El fútbol salda una añeja deuda con la Balompédica
Seis años después de su eliminación en Granada, los linenses superan una inferioridad numérica
Reza el dicho que el fútbol no se queda con nada de nadie. Y ayer aprovechó para terminar de saldar una deuda que tenía con la hinchada de La Línea desde hace casi seis años. En concreto desde el 12 de junio de 2006. Ese día aparece en negro en los calendarios de la gente de La Línea. Aquella tarde-noche el Granada eliminó en el Nuevo Los Cármenes a una Balona grande por culpa de la inferioridad numérica. Los albinegros, recios hasta decir basta, llegaron con sólo nueve hombres a los penaltis, pero lo único que consiguieron fue nadar para morir en la orilla.
Hace apenas quince días aquella deuda, que no había prescrito, empezó a reducirse. El árbitro almeriense Rafael García Méndez, en el que había perpetrado aquella estafa deportiva, lloraba en el Municipal de La Línea el descenso del CD Roquetas, en el que ejercía las funciones de delegado. Por si fuese poco, se llevó más de un improperio recordándole su acción, considerada por muchos casi mafiosa.
Pero ésa era una satisfacción menor para los muchos que aquella maldita tarde de junio de 2006 habían subido a los autocares con los ojos preñados de lágrimas. Y el balompié entendió ayer que había llegado el momento de dejar a cero su déficit. Con la Balompédica jugando con diez hombres y con un repliegue intensivo que recordó por momentos al que tuvieron que protagonizar los que por entonces entrenaba Raúl Procopio, la suerte se alió del lado del equipo de La Línea.
Hasta seis ocasiones acumuló un Amorebieta que, estaba escrito, era un rival temible. La última la vomitó uno de los postes de la meta de Mikel Pagola cuando muchos de los presentes ya se tapaban la cara con las manos, temiéndose lo peor. Tres minutos después esos mismos seguidores se abrazaban para celebrar la clasificación de su equipo. Fútbol, puedes ir en paz.
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