Más de un 57% de victorias avalan el trabajo del técnico cordobés

Rafa Escobar ha dirigido a la Real Balompédica en 140 partidos de competición oficial: 136 de Liga, dos de la fase de ascenso de la pasada andadura y otros tantos de las dos eliminatorias de Copa de la presente campaña. Su balance es incontestable 80 victorias (lo que supone un 57,14 por ciento de triunfos), 30 empates (21,4%) y 30 derrotas, lo que quiere decir que apenas ha perdido en un 21,4 por ciento de los duelos que ha afrontado. No era necesario, pero los números hablan por sí solos del trabajo de este cordobés afincado y vinculado a La Línea. Hay un dato especialmente relevante que no debe pasar desapercibido, con la derrota del pasado domingo en Écija son dieciséis las que ha cosechado la Balompédica en las dos últimas andaduras en todas las competiciones, pese a que ha disputado ya 79 compromisos.

Rafael Escobar llegó a la Balompédica por primera vez de la mano de Ángel Serrano en junio de 1998 para reflotar a un equipo que acababa de salvarse de milagro del descenso.

Avalado por sus éxitos en las categorías inferiores del Séneca y en el extinto Atlético Lucentino fue presentado en un acto multitudinario en el Hotel Mediterráneo y logró movilizar como pocas veces se ha conseguido a la hinchada albinegra.

Aquella temporada estableció récords de imbatibilidad, pero en el transcurso de la competición le pasó factura su inexperiencia y acabó divorciándose de gran parte de la plantilla y de algunos medios decomunicación, lo que le abocó a la destitución a falta de cinco jornadas tras una derrota 1-5 a manos del desaparecido Club Deportivo San Fernando.

A esas alturas ya tenía virtualmente asegurada la clasificación para la fase de ascenso y era serio aspirante al título de campeón. Su relevo fue el que hasta entonces había sido su ayudante, Argimiro Márquez, quien, con el asesoramiento de Gabriel Navarro Baby, lo primero que hizo fue garantizarse la primera plaza del grupo con un empate en casa ante el Dos Hermanas en las última jornada.

En la fase de ascenso, disputada por la fórmula -ahora en desuso- de la liguilla, Hellín, Maracena y Villafranca fueron los rivales albinegros. La noche del 30 de junio de 1999, con más de once mil almas en el estadio, un empate a dos con el Hellín con tantos del algecireño Juan Antonio García León permitía a la Balompédica regresar a Segunda B, en una de esas noches imborrables de la centenaria historia del equipo de La Línea.

Después de pasar por varios equipos de su provincia y por Ceuta, Rafa Escobar regresó en la andadura 2004-05. El comienzo de la temporada no pudo ser más prometedor e incluyó la victoria a domicilio más amplia conseguido por la Real Balompédica, el 0-8 que le endosó al Dos Hermanas una semana después de haber vencido por 0-5 en Cartaya.

Sin embargo el 21 de febrero de 2005, tras una derrota a manos del Atlético Antoniano en Lebrija acabó con la paciencia de los dirigentes, que le destituyeron cuando su equipo era quinto y estaba a un punto de la cuarta posición.

Escobar fue relevado por Baby, quien a su vez dejó su puesto a Raúl Procopio, que jugaría la eliminatoria de ascenso en la que el Mérida ajustició a la Balona en buena medida por el acierto rematador de Belencoso.

Después de protagonizar algún enfrentamiento con el que hoy es su principal valedor, el presidente Alfredo Gallardo, y de restañar su imagen en el San Rafael de Los Barrios, en el verano de 2010 volvía a la Balompédica, a la que llevaría primero al titulo de campeón del grupo X, coronado precisamente en una de sus antiguas casas, el Sancho Dávila del Puerto Real, y después al ascenso en aquella intachable eliminatoria con el Tudelano. Desde su regreso, pocas veces ha tenido motivos para borrar la sonrisa de su cara. Y dicen que lo mejor está aún por venir.