El letal 'plan B'

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La Balona se aúpa a la segunda plaza con su primer triunfo fuera, que llega en un duelo que sabe madurar y que deciden dos hombres que salen desde el banquillo: Juampe y Wilson Cuero

El albinegro José Ramón conduce el balón ante el capitán lorquino, ayer en el Artés Carrasco. / La Verdad De Murcia
Área 11

04 de septiembre 2017 - 02:04

Lorca/La Real Balompédica suma y sigue. El equipo de Julio Cobos, que por primera vez dejó el marco a cero esta temporada, sumó su primer triunfo a domicilio, se mantiene invicto y afronta afincado en la segunda plaza su doble compromiso en casa ante Extremadura y Écija, con los que ahora comparte puestos. Si hace una semana los linenses deslumbraron ante el Betis Deportivo, el de ayer fue un triunfo más de oficio, de saber madurar un partido, de jugar con el cansancio de un rival que venía de un duelo copero y, por encima de todo, fue una victoria que pone de manifiesto la importancia del fondo de armario de la que posiblemente sea la plantilla más compensada del club en bastantes años. No es precisamente una casualidad que los dos goles del equipo de La Línea fueran conseguidos por futbolistas que habían comenzado el duelo en el banquillo y tampoco que el equipo dejase el marco a cero después de que poco antes de iniciar el viaje Dennis Niebla tuviese que entrar en la convocatoria -y en el once- en detrimento de Joe, enfermo.

La Balompédica se hizo con el balón desde el comienzo, ante un rival al que no le pesó estar jugando en casa para encerrarse en su medio campo. Las penetraciones por banda, sobre todo las de un Luis Madrigal que estuvo muy activo, propiciaron acciones de sobresalto en la portería lorquina, pero sin que llegasen ocasiones de auténtico peligro. Los de casa se contentaban con alguna penetración y centros estériles.

Poco antes de la media hora la Balona bajó un poco el pistón y el Lorca Deportiva dio un paso adelante. Eso suponía que dejaba más espacios en su hasta entonces tupida defensa y por dos veces avisó Stoichkov de que podía llegar una contra.

En el 34' el sanroqueño se encontró solo en un mano a mano con Simón después de una excelente asistencia de Ismael Chico, pero para desesperación de todos -incluido la de él mismo- no supo cómo resolver.

En el coletazo final lo intentaron con sus centros los dos laterales de la Balona y cuando la primera parte se preparaba para morir Pedro Simón no vio a Luismi totalmente solo, resolvió mal y desaprovechó la única oportunidad de los de casa antes del descanso.

La Balona salió con otro aire tras el descanso. De hecho en el 48' Sergio Molina, que no había sido el de otras tardes hasta entonces, ya avisó con un doble disparo que encontró al meta de casa como réplica.

Desde el comienzo se palpaba que los de La Línea no se contentaban con el empate. Acorralaron a su enemigo y en el 52' volvía a intentarlo sin suerte Stoichkov.

Las réplicas no llegaban. Eran apenas escarceos. Y en el 63' José Ramón no hizo el 0-1 porque no llegó por milímetros a un centro de Gato.

Para entonces ya estaba en el campo Wilson Cuero, que fue recibido con pitos por los que el pasado curso fueron sus aficionados. El colombiano no tardó en tomarse la revancha, ya que un robo de balón por parte de la medular linense en el 67' se convirtió en un pase interior a Sergio Molina, que la puso en ventaja para que el propio Cuero hiciese el 0-1.

No se conformaron los visitantes con el 0-1 y el propio Wilson Cuero obligó poco después a lucirse al meta local Simón.

A partir de ahí, sin embargo, fue el Lorca el que tomó el relevo, haciéndose con el control del esférico y apretando en busca del gol del empate, mientras la Balona se agazapaba en busca de una contra que le permitiese sentenciar.

Lo más cerca que estuvo la igualada fue en el minuto 79, en una acción de Mawi que Javi Montoya desbarató con una parada en dos tiempos.

Los locales tiraban más de casta que de fútbol, pero la Balona tenía el arma cargada y en el 83' sentenció con una acción en la que primero disparó Wilson Cuero, al que replicó Simón con una gran parada, pero el rechace llegó a Juampe Rico que, con algo de intriga, consiguió mandar el esférico al fondo de la red.

Lo que quedaba de partido fue ya un mero trámite para un equipo, la Balompédica, que no para de crecer y que no comenzaba una temporada con tres jornadas sin conocer la derrota desde la 2011-12... en la que acabó proclamándose subcampeona. Ahora es la afición la que tiene la palabra.

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