Andalucía y la logística del transporte

El Banco Mundial acaba de publicar un informe completísimo sobre la logística del comercio en la economía mundial. La logística se ve desde la acción del sector público como una infraestructura material, pero también de gestión, de datos y conocimiento, para que los sectores de la economía reciban sus inputs de la manera más eficiente y más barata. Por la logística se conectan empresas y personas, y es más que el transporte, pues incluye las tecnologías de la información y las bases de datos.

En el ranking que establece el informe, España aparece en el lugar 23 de 160 países, con un 84,5% de valoración respecto a Alemania, que tiene el 100. En general, los países mejor conectados están en Europa, y también figuran en los primeros lugares Singapur, Hong-Kong, Emiratos, Estados Unidos, Japón y Sudáfrica (China un poco más alejada). De los seis indicadores que se toman, España ocupa el puesto 24 en eficiencia de aduanas, 25 en infraestructura, 22 en flujos internacionales, 23 en calidad y competencia en precios, 23 en capacidad de seguimiento de los flujos de mercancías, y el 26 en eficacia en tiempo. Hay, pues, margen de mejora en todos ellos; las aduanas, por ejemplo, permiten la automatización de procesos, con la aplicación de modelos de gestión del riesgo, que optimicen seguridad y tiempo. La importancia que tiene la inversión en logística es que repercute en prácticamente todos los sectores de la economía, desde los suministros relacionados con el turismo, que es una actividad muy concentrada en el tiempo, a la agricultura o la industria.

Tres ideas surgen al menos de este informe. Una, que Andalucía recoge lo bueno y lo malo que tiene España, pues nuestras infraestructuras están lógicamente conectadas con el resto del país. Sin embargo, no conocemos cómo funcionan en la práctica las cadenas de suministros en nuestra Comunidad. Por ejemplo, los ayuntamientos no gestionan adecuadamente los movimientos en los centros de las ciudades, limitándose a dictar unas ordenanzas que no siguen la dinámica de las necesidades del comercio y los servicios. Sobre este tema es urgente que se ponga en marcha un sistema de colaboración, coordinado por la Junta, con los sectores económicos. Otra idea es que el conocimiento de sistemas, bases de datos y adecuación de tiempos, exige expertos con formación técnica de los que no disponemos; sólo dos Universidades andaluzas tienen un máster en logística: la de Jaén, limitado al transporte terrestre; y la de Cádiz, a la gestión portuaria. Y también habría que revisar la formación en todo lo relacionado con logística, desde conductores, a especialistas en manejo de mercancías en almacenes, supervisores de procesos, gestores de cadenas, transportes y almacenes, la mayor parte de ellos trabajos del sector privado, pero también necesarios algunos en la planificación pública. Por último, la infraestructura de transporte y comunicaciones en Andalucía, que ha sido construida con el gran esfuerzo de los que pagamos impuestos, necesita mantenimiento y expansión, y ahí se incluyen las carreteras, el ferrocarril, los puertos y la tecnología de la información y comunicaciones.