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Un empate déjà vu (2-2)

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La Balompédica, que cuaja un partido muy completo, repite los pecados de El Ejido y firma tablas después de ir ganando 2-0 en el 86'

La igualada, que llega en el 91', priva al equipo de La Línea de auparse a la cuarta plaza

Un empate déjà vu
Rubén Almagro

26 de febrero 2018 - 09:13

La línea/La Balona renunció ayer a auparse a la cuarta plaza del grupo IV de Segunda B. A ese puesto que, a estas alturas, es verdad, no garantiza nada, pero que da para fardar tanto y que ilusiona de forma desmedida a los que sufren en blanco y negro. Por segunda semana consecutiva el equipo de La Línea se autoempató en el tiempo añadido después de haber superado la barrera del minuto 80 con dos goles de renta. Algo ya de por sí inadmisible, pero que esta vez fue aún más grave que en El Ejido... si es que eso era posible. Por un lado, porque el equipo de casa disfrutó en la segunda parte de tres ocasiones de esas que hay que meter sí o sí y que fue incapaz de rentabilizar para sentenciar a la UD Melilla. Y por otro, porque incidir en cierto tipo de errores induce a pensar que más que una falta de madurez supina lo que existe en la plantilla albinegra es una inclinación patológica a provocar infartos entres sus fieles. Que tampoco es que acudiesen en masa, pero ése es motivo de otro debate.

Lo peor del desenlace de ayer es lo complicado que resulta asimilar [y más aún explicar], que hasta ese fatídico minuto 87 la Balompédica no es que estuviese haciendo un buen, un extraordinario partido, es que lo tenía totalmente controlado. Nada hacía pensar lo que estaba por venir.

El equipo de casa había sido capaz de hacerle dos goles y de crear otras cuatro ocasiones a un rival que hasta que saltó al campo llevaba 16 dianas encajadas en toda la liga. Daba la sensación de que la Balona se iba a aupar a esa cuarta plaza por la puerta grande y que por fin iba a dejar de escucharse eso de los 45 puntos y de la permanencia, que casi resulta cansino. Por todo eso su público respondía a cada sustitución con aplausos, porque valoraba lo que hacían sus jugadores.

Con esas premisas, resulta más inadmisible lo que sucedió después. Apenas diez minutos bastaron para echar por tierra todo lo bueno. Diez minutos, y es un hecho reincidente, que vienen a corroborar la teoría de que el día que no está Joe en el eje de la zaga la Balompédica encaja por sistema más de un gol, entre otras muchas cosas porque las pasa canutas para defender el juego aéreo. Diez puñeteros minutos bastaron para poner de manifiesto que en cuanto Sergio Molina desaparece del campo -ayer incluso debió ser relevado antes, porque estaba exhausto- falta aplomo, inteligencia o sabe Dios qué puñetas para seguir controlando el tiempo del juego. Diez minutos que tornaron las sonrisas en gestos de incomprensión, de decepción, de pena. Un ratito que amargó lo que prometía ser una mañana de esas significativas, de las que marcan una temporada. De las que abren las puertas a los sueños de par en par.

Vaya por delante que si ya leyó la crónica del pasado lunes de este periódico, se puede ir ahorrando lo que resta de texto. Porque lo sucedido sobre el césped es casi idéntico a lo que se dejó ver una semana antes en el Santo Domingo de El Ejido. Desesperantemente parecido.

No habían pasado ocho minutos cuando Gato -que le dio la mañana a Álex Cruz- tomó un balón en las afueras del área y le pegó con todo. Colocó el balón justo donde duermen las arañas. Un golazo en toda regla. En la primera ocasión en la que el equipo de casa lanzaba a puerta. Al más puro estilo Balona.

El conjunto de casa había llevado el partido una vez más donde quería y mira que esta vez se antojaba difícil a tenor de las estadísticas del contrincante. Así que tocó dejarle el balón al rival y tratar de robar lo más arriba posible y salir a la contra con la mayor velocidad posible. Es decir, con la de Gato.

En el 25' Luis Madrigal tocó para Juampe en un costado. El tarifeño mandó al césped a su pareja con un gesto de cintura, anduvo lo justo, levantó la cabeza y mandó el esférico al sitio exacto para que Sana cabecease casi sin oposición. Era el 2-0. Y el Melilla deambulando por el terreno de juego.

En el 40' Gato pudo ampliar la renta de los de casa, aunque la ocasión/ocasión fue para Yacine Qasmi, que cabeceó casi a placer en el 43' a un metro del marco. Lo único que sirvió fue para poner de manifiesto otra vez lo importante que es Javi Montoya para la Balona. Esta vez le salvó de cambiar el partido.

La segunda parte no supuso una gran transformación. El de casa seguía siendo un equipo con aplomo, con mando en plaza, leyendo bien el juego, sin cometer errores, más que uno en el 55'... que resolvió otra vez bien su cancerbero.

Después de eso hasta por tres veces pudo (y debió marcar) la Balompédica el tanto de la sentencia. En el 58' y el 72' Gato hizo la jugada y se la entregó a Sergio Molina, pero el malagueño tenía movido el punto de mira y lanzó fuera. En el 81' un centro de Luis Madrigal dejó a Stoichkov en el borde del área pequeña, solo. En vez de cabecear con todo, apenas peinó el esférico al lateral y el balón se marchó fuera.

Seis después el propio Madrigal cometió una falta tonta. Innecesaria. Zelu la botó con precisión mientras la defensa albinegra trataba de no sabe muy bien qué. Y Yacine Qasmi entró casi sin oposición y cabeceó el 2-1.

En ese momento se desencajaron las caras de los que estaban dentro y fuera. El fantasma de El Ejido [y de lo que no es El Ejido] se asentó en la grada y en el césped y el Melilla olió la sangre. Y un error de principiantes. José Ramón, lesionado, no podía bajar a defender. Y ni él ni nadie ordenó que alguien [léase Maurí] cubriese su zona. Zelu centró, alguien cabeceó al segundo plano del área y allí estaba Braim, totalmente desmarcado, con tiempo para pararla, prepararse y golpear como lo hacen los buenos futbolistas. Desde que salió de su bota se sabía que aquello era el empate.

La Balona estaba noqueada y el Melilla aún tendría una última en una tijereta del propio Zelu en el 95' que se marchó fuera por muy poco.

Otro dos-dos. Otra decepción en la que el único culpable es la propia Balona. Un montón de detalles para reflexionar. Una desilusión muy grande para una hinchada que hoy quería sacar pecho por la cuarta plaza de su equipo.

Javi Montoya H

Sergio Rodríguez H

Olmo l

Mario Gómez l

Luis Madrigal H

Juampe HH

Sana HH

Elías Pérez H

Gato HHH

(José Ramón,. 86') sc

Sergio Molina H

(Maurí, 77') s.c.

Stoichkov H

(W. Cuero 82') s.c.

Tanis H

Josu Uruibe H

(Nando, 85') sc

Álex Cruz l

Odei H

Mah l

Lolo Garrido H

Zelu HH

Juanma H

(Nacho Aznar, 64') sc

Yacisme Qasmi H

Boateng H

Mustapha l

(Braim, 74') H

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