El lugar de los hechos

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La Balona regresa el domingo por primera vez al Francisco de las Heras de Almendralejo, donde en noviembre de 1991 cayó por 7-1, la goleada más amplia a domicilio del último cuarto de siglo El equipo de La Línea, envuelto en grandes problemas, acabó descendiendo a Tercera

Reproducción de la crónica publicada por este periódico en 1992.
Reproducción de la crónica publicada por este periódico en 1992.
Rubén Almagro La Línea

01 de septiembre 2016 - 05:02

La Real Balompédica tiene ante sí una función añadida a la ya habitual de ganar cada vez que salta al terreno de juego. Los albinegros regresan el próximo domingo (18:00) al Francisco de la Heras de Almendralejo (Badajoz), el escenario de la goleada más amplia encajada como equipo de la Segunda división B en los últimos 25 años. Los albinegros perdieron en ese estadio 7-1 el domingo uno de noviembre de 1992 a manos del Extremadura CF, que más tarde llegaría a militar en la Primera división pero que desapareció para que tomase el testigo el actual Extremadura UD. Desde entonces no han vuelto a pisar ese escenario así que es una inmejorable ocasión para lavar su imagen.

El puente de comienzos de noviembre de 1992, Extremadura y Real Balompédica -que la campaña precedente habían participado en la fase de ascenso a la Segunda división- llegaban a la novena jornada sin haber sumado una sola victoria. Los extremeños, en el puesto duodécimo. Los linenses, colistas con dos negativos y un partido aplazado. Los rumores sobre el futuro de sus dos entrenadores, el más tarde algecirista Iosu Ortuondo y Gabriel Navarro Baby estaban al cabo de la calle. Paradójicamente Ortuondo se fue flechado nada más terminar la contienda hacia Baby, le abrazó y le dijo con cara de circunstancias: "Lo siento, de verdad".

La semana previa en la Balompédica había sido muy complicada. La junta gestora que encabezaba de facto Juan Samuel Fernández negociaba con Rafa Sanz y Manolo Rangel para que abandonasen el club. Baby, que días después desveló que sabía que los dirigentes negociaban a su espalda con Carlos Pacheco, mostraba espcecial preocupación en que los aspectos extradeportivos no afectasen a la caseta.

Una vez en el campo, los albinegros sólo encajaron dos tantos en el primer tiempo, para acabar desapareciendo tras el descanso y recibiendo otros cinco. Chema Serna, de penalti, anotó en este caso mal denominado gol del honor.

Por parte de los locales marcaron Pinto, Manuel, Diego, Verde y Melenas por tres veces. Alguno de ellos consiguió desembarcar con los azulgrana años después en la máxima categoría nacional.

"No se puede calificar de otra manera", decía este periódico en su crónica, titulada "la tarde más larga".

"La Balona hizo ayer en Almendralejo el ridículo. El más grande, absoluto y penoso de los ridículos. Y eso que lo de menos es que encajara siete goles".

"Lo de que queda mucho por delante empieza a ser una verdad a medias", acababa la reflexión sobre el encuentro. "Porque si se va a repetir lo de ayer no es que haya mucho camino por recorrer, sino quién es el guapo que lo soporta".

José Francisco Belman (que más tarde defendería la camisola del Real Zaragoza en Primera) ofició de portero. Después del choque pidió perdón. "No creo que sea muy difícil comprender cómo me siento", dijo. Junto a él se alinearon Javier Umbría (Moreno, 75'), Pavón, Mancilla, Arias, Antonio; Pirri (Gaitán, 58'), Albis, Portillo, Juan Hoyos y Serna.

Antes de ese partido la Balompédica había encajado siete goles por última vez en mayo de 1984, en un duelo con el Ceuta en el Alfonso Murube en medio de la huelga del fútbol profesional al que compareció con juveniles.

Desde entonces sólo lo ha hecho una vez, en Tercera y en el Municipal de La Línea en febrero de 1998, ante el San Fernando... en una temporada que acabó con el ascenso de los de La Línea a la Segunda división B.

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