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Europa busca la pócima anticrisis pero no la encuentra

Ni siquiera el plan de choque aplicado ha conseguido disipar la incertidumbre generada por la crisis.

Fernando Heller (Dpa)

07 de junio 2010 - 20:05

Luxemburgo/Desempleo de la eurozona en más del diez por ciento, déficits públicos desbocados, Grecia ante el fantasma del default, la solvencia de España y Portugal amenazadas, medidas de ahorro draconianas en Alemania, el euro en su mínimo histórico: es la fotografía de una crisis en la que ni siquiera el plan de choque aplicado ha conseguido disipar la incertidumbre.

"Nos preocupa el hecho de que el euro haya caído de manera tan vertiginosa" frente al dólar, aseguraba el presidente del eurogrupo, Jean-Claude Juncker. La moneda única, compartida por 16 socios (en 2011 entrará Estonia), se ha cotizado este lunes a un mínimo de 1,19 dólares, su nivel más bajo en casi ocho años, según datos del Banco Central Europeo (BCE). En junio de 2001, el euro se cotizaba a 0,85 céntimos de dólar, su mínimo histórico, mientras que su máximo fue en 2008, con 1,57 dólares por euro.

Parece como si los jefes de Estado o gobierno de los 27 socios de la UE hubiesen agotado las páginas del vademécum de la ortodoxia económica en su búsqueda afanosa de la cuadratura del círculo. Han probado una y otra fórmula, experimentando en el laboratorio de la economía: combinaron fórmulas liberales con otras keynesianas (reforzando las políticas fiscales), incluyendo planes de estímulo a costa de elevados endeudamientos públicos y disciplina fiscal. Los expertos han hecho enormes esfuerzos por encontrar la poción mágica anticrisis, pero de momento, sigue siendo un deseo no cumplido.

Sobre la mesa hay 110.000 millones de euros para el plan de rescate de Grecia, 750.000 millones de euros para colocar un cinturón de seguridad en torno a la moneda única y planes de ahorro de dimensiones galácticas, como los 80.000 millones aprobados hoy por Alemania. Y nadie entiende cómo toda esa panoplia de medidas no ha servido para conjurar definitivamente los ataques especulativos de los mercados y las incertidumbres de los inversores.

Por ello, la tarea de los responsables de Finanzas de la zona euro es ardua. Aparte de analizar, entre otros puntos, si el plan de ahorro español, por valor de 11.000 millones de euros entre 2010 y 2011 para rebajar el déficit público, del 11 por ciento, será suficiente, deben mandar entre este lunes y martes otro mensaje de tranquilidad a los parqués de medio mundo.

Muchos son ya los analistas que aseguran que el plan de salvamento del euro fue como el tratamiento que se aplica a un paciente en parada cardiorrespiratoria, una medida transitoria, para salvar la vida puntualmente al "paciente euro", pero que serán necesarias reformas más profundas en las economías europeas para garantizar la buena salud de la moneda única. "Hay todavía mucha incertidumbre. No se han despejado del todo los nubarrones que planean sobre la eurozona, a pesar de las medidas adoptadas", asegura un analista de mercados, citado hoy por la prensa belga.

Uno de los esfuerzos que intentarán hacer en el eurogrupo será lograr un acuerdo sobre qué arquitectura debería tener el futuro mecanismo de rescate para aquellos países con problemas para lograr financiación en el mercado. A pesar del acuerdo político logrado en Bruselas el pasado 9 de mayo, después de una enorme presión de los mercados internacionales, quedan por definir los detalles de su funcionamiento.

El mecanismo de asistencia, bautizado oficialmente como Facilidad Europea de Estabilidad (FESF, por sus siglas en inglés), debe tener una cabeza visible, una especie de consejero delegado. Su elección podría producirse esta misma noche, aunque la decisión podría quedar también para más adelante. No obstante, uno de los temas candentes sobre la mesa es cómo lograr financiación para ese mecanismo. Una de las opciones que se manejan entre bastidores, es que el FESF emita deuda propia, gracias al apoyo de 15 socios de la zona euro, que ayudarían al socio en problemas. Otra idea barajada es que el socio de la eurozona en apuros siga emitiendo su propia deuda pero con el aval de la FESF, lo cual le permitiría obtener dinero en mejores condiciones, más barato.

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