rico porque el árbitro había impedido que Joseph, que había sido atendido en la banda, regresase al terreno de juego.
El final fue de infarto. David Pérez realizó cuatro paradas escalofriantes, el árbitro, Ortiz Extremo (vasco) ignoró un penalti por manos de Espínola y el pitido final desató una fiesta, que tendría continuación un día después, cuando la expedición fue recibida por unas ocho mil personas en la plaza de La Constitución.
Un año después, todo aquello no es más que un extraordinario recuerdo.
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