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Tenía que llegar (3-1)

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La Balompédica planta cara al líder Melilla, pero se muestra insolvente en las dos áreas y lo paga con su primera derrota, muy amplia para su méritos

La defensa con tres centrales deja esta vez muchas lagunas

Javi Montoya no puede hacer nada en el primer gol del Melilla.
Javi Montoya no puede hacer nada en el primer gol del Melilla. / Melilla Hoy
Rubén Almagro

24 de septiembre 2018 - 09:59

El fútbol, por mucho que se empeñen en ponerlo en tela de juicio los tertulianos de los sesudos debates existencialistas-balompédicos de cada noche, sigue siendo un deporte concebido para marcar más goles que el contrario. Tan sencillo como eso. Desde ese indubitable axioma, la Balompédica cosechó ayer una justa derrota en el Álvarez Claro de Melilla. Otra cosa es que en los aproximadamente setenta metros que separan las frontales de los áreas, el equipo de Jordi Roger no fuese ni mucho menos peor que el líder. En más, en muchas facetas del juego hasta superó a los norteafricanos. Pero en las áreas, en las dos, que es donde se ganan los dineros, el conjunto azulino guillotinó a los linenses. La Balompédica no fue ayer ese equipo rocoso en defensa de otras jornadas. Al contrario de lo que sucedió con el UCAM en la jornada inaugural esta vez la retaguardia de tres centrales no fue la panacea a las carencias que pueda tener el equipo de La Línea en ese apartado. Seguramente porque el Melilla aprieta mucho. En ataque, mientras que los de blanco y negro se empeñaban en caracolear que parecía que quisiesen meterse con el balón dentro del marco, el rival llegaba y soltaba un torpedo. Por eso está el primero, porque domina el juego en la zona en la que se deciden los partidos. Donde se ganan los títulos y se entierran las ilusiones.

La Balompédica no solo no estuvo mal ante el Decano de la categoría, sino que hizo muchas cosas bien. Muchas, pero insuficientes para puntuar. Igual da para derrotar a equipos como el Malagueño, pero ante enemigos como este Melilla pasa lo que pasa, que llega la primera derrota.

A lo largo de los primeros quince-veinte minutos el Melilla fue superior. Tenía el balón. Pero durante ese periodo el partido nadie hubiese echado en falta a Javi Montoya si éste se hubiese quedado en el hotel. Ni una sola oportunidad que llevarse a la linbreta. Los linenses se conducían como ese equipo sólido y solidario de las semanas precedentes.

Pasado ese tramo inicial el conjunto balono se desperezó. Arrebató el cuero al adversario y tomó el mando. Primer y tercer clasificado protagonizaban un duelo interesante. Sobre todo muy intenso, muy vivo, divertido.

Eran los visitantes los que llevaban la manija. Solo que eso apenas le sirvió para que Kike Gómez tuviese una oportunidad que malogró con un disparo inocente a las manos de Dani Barrios. Demasiado inocente para quien llegó con la vitola de goleador.

La Balona llegaba por banda. Ganó tres o cuatro veces la línea de fondo. Como una semana antes frente al Malagueño. Pero esta vez no estaba Gastón para culminar los pases de la muerte del polivalente Gato. Es verdad que Kike Gómez tiene un perfil idóneo para un equipo que quiere llegar en transiciones rápidas, pero la presencia que le da el argentino al equipo en ataque se echó en falta, y mucho, ayer. El experimento no salió como había concedido el técnico.

Justo antes del descanso llegó la ocasión más clara, la que hubiese podido trocar el devenir del encuentro. En un córner. Joe se escabullío de los rivales y cabeceó picado, con intención, pero el esférico se marchó fuera lamiendo el poste.

La segunda parte comenzó con el mismo guion. Y otra vez lo mismo. La Balona acercaba el balón al área rival con una facilidad palmaria, pero una vez allí no disparaba, como si no supiese qué hacer con el curso. Parece que a alguno le da miedo pegarle desde lejos, como si estuviese prohibido.

Hubo una de Gato, que salió cruzada y otra de Sana desde la frontal. Pero paradas, lo que se dice paradas, no hizo ni una el guardavallas rival.

Estaba claro que tenía que pasar algo y pasó. Con la entrada de Óscar García a media hora del final mejoró el Melilla. Trajo frescura. Desparpajo. Ya en los minutos 65 y 68 Javi Montoya ya tuvo que salir al rescate de los suyos, que empezaban a dejar ver la línea de flotación.

Y llegó el 71'. Una jugada que comenzó en un saque largo del cancerbero balono fue interceptada en la zona media por los locales. Pase largo a la espalda de Joe y Sergio Rodríguez, que literalmente se comieron a Igor Martínez. El ex del Athetic Club golpeó, Montoya realizó una intervención colocal y en el rebote a Yacine le dio tiempo hasta a corregirse para marcar el uno-cero en semifallo. Los demás se limitaban a mirar.

La Balona se tambaleó. Y siete minutos después Joe envió a córner un balón que perfectamente podía haber mandado, como poco, a la banda. Sacó Menudo y Yacine aprovechó la candidez de los que defendían y colocó un cabezazo que tomó parábola y se tornó imparable.

Si el nueve del Melilla tuviese el acierto con el resto de equipos que demuestra cada vez que se enfrenta a la Balompédica no tendría sitio para guadar sus ingresos.

Con todo perdido Roger recurrió a los cambios -lo mismo un poco tarde- y la Balona quisó levantarse. En el 83' Jilmar cometió un penalti infantil sobre Juampe y fue el propio tarifeño el que lo transformó en 2-1.

Había lugar para creer en la proeza y la Balompédica, no le quedaba otra, se desabrochó en su búsqueda. El rival, que entre las muchas cosas que hace bien está la de saber manejar los tiempos, tiró de paciencia y encontró espacios.

Primero Kibamba tuvo que sacar sobre la línea de meta un balón que se colaba (86') y tres después y en un acción que comenzó en un saque de banda a favor de los visitantes, llegó la sentencia. Óscar García selló con un latigazo un centro lateral. El típico gol que cuenta para los números, pero que parece que llega fuera de tiempo porque la Balona ya se había lanzado a por el todo o nada y en ningún caso merecía un castigo tan severo.

La Balompédica cosecha su primera derrota y emborrona sus números en defensa. Pero no hay lugar para rasgarse las vestiduras. El once albinegro hizo un partido muy digno y la conclusión final es muy sencilla: enfrente tenía un equipazo.

Dani Barrio sc

Pepe Romero H

Jilmar H

Richi H

Mahanan H

Jordi Ortega H

Igor Martínez HHH

(Braim, 85') sc

Lolo l

(Ó. García, 59') HH

Yacine HHH

Menudo H

Otegui H

(Alfonso, 71') sc

Javi Montoya HH

Sergio Rodríguez H

Joe l

Kibamba H

Pierre H

Gato H

Ismael Chico H

(A. Suárez, 74') sc

Sana l

Juampe H

Ahmed H

(Pirulo, 74') sc

Kike Gómez l

(Gastón, 78') sc

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