El día que Stoichkov jugó en la Liga de Gibraltar
Fútbol | Internacional
El atacante sanroqueño, ahora en Primera con el Alavés, vistió la camisola del Europa en la 2014-15
La GFA estableció la obligación de que cuatro seleccionables de la Roca estuviesen en el césped para frenar la conquista del fútbol español
Los cinco encuentros de cada jornada se juegan en un solo escenario, no siempre en fines de semana y la liga concede tres plazas europeas para solo once clubes
Una legión de españoles toma el fútbol de Gibraltar
La Gibraltar Footbal League, la única competición senior del otro lado de la Verja, es casi la definición de peculiaridad. Desde el sistema de competición hasta los suculentos premios (tres plazas europeas cuando solo compiten once equipos) hasta la obligatoriedad de contar en todo momento con un mínimo de jugadores seleccionables sobre el terreno juego (cuatro) proporcionan una liga que vive su momento álgido durante el verano, cuando se ve representado en Champions y Conference League y la que durante el invierno, aunque ha evolucionado mucho, a veces se le ven las carencias. Sin ir más lejos, muchos de sus equipos se entrenan con frecuencia en el Campo de Gibraltar debido a la falta de instalaciones.
Desde que en 2013 la UEFA validó a Gibraltar para competir a nivel europeo la liga cambió. Al olor del dinero llegaron futbolistas de todos los perfiles. Sin ir más lejos el sanroqueño Juan Diego Molina Stoichkov, en la actualidad futbolista del Alavés en Primera división, vistió la camiseta verdinegra del Europa FC allá por la 2014-15. Una guayabera que también se enfundó el linense Álex Quillo, que llegó a debutar con el Atlético de Madrid en Copa del Rey y que vistió camisolas como las del Recre o la UD Almería. En la actualidad el cordobés Manolín Sánchez (Elche, Alcorcón, Huesca, UCAM y Osasuna en Segunda) está al servicio del St. Joseph's, el conjunto más emergente del momento.
Sin tener registradas cotas tan altas en su currículum como los citados, pero con pasados notables en los siguientes peldaños del escalafón nacional también pasaron por la Gibraltar Football League, entre otros muchísimos, Juampe Rico, Arana, Urko Arroyo, Ismael Chico, Sergio Molina, Gato, Sergio Sanchez, Copi, Antoñito, Antonio Bello, Añon, Carralero, Carlos Martínez, Velasco, Belforti... o ex de la Balona y el Cádiz como Alberto Merino y José Luis Reyes
Ese desembarco masivo de españoles llevó a la Gibraltar Football Association a tomar medidas para evitar que su equipo nacional se quedase sin futbolistas que, paradojas del balompié, habían aprendido a ser competitivos jugando en España.
Cuatro seleccionables en el césped
La GFA dictó una norma que obliga a que cada conjunto tenga al menos cuatro jugadores seleccionables sobre el césped. Hasta la campaña 2022-23 eran cinco. Ante la posibilidad de que lesiones o expulsiones le lleven a incurrir en alineación indebida, cada plantilla cuenta ya con ocho-nueve futbolistas de la tierra. En una población de algo más de 30.000 personas los jugadores con nivel no son precisamente muchos, así que se han convertido en los más codiciados y los mejor pagados y eso que no siempre tiene una disciplina deportiva y una dedicación ejemplares.
La competición ofrece otras ventajas no ya deportivas, sino personales, de eso que ahora se denomina conciliación. Esta misma andadura comenzó en el Victoria Stadium, pero la inminente remodelación del mismo ha llevado los encuentros al Europa Point Sports Stadium. La falta de instalaciones propicia que sea muy frecuente que al menos uno de los encuentros de cada fecha del calendario -a veces más y en ocasiones hay jornadas intersemanales- se juegue en día laborales, lo que permite al futbolista disfrutar del fin de semana, algo no precisamente habitual en un profesional del deporte.
Por otro lado, todos los duelos se juegan dentro del territorio gibraltareño. Es decir no hay desplazamientos. Para los que han soportado larguísimos viajes en autocar en Segunda B y qué decir en Primera o Segunda Federación... no es precisamente un asunto baladí.
Como ha quedado demostrado, la Gibraltar Football League presenta un buen número de particularidades, entre ellas que a pesar de tratarse de una liga local todos los partidos se pueden seguir por Youtube, a través de Catrino TV.
Otra es que buena parte de los equipos que participan no se entrenan (o al menos no lo hacen siempre) en suelo gibraltareño, ya que el mencionado reducido número de campos y la competencia con otras modalidades deportivas al aire libre -algunas tan extendidas como el rugby- obligan a las plantillas a emigrar, previo pago, a diferentes escenarios, algunos de ellos privados, de La Línea, Los Barrios y Castellar preferentemente.
Una primera fase y un play-off
El sistema de competición tampoco es frecuente. Los once equipos que litigan juegan una primera fase a doble vuelta. Al término de la misma y arrastrando los puntos conseguidos hasta ese momento los seis primeros inician la lucha por el título con un play-off a una sola vuelta (a fin de cuentas todos juegan en el mismo estadio, así que la ventaja de campo no existe), mientras los cinco últimos clasificados, al contrario de lo que había sucedido hasta entonces, se fueron de vacaciones el curso pasado.
Parafraseando al goleador británico Gary Lineker, en Gibraltar, al menos en los últimos años, el fútbol es un deporte que juegan once contra once en el que siempre gana el Lincoln. Suyo son nueve de los diez últimos títulos ligueros y es, con enorme diferencia, el equipo más laureado del Peñón.
Bien es cierto que este verano, inmerso como estaba en la competición continental, dejó escapar la Pepe Reyes Cup (la Supercopa) a manos del St. Joseph's, propiedad del empresario Mike Garlick, el hombre que condujo al Burnley FC a la Premier League inglesa y le abrió las puertas de Europa. En la actualidad también es el máximo accionista del Antequera CF de la Primera Federación.
Muchos empresarios han iniciado aventuras en la liga llanita, pero no todos han demostrado la misma solvencia de Garlick. De hecho, los impagos protagonizaron el fin de temporada de algunos clubes, como fue el caso del Mons Calpe del abogado mexicano Jorge Reygadas.
Tan peculiar como cualquiera de los detalles ya mencionado resulta que en un torneo con once clubes haya en juego tres plazas para competiciones europeas. Una para la previa de la Champions y dos para la de la Conference League. El propio Lincoln, que fue eliminado de Champions y Europa League, se quedó este año a minutos de lograr la clasificación para la primera fase de la Conference, un hito que ya alcanzó en 2021, tras eliminar al Riga. Perdió todos los duelos, ninguno por menos de dos tantos.
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