El golf ya añora a Jaime Ortiz Patiño
El Circuito Europeo, jugadores y federativos definen al expropietario de Valderrama como el hombre que cambió el curso de la historia de su deporte y subrayan el valor de su legado

El mundo del golf expresó ayer su dolor más profundo por la irreparable pérdida de Jaime Ortiz-Patiño, el propietario y mentor de Valderrama, el mejor campo de Europa, aquel en el que se celebró la Ryder Cup de 1997, una decena de Masters y dos pruebas del Campeonato del Mundo. El magnate de origen boliviano falleció el jueves en Torremolinos (Málaga) a los 82 años y su cuerpo será incinerado hoy en un acto que por expreso deseo de sus dos hijos, Felipe y Carlos, y del resto de familiares se llevará a cabo en la más estricta intimidad.
George O'Grady, Consejero Delegado del Circuito Europeo, asegura que se marcha la persona que "cambió el curso del golf en Europa. Puso el listón muy alto, antes nadie había visto un campo en las condiciones en las que él presentaba Valderrama. Fue un caballero y le echaremos mucho de menos".
Chema Olazábal, capitán del equipo europeo de la Ryder Cup 2012, destaca: "Nos ha dejado un gran legado, Valderrama, su obra de arte. Se propuso hacer de Las Aves [así se denominaba el campo antes de 1985] un sitio especial, un lugar único y lo consiguió. Ese campo fue determinante en el desarrollo del Circuito Europeo y además dio a conocer Andalucía como destino golfístico de primer nivel".
"Durante la Ryder Cup 97 estuvo muy cerca del equipo, conversaba bastante con Seve [Ballesteros]. No quería que hubiese ningún fallo y controlaba todo, todo menos una sola cosa que se escapaba a su control: el tiempo. ¡De qué manera llovió! Diluvió. Lo sentimos mucho or él. Hizo todo lo que estuvo en sus manos, revisó y estuvo encima del más mínimo detalle para que todo saliese perfecto".
Para el castellonense Sergio García, el último ganador en Valderrama del Andalucía Masters, el jueves fue "un día muy triste, no sólo para España sino para todo el mundo del golf. Jaime Ortiz-Patiño era un gran hombre; creó algo muy especial, una obra maestra que permanecerá para siempre".
Ángel Gallardo, Vicepresidente del Circuito Europeo, destaca la inacabable capacidad de trabajo del finado: "Cada día llegaba a las reuniones a las seis de la mañana. Un día intenté llegar antes que él y allí estaba esperándome", comenta.
Mel Pyatt, fundador del Volvo Masters, trabajó codo a codo con Jaime Ortiz-Patiño durante dieciséis años, recuerda que el comienzo de aquel camino se produjo "con un apretón de manos. Fue un acuerdo entre caballeros, no hubo necesidad de firmar un contrato".
Gonzaga Escauriaza, Presidente de la Real Federación Española de Golf es rotundo: "Fue muy generoso, no sólo se preocupó por su propio campo sino que tuvo la suficiente visión para hacer que creciese y fuese reconocida la profesión de greenkeeper en España; un claro ejemplo es David Gómez, quien comenzó su carrera becado por él y actualmente dirige la Green Section en la RFEG, un experto en esta materia que se ha hecho con un lugar de privilegio en Europa y le consideran en todas partes.
El malagueño Miguel Ángel Jiménez sostiene que Valderrama era "el tercer hijo" de Jaime Ortiz Patiño.
"Creo que debería ser un espejo en el que mirarse, un modelo para muchos en el mundo del golf. Te podía gustar o no su manera de hacer las cosas, podías o no estar de acuerdo con él, pero hay que quitarse el sombrero ante su figura, se entregaba con pasión a todo lo que hacía.
Gonzalo Fernández-Castaño, campeón de golf sostiene, que el campo "en torno al cual se ha creado una leyenda, siempre será su insignia y en él permanecerá la huella de Jaime Ortiz-Patiño; uno de mis sueños era ser socio y por fin lo conseguí. Tengo la suerte de poder disfrutar de su gran legado".
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